Luisa Pernalete: Día del padre, repensar los roles
El tercer domingo de junio se celebra en Venezuela el Día del padre. Tiene menos resonancia que el Día de la madre, pero es una buena oportunidad para resaltar la importancia de la figura paterna en la familia y también es una oportunidad para recodar sus deberes en el núcleo familiar, así como la necesidad de repensar los roles del padre y de la madre en la familia.
Una vez, en una consulta con niños y niñas de 5 y 6 grado, pregunté qué hacían sus padres cuando llegaban a la casa, después de su jornada de trabajo fuera. Las respuestas fueron estas: la mamá llega a cocinar, a ver si tenemos tareas para el colegio, y el papá llega y se pone a ver televisión o a jugar en la computadora.
O sea: la mamá a seguir trabajando, y el papá a descansar. Salvo algunas excepciones, esas fueron las respuestas.
Se sabe que la familia es el núcleo base de la sociedad, ahí reciben los hijos las primeras “lecciones” de ciudadanía, de convivencia, se sabe que de 0 a 7 años los niños aprenden por imitación. La escuela después complementa, pero la familia sigue influyendo, para bien o para mal.
Repensar los roles, recordar que los hijos son de los dos, y no sólo de la madre. La LOPNNA, por ejemplo, en sus artículos 4-A y 5, recuerda la corresponbilidad que la familia tiene en la defensa y garantía de los derechos de los NNA. Y el 5 dice textualmente: “El padre y la madre tienen deberes, responsabilidades y derechos compartidos, iguales e irrenunciables, de criar, formar, educar, custodiar, vigilar, mantener y, asistir material, moral y afectivamente a sus hijos e hijas”. O sea: la responsabilidad es de los dos, no de la madre unas cosas y del padre otras.
Entonces, si el hogar, si la familia es responsabilidad de los dos, también las tareas hogareñas debieran ser mejor repartidas, y no recaer sólo en la mujer. Y ese reparto más equitativo, debe ser también para los hijos e hijas, nada de que recaigan sólo o más en las hembras, y lo varones a jugar o a salir.
La familia debe ser fortalecida por el bien de los NNA y de la sociedad. Si la familia es más fraterna, más justa, eso repercutirá en una sociedad que es muy violenta y con déficit de ciudadanía.
En honor a la verdad, hay que decir que paulatinamente ha habido cambios. Hoy se ven más papás llevando de la mano a sus hijos pequeños al colegio, por ejemplo. ¡Me encantan esas imágenes! También en parques y plazas uno ve papás practicando deporte con sus hijos. ¡Lindas imágenes! Esos niños, cuando crezcan, serán mejores padres.
La escuela debe incorporar a papás en sus programas de formación de padres y representantes. Adecuando temas y horarios para facilitar su participación.
Es importante también que los papás sean más activos en la prevención de esos riesgos que vienen vía redes sociales, tabletas…
Quisiera finalmente subrayar la importancia de enseñar a los hombres a administrar sus emociones, a expresar sus sentimientos, erradicar esos malos mitos como ese de que “los hombres no lloran”. Eso no ayuda. Como le dijo una vez un niño que conozco a su padre, cuando una vez se cayó y lloró, y el papá le dijo eso. El niño. Pequeño y llorando, le contestó: “Si, pero también les duele”. ¡Qué inteligente afirmación! Y es que si a los hijos varones, y a los hombres adultos, les enseñaran a expresarse, hubiese menos violencia de género.
Hay que reconocer su papel a los buenos padres, porque no está fácil hoy ser buen padre en esta Venezuela en medio de una Emergencia Humanitaria Compleja, con una inflación de las más altas del mundo. Rezaremos por ellos. Y si usted es de esos buenos padres, pues ojalá que la pase muy bien.
@luisaconpaz
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