Montoneros: el talón de Aquiles del candidato a presidente del kirchnerismo
La historia de la madre de Wado de Pedro reabrirá un pasado histórico que incomodará al relato oficial
Todo parece indicar que Eduardo “Wado” de Pedro será el candidato a presidente del kirchnerismo este año. Aunque hay otros aspirantes en danza, Cristina Fernández de Kirchner parece haberlo elegido a él, por lo que el ministro Sergio Massa podría terminar relegado a la boleta legislativa en la provincia de Buenos Aires.
Aunque se mostró siempre con un perfil moderado, alejado de la virulencia k, el ministro del Interior es un kirchnerista de paladar negro y uno de los cuadros predilectos de la vicepresidente. Más allá de su tono tranquilo, su sonrisa permanente y la cuestión de la tartamudez que genera empatía, cuando se le apura con alguna cuestión concreta (como la idea de la “ley de medios”), Wado es claro: con su estilo, reconoce sin vueltas que es un kirchnerista puro y duro.
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CFK lo elige, no solo por las coincidencias ideológicas, sino porque es un hombre de su propio riñón. Aunque esta elección será más complicada que la de 2019, quiere tener en la Casa Rosada alguien que sea exactamente lo mismo que ella. Es claro que no tiene ningún interés en tener la mínima discrepancia con el delfín que elija, como le ocurrió en algunas oportunidades con Alberto Fernández.
Wado comienza su carrera política con su militancia en HIJOS, razón por la cual su lugar casi natural termina siendo el kirchnerismo. Sus padres fueron desaparecidos durante la última dictadura militar, por lo que el perfil se adapta a la perfección con el relato que impulsaron Néstor y Cristina Kirchner desde 2003: en 1976 existió un golpe militar que se dedicó a secuestrar y asesinar a los que pensaban distinto, dejando un saldo de 30.000 desaparecidos. La durísima historia del actual ministro, que salvó su vida de casualidad cuando su madre lo refugió en la bañera mientras recibía los balazos de un grupo de tareas que había ido a buscarla, cuadra a la perfección con el relato oficial. El tema es que se trata de una historia incompleta.
No hace falta reivindicar el accionar de los militares y las fuerzas de seguridad por aquellos años para recordar la historia completa, documentada hasta el hartazgo, incluso por los mismos miembros de las organizaciones guerrilleras.
En 1978, Lucila Révora, madre de Wado, era buscada por la policía y los militares. Su expareja, Enrique de Pedro, también militante montonero, había desaparecido un año antes. Révora, que cursaba otro embarazo avanzado, se encontraba con su actual pareja, Carlos Guillermo Fassano, quien de igual manera pertenecía a la organización terrorista. Aunque ella había participado de diversos actos violentos y secuestros, estaba en la lista de prioridad de los militares por la bomba que tenía la finalidad de terminar con la vida del almirante Lambruschini el 1 de agosto de ese año. Como ocurrió con muchos atentados, cuando el dispositivo estalló, el militar no estaba en su domicilio. Sí falleció su hija de 15 años y dos vecinos más de la zona.
Montoneros se hizo cargo del atentado mediante un comunicado oficial, señalando que las víctimas inocentes no eran más que las externalidades negativas de la guerra del “pueblo” contra “los milicos”. Cuando uno repasa los documentos de la época, comprende claramente por qué los argentinos de a pie le tenían más miedo a los guerrilleros que a los mismos militares, que usurparon el gobierno el 24 de marzo de 1976.
Nadie propone endilgarle las acciones de sus padres al candidato del oficialismo. El tema es que el pasado histórico confronta de frente con el relato oficial de una historia plagada de mentiras y medias verdades. Al elegir a de Pedro como candidato, se abre la puerta para un debate de lo más incómodo para el kirchnerismo. Aunque Wado recién comienza a dar los pasos como precandidato, el tema ya empieza a salir a la luz y es evidente que lo incomoda bastante. En una entrevista reciente, una joven, muy respetuosamente le preguntó si se sentía emparentado con los hijos de las víctimas de Montoneros. Evitando por completo el punto, el dirigente kirchnerista habló del “perdón” y contó cuando se cruzó con la hija de uno de los oficiales que participaron en el operativo donde murió su madre, su padrastro y su medio hermano por nacer.
Durante todo este año, la visibilidad del nuevo hombre fuerte del kirchnerismo expondrá un tema que el oficialismo ocultó con todos los recursos del Estado desde hace dos décadas. Habrá que ver cómo reacciona la mayor parte del electorado, no solamente ante la historia de la madre de Wado de Pedro, sino ante lo evidente de las mentiras oficiales que se repitieron como un mantra y un dogma.
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