LA DIÁSPORA
De Ramón Escovar León es el texto
que sigue, con igual título del capítulo, publicado en El Nacional el 29 de octubre
de 2019:
-Las exigencias de visas a los
venezolanos para ingresar a distintos países de América Latina –comenzó
señalando-contradice lo que ha sido la tradicional posición venezolana en
materia de solidaridad internacional. A ello se suman las imágenes que se
difunden en las redes que demuestran la cruel persecución contra quienes han
tenido que salir de su país por las políticas de la revolución bolivariana.
Este cuadro de intolerancia merece
recordar algunos episodios de nuestra historia que evidencian la conducta de
Venezuela en materia de solidaridad con quienes han padecido de crisis –de
distinta naturaleza– en sus respectivos países. Los chilenos, peruanos,
ecuatorianos, dominicanos y colombianos, entre otros, fueron recibidos sin
vacilar en nuestro país. De las islas del Caribe venían, incluso, a aprovechar
los servicios médicos que Venezuela brindaba en la época de la democracia.
Todos ellos ocuparon espacios en Venezuela y no fueron objeto de persecución ni
de discriminación. El apoyo venezolano tuvo, en este último caso, una carga de
generosidad humana.
Luego indicó:
-En relación con lo anterior hay que
recordar dos episodios relevantes. El primero se refiere a las gestiones del
canciller del gobierno de Carlos Andrés Pérez ante el régimen chileno en 1976
para solicitar la liberación de un grupo de presos políticos, víctimas de la
dictadura. Según relata Ramón Escovar Salom, Augusto Pinochet se mostró
respetuoso y ante el pedimento que le fue presentado, contestó: “Dígale al
señor presidente de Venezuela que consideraré todo esto con interés” (Memorias
de ida y vuelta). De inmediato, el canciller venezolano solicita la libertad de
Luis Corvalan, a la sazón secretario general del Partido Comunista chileno,
aclarando que se trata de una gestión pedida por Nikolái Podgorni, entonces
presidente de la Unión Soviética. El dictador con sorpresa responde: “¿Usted
sabe que ese hombre me quería matar y tenía un plan para asesinarme?”.
Y continuó:
-No obstante, y a pesar de esta
primera y aparente negativa, la solicitud y gestiones del canciller venezolano
lograron su cometido, pues “la mayoría de los incluidos en la lista fueron
puestos en libertad y Corvalan meses después salió para el exilio”, sigue
relatando Escovar Salom. Lo reseñado debe ser recordado porque demuestra una
posición clara de Venezuela en lo que atañe a la necesaria solidaridad política
y humana que merecen las víctimas de crisis políticas. Chile es un país
democrático y civilizado y por eso esperamos que las autoridades garanticen el
buen trato de los venezolanos de la diáspora, sean perseguidos políticos o no.
(Desafortunadamente tanto el actual presidente de Chile, Gabriel Boric,
como el anterior, Sebastián Piñera, al parecer no han leído esa parte de la
historia política chilena, en la que los nacionales de ese país encontraron en
el nuestro muestras de solidaridad, pues a los migrantes venezolanos se les ha
agredido tanto por parte de los cuerpos de seguridad como de grupos
xenofóbicos. Además, establecieron el requisito de la visa, documento casi
imposible de adquirir por nuestra migración, en su gran mayoría sin recursos
económicos)
Luego apuntó:
-El segundo hecho que hay que
recordar es el papel desempeñado por Venezuela en el traslado de la
administración del canal de Panamá a los panameños. Carlos Andrés Pérez junto
con Alfonso López Michelsen, Daniel Oduber y José López Portillo, presidentes de
Colombia, Costa Rica y México respectivamente, integraron un grupo de apoyo
para respaldar a Panamá. Desde el gobierno de Estados Unidos, el presidente
Jimmy Carter tuvo la voluntad política de culminar el tratado, que fue un logro
para Panamá. La solidaridad venezolana estuvo nuevamente presente.
El papel de Venezuela debe ser
recordado por quienes ahora en Panamá se muestran intolerantes y agresivos con
los venezolanos, que han tenido que salir de la devastación producida por las
políticas revolucionarias. Esto está reñido con lo que ha sido la tradicional conducta
venezolana con Panamá.
A diferencia de los casos señalados,
hay otros países que nos han tendido su mano solidaria. Estados Unidos, España,
Colombia y Argentina (ojalá esto no cambie con la llegada del peronismo al
poder) han apoyado a los migrantes venezolanos. Todo esto hay que recordarlo
porque los venezolanos merecemos un mejor trato: el mismo que hemos dado a
quienes han necesitado de nuestro apoyo.
La solución de raíz para terminar
con la diáspora y con la constante violación de los derechos humanos de los
venezolanos es la unidad de la oposición que permita una solución política que
abra las puertas de la libertad. Solo así regresarán quienes se han visto
forzados a dejar su país, a sus familias, a sus amigos y a sus recuerdos.
(La cercanía del presidente
Carlos Andrés Pérez al presidente Jimmy Carter, fue factor importante para que
el canal fuera administrado por los panameños. Pero desde el parlamento de ese
país se ha pedido la expulsión de los migrantes venezolanos incorporando la
traba de la visa)
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