Petro dice que lo quieren tumbar, pero su desastroso gobierno se cae solo
Han pasado 15 días desde que Laura Sarabia salió de la jefatura de Gabinete. Ocurrió en paralelo a la salida de Armando Benedetti de la embajada de Venezuela. Mucha agua ha corrido desde entonces. Incluso el mandatario se enfrenta a nuevos escándalos en el Congreso y en el Ministerio de Defensa, mientras él hace una gira por Alemania
El presidente colombiano, Gustavo Petro, se fue de viaje a Alemania. Lo acompañan varios de sus ministros en reuniones y conferencias, como la que ofreció en la Fundación Friedrich Ebert (FES), ubicada en Berlín. El mandatario busca proyectar una imagen de seguridad y fortaleza que no existe. Su gobierno se tambalea entre escándalos dentro de sus filas y críticas públicas.
“A mí me quieren tumbar del Gobierno”, afirmó precisamente en dicho evento. Coló la frase en un discurso sobre el cambio climático y “neoliberalismo”. Así, extrapoló los argumentos de temas específicos a su inestable situación en la Casa de Nariño. Aunque se encuentre en otro continente, el gobierno de Petro no puede librarse de polémicas en medio de investigaciones por la sospechosa muerte del teniente coronel de la Policía Óscar Dávila. Mucho menos de las afirmaciones de su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, por un supuesto financiamiento irregular por 15.000 millones de pesos (USD 3,4 millones) para su campaña o de nuevas renuncias en su gabinete.
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Todo ha ocurrido en pocos días y, aunque las controversias incluyen a miembros de su gobierno, el presidente izquierdista dice que “lo quieren tumbar”, pasando por alto que fue él mismo quien, en el caso de la muerte del teniente coronel, se apresuró a tildar el suceso de “suicidio” sin esperar las investigaciones judiciales. Eso es solo un flanco que atormenta a Petro, pero hay muchos más.
“La plata era de Petro”
Un testimonio incendiario llegó a la sala de redacción de la revista colombiana Semana. Este cuenta que el dinero que habría sido robado de la casa de Laura Sarabia (antigua jefa de Gabinete) en realidad pertenecía al mandatario colombiano. Las pruebas de poligrafía buscaban dar con el responsable de sustraer “cinco maletas y 3000 millones de pesos” (USD 718.000) antes de que Petro se enterara de lo que había pasado.
Allí es cuando apareció el teniente coronel Óscar Dávila en escena, según la fuente anónima. “A él (el coronel Dávila) lo contacta el coronel (Carlos) Feria (jefe de Casa Militar de la Presidencia) porque, cuando se sabe lo del monto del dinero, Laura (Sarabia) llama a Feria, y Feria contacta a Óscar (Dávila) y él empieza a hacer todas las actividades”, relató.
Así comienzan a filtrarse más detalles de una turbia historia que terminó con el supuesto suicidio de un militar que el mismo día de su muerte habría pagado 50 millones de pesos (12.000 dólares) como adelanto de los honorarios por su defensa. Al monto lo precedió una carta enviada a la Fiscalía en la que manifestaba su voluntad de contar lo que sabía. No obstante, Gustavo Petro quiere acallar las críticas y tapar grietas. Al darse a conocer el testimonio anónimo, aseveró que este tiene fines “difamatorios” y que busca “minar la confianza de la ciudadanía en el Gobierno nacional, a través de versiones sobre hechos en los que no se aportan ni existen ningún tipo de pruebas”.
“Mermelada” a favor de las reformas
Pero “la confianza de la ciudadanía” que menciona el presidente izquierdista está peor de lo que él profesa. Al 9 de junio su aprobación apenas rondaba el 30 %, de acuerdo al recuento de Statista. A pocos meses de cumplir su primer año en el poder, la tormenta para el gobierno de Petro empeora en el Congreso.
Allí avanzaron en distintas discusiones sus anheladas reformas laboral y pensional. Y aunque es un punto a favor —del largo camino administrativo que les queda por recorrer— ya hay señales de una supuesta “mermelada” relacionada con un representante del Partido Conservador haciendo cuórum para que se apruebe el proyecto impulsado por Petro que, según estimaciones, podría dejar sin empleo hasta a 475.000 colombianos.
Se trata del representante Jorge Alexander Quevedo, a quien el presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, desautorizó de continuar participando en el hemiciclo. “Le advertimos que no podía estar dentro de la sesión. Ya será un tema de la veeduría, pero me parece que está incurso en una violación a la ley de bancadas porque hubo una decisión de no acompañar esas reformas”, declaró Cepeda. Por su parte, Quevedo se había defendido semanas antes por su cambio radical de postura. Sin embargo, no fue suficiente. Lo continúan persiguiendo sospechas y acusaciones de haber sido sobornado. Mientras tanto, Petro celebra el avance de sus reformas.
CNE investigará al presidente
Han pasado 15 días desde que Laura Sarabia salió de la jefatura de Gabinete. Ocurrió en paralelo a la salida de Armando Benedetti de la embajada de Venezuela. Mucha agua ha corrido desde entonces al punto de que ya se investiga la sospecha financiación por 15.000 millones de pesos que mencionó Benedetti en reveladores audios que salieron a la luz.
El exfuncionario luego dijo que se dejó llevar “por la rabia y el trago” y de ahí, el tono amenazante de sus palabras enviadas a Sarabia. Aunque ni siquiera eso le sirvió para detener las averiguaciones. El Consejo Nacional Electoral colombiano no solo citó a declarar a ambos exfuncionarios. Se conoció que el órgano electoral también indagará al presidente, según informó La FM. La magistrada Alba Lucía Velásquez propuso crear una comisión especial que se encargue de las investigaciones y esta fue aprobada.
Renuncia en el Ministerio de Defensa
El gobierno de Gustavo Petro se desmorona al punto de que la grave situación resulta evidente para expertos. No importa lo que este asevere desde foros en el extranjero. Por ejemplo, el catedrático en historia de América, Carlos Malamud, aseguró a NTN24 que el mandatario “busca salvar su cara con esas denuncias de golpe blando y de conspiraciones”. No obstante, en realidad “lo que está minando su poder es la mala gestión y los escándalos que se agolpan a las puertas de su despacho”.
Y es que las controversias alrededor del Petro llegan una tras otra. Si todavía hay dudas, basta con revisar la reciente renuncia del viceministro de Planeación, el general en retiro Ricardo Díaz Torres, por “un caso de unos posibles sobrecostos en un billonario contrato para la compra de 58 vehículos de guerra a una empresa canadiense”, según citó Semana. La Fiscalía se concentra en pedir explicaciones por el acuerdo de 305 millones de dólares, con supuestos sobrecostos de unos 17 millones de dólares.
El presidente Petro deberá dar muchas explicaciones al regresar de su nueva gira.
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