La exigencia de cambio, por Simón García
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Octubre muestra dos procesos que responden a la exigencia nacional de cambio. Uno de carácter más general mediante los acuerdos firmados en Barbados entre la delegación del gobierno y la de la Plataforma Unitaria. El otro, más pasional y circunscrito al mundo opositor, la realización auto-gestionada de las primarias.
Los dos están íntimamente inter-relacionados, pero son distintos en actores, alcances, procedimientos y objetivos. Frente a los dos han surgido sectores que expresan una insatisfacción al borde del rechazo. También lecturas autoritarias afortunadamente minoritarias. Las reservas democráticas que aún subsisten también juegan, así sea desde el trasfondo.
Los acuerdos son un paso de avance que hay que valorar y defender sin temores. Quienes sienten picor en la lengua por ver cauchos encendidos banalizan el hecho porque «sólo» se logró que el gobierno acepte aplicar lo que establece la Constitución. Asombra que, a la vez que acusen al gobierno de dictatorial, rechacen los mecanismos para modificar democráticamente esa naturaleza, en un acuerdo de mutuas concesiones entre las partes. No valoran esas concesiones porque no confían en la vía electoral.
Pensando en ganar sin perturbaciones, la oposición debe ensanchar estos acuerdos y acentuar las medidas para una campaña electoral con el menor ventajismo del gobierno, asunto que no será fácil por interferencia de los extremos que «tiran pal monte» desde cúpulas que necesitan la violencia, tanto en el PSUV como en la oposición que va a primarias.
La primaria de este domingo tiene una ganadora. Capriles, que era un candidato competitivo frente a María Corina, se retiró y los que permanecieron en el compromiso, buscando comunicación con los electores, no lograron prender una visible chispa emocional.
Para completar el cuadro dirigente de la oposición, ya alterado por la irrupción imparable de María Corina, hay que esperar la distancia de ella respecto a quienes lleguen de segundo y tercero. Y una incógnita que planeara hoy por encima de los llamados protocolares a votar, especialmente si se hacen sin tener maquinaria que haga útil la invitación.
*Lea también: Gobierno y oposición acuerdan defender Citgo, por Víctor Álvarez R.
Hoy nace una nueva reconfiguración de la jerarquía partidista en Venezuela, la interrogante abierta es si su figura principal, María Corina Machado, podrá pasar la página del discurso para ganar votos y desplegar iniciativas tempranas que indiquen que puede contribuir a unificar todas las energías de cambio, a poner en marcha una política de alianzas más allá de los partidos y a dialogar con el poder dominante para comenzar a abrir las complicadas compuertas de una transición a una democracia como régimen de convivencia entre proyectos políticos opuestos validados por ciudadanos libres y ni por súbditos.
Es una buena noticia que los liderazgos regionales, encarnados en los gobernadores y en los Alcaldes, están protegidos y gozan de legitimidad hasta el 2024. Ellos son un cinturón de seguridad de la estrategia democrática.
El otro amarre de la travesía futura es el nuevo ciudadano que está surgiendo desde la crisis de valores y el fracaso del modo autocrático de gobernar. Si hoy su voluntad está a favor de una opción hay que respaldarla, pero siempre sabiendo que un país no se forma con súbditos sino con la autonomía de pensamiento y el aporte constructivo de sus integrantes.
Simón García es analista político. Cofundador del MAS.
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