El santoral de la Iglesia Católica de este lunes 5 de junio recuerda, entre otros santos, a San Bonifacio.
Bonifacio (672 o 673 - 5 de junio de 754 o 755) fue un santo, obispo y mártir anglosajón. Llamado “apóstol de Alemania” nació en Crediton, Devonshire (actual Inglaterra). Pertenecía a una buena familia y manifestó a muy temprana edad, en contra de la voluntad de su padre, su deseo de entrar en la vida monástica. Empezó sus estudios teológicos en los monasterios de Exeter y Nutcell, y profesó a los treinta años.
En 716 realizó una expedición misionera a Frisia (actual Países Bajos) con el fin de convertir a los paganos del norte de Europa predicando en anglosajón, pero sus esfuerzos resultaron vanos a causa de la guerra civil que asolaba ese reino.
En 718, Bonifacio visitó Roma y el Papa Gregorio II le encargó la misión de organizar la Iglesia en Alemania y evangelizar a los paganos. Durante cinco años recorrió Turingia, Hesse y Frisia, y regresó a Roma para informar de todo ello al Papa. En esta ocasión el Papa le nombró obispo y retornó a Alemania con plenos poderes. Bautizó a miles de paganos y se implicó en los problemas de numerosos cristianos que habían perdido el contacto con la jerarquía de la Iglesia católica.
En 738 acudió a Roma nuevamente donde el sucesor de Gregorio II, Gregorio III, le nombró arzobispo y delegado papal. Continuó su misión por Baviera, y fundó los obispados de Salzburgo, Ratisbona, Frisinga y Passau. En 742, con uno de sus principales discípulos, Esturmio, fundó la abadía de Fulda, no muy lejos de la misión de Fritzlar, y el obispado de Büraburg. Se interesó con gran celo en el desarrollo de esta abadía que llegó a ser el centro principal para la formación de los monjes. Inicialmente, su construcción fue financiada por el rey Pipino el Breve. El apoyo de los mayordomos de palacio y, más tarde, de los primeros Pipinides y reyes carolingios, fue crucial para Bonifacio, que logró mantener el equilibrio entre su ayuda y la del papado, así como la de los gobernadores de Agilolfing de Baviera. En 746 fue nombrado obispo de Maguncia.
Cuando regresó de Baviera, Bonifacio prosiguió con sus misiones en Alemania, donde fundó las diócesis de Würzburg, Erfurt y Büraburg. Nombró a sus discípulos obispos y consiguió que estos tuvieran una cierta independencia con respecto al poder carolingio.
También se ocupó de los asuntos internos de su país de origen, y envió en 746 una larga carta de reprimenda al rey Ethelbaldo de Mercia, en la que mostró su disconformidad por las costumbres sexuales que le parecían un mal ejemplo para los pueblos no cristianizados todavía.
El 5 de Junio del año 754, cuando se disponía a realizar una confirmación en masa , Bonifacio fue asesinado en Flandes (actual Bélgica) por una horda de paganos hostiles. "Dios salvará nuestras almas" se escuchó gritar a Bonifacio y alzó el evangelio a modo de protección. La espada partió el libro y la espada del Santo. Su cuerpo del Santo fue trasladado al monasterio de Fulda (actual Alemania), donde aún reposa.
A Bonifacio se le atribuye la invención del árbol de Navidad. Según la leyenda, cortó un roble decorado y consagrado a Thor, y lo cambió por un pino, cambiándole su significado por completo.
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