Wado-Manzur ¿La peor fórmula del peronismo en la historia?
Cristina Fernández de Kirchner le dio la bendición a un binomio que hace agua por todos lados.
Cristina Fernández de Kirchner jugó a ser la arquitecta de la fórmula presidencial dos veces, cuando ni ella ni su fallecido esposo podían postularse a la Casa Rosada. La primera fracasó rotundamente. El binomio Daniel Scioli-Carlos Zannini perdió en 2015 porque, como se dice, no era “ni chicha ni limonada”. Mientras que Scioli buscaba expresar al peronismo tradicional, su candidato a vice representaba el kirchnerismo duro, por lo que finalmente terminó siendo el ancla que garantizó el triunfo de Mauricio Macri en segunda vuelta.
En 2019, CFK aprendió la lección: sus votos no se transmiten, por lo que ella debía estar en la boleta. Así eligió a Alberto Fernández para encabezar la fórmula, pero se quedó ella como vicepresidente, pudiendo retornar al poder los últimos cuatro años. Sin embargo, las causas por corrupción en su contra no se detienen y Kirchner terminará siendo condenada eventualmente por la Corte Suprema de Justicia. Aunque asegura que está proscripta, ella podría jugar. Pero tiene dos problemas: sabe que no posee soluciones en su manual populista para la crisis económica y tampoco quiere terminar pidiendo prisión domiciliaria siendo parte del próximo gobierno. Claro que tampoco los números le dan bien como para garantizar la victoria del Frente de Todos en las últimas elecciones.
De esta manera, junto a los gobernadores peronistas, Kirchner finalmente apoyará la dupla Eduardo ‘Wado’ de Pedro-Juan Manzur. Aunque termina siendo emblemática en los espacios de poder del peronismo, la fórmula no parece demasiado atractiva para el electorado. Tampoco para el kirchnerismo duro ideologizado, que considera que la vicepresidente es un reflejo vivo de la izquierda progresista.
El riesgo de repetir el fracaso de la propuesta de 2015 es grande. Mientras que ‘Wado’ representa el relato del progresismo K, Manzur, caudillo de Tucumán, es todo lo contrario. Se trata del gobernador más cuestionado por el feminismo kirchnerista, por su postura intransigente con respecto al aborto. En las redes sociales, muchas militantes de este sector lamentaron la candidatura e incluso varias indicaron que no tienen ganas de votarlo.
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En este sentido, el periodista oficialista Diego Brancatelli abrió una encuesta en Twitter, preguntándoles a sus seguidores qué opinaban sobre la fórmula Wado-Manzur. Mientras un 8 % dijo que se encontraba satisfecho, un 6,7 % reconoció que debería pensarlo. Lo curioso es que el 85,3 % señaló que le parece un binomio “invotable”.
La (por ahora) ausencia de Cristina en la boleta, sumada a una fórmula poco competitiva podría terminar siendo un importante traspié para el kirchnerismo. Como se vio en varias encuestas, el oficialismo se encuentra perdiendo votos en el sector juvenil a manos de Javier Milei y la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta, que aunque mucho no se diferencia del kirchnerismo, también podría terminar llevándose algún voto peronista desencantado.
A diferencia de otras oportunidades, un escenario de tres tercios podría terminar en un resultado inesperado. Por ahora, la fórmula K deberá dar el primer paso y superar a Daniel Scioli en las primarias, que lleva a Victoria Tolosa Paz como candidata a vice. Mientras que Cristina confía en su bendición, el embajador en Brasil apuesta por el peronismo tradicional y lleva al sindicalista camionero Hugo Moyano como candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires.
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