NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN PRIMERA PATRONA DE
PORLAMAR
Históricamente
Nuestra Señora de La Asunción fue primero patrona de Porlamar, pues al fundarse
esta localidad el 26 de marzo de 1536 fue puesta por su fundador Francisco de
Villarcorta bajo la evocación de la madre de Dios, de tal manera que al
establecer hoy en día capital de Nueva Esparta en el valle de Santa Lucía con
los vecinos de la Villa del Espíritu Santo, nombre primigenio de la ciudad
marinera, entre los años 1560 y 1561, trasladó hasta allí la veneración hacia
la Santa Imagen, tallada en madera, que data del siglo XVI, la cual todavía se
conserva en el templo bendecido en 1621 y restaurado recientemente, pero no
sale en procesión, sino una de este siglo que se guarda en la capilla de Santa
Lucía.
Las festividades
El
Día de Nuestra Señora de La Asunción es el 15 de agosto y la Octava el 22; pero
el programa de festividades, de índole religioso, cultural y deportivo, se
inicia y concluye antes y después de ambas fechas claves, comenzando los actos
religiosos el 1 de agosto y concluyendo el 31 del mismo mes, y los culturales y
deportivos el último domingo de julio y finalizando dos o tres días después de
la octava. Esta manifestación cultural residencial devocional es producto de un
proceso de aculturación, al ser desplazada la cultura indígena por la cultura
de los conquistadores españoles, y forma parte en nuestro tiempo del patrimonio
espiritual de la ciudad.
El
recorrido de la procesión tanto el Día de la Patrona, el 15 de agosto, como durante la Octava, el 22, es el mismo y
se inicia a las siete de la noche. De la catedral baja por el boulevard “5 de
Julio” hasta la Asamblea Legislativa; cruza por el Callejón Cariaco y toma la calle
Unión hasta llegar a los inicios de la calle Lárez. Aquí la procesión cruza
hacia la Plaza Arismendi y luego hacia la calle Virgen del Carmen hasta llegar
a la antigua Casa Parroquial, donde entra al Parque “Luisa Cáceres” y
seguidamente, justo a las nueve de la noche, penetra de nuevo a la catedral. La
procesión es Ilevada sobre la cabeza de los cargadores debidamente protegida
por una especie de almohada.
Se
utiliza luz eléctrica para la
iluminación del trono de la Sagrada Imagen, la cual es obtenida cada
cierto trecho de recorrido de toma corrientes localizados en la calle.
El
adorno que luce la Patrona, flores naturales, es responsabilidad de una comisión
religiosa. Este adorno floral es diferente el Día y la Octava, tanto en el color como en el tipo y en su procedencia,
ya que en la primera fecha se adquiere en Caracas y en la segunda en Margarita
Hasta
hace pocos años desjuntas directivas, una de mujeres, para el Día, y otra de
hombres, para la Octava. Se encargaba de organizar las festividades,
estableciéndose una especie de competencia dirigida a lograr hacer la mejor
fiesta, que por razones obvias debido a la posibilidad de empleo de mayores
recursos, resultaba ser la Octava. Al fundirse en uno los dos directorios se
estableció que cuando el hombre era designado presidente de la junta la vicepresidencia
le correspondería a una mujer y viceversa. Todavía en 1992 ninguna mujer había presidido
la directiva de la Junta. Este año la
organización de las fiestas patronales comenzó a regirse bajo la figura jurídica
de Asociación Civil para impedir su conversión en feria, proyecto de la
Alcaldía que de no haber sido abortado por la directiva habría introducido en
el desarrollo de la manifestación un ingrediente político nada deseable.
Finanzas
Las
finanzas para cubrir los costos de la programación, que antaño provenían de “la
venta del cochino gordo, de la tabla de yuca, de los papelones, del suelo o de
la bodega, del aceite de coco o del almidón”, tal como lo recuerda el escritor
José Joaquín Salazar Franco, hoy en día proviene de los casi dos mil mayordomos
y mayordomas integrados a la manifestación voluntariamente, que contribuyen con
la suma de ciento cincuenta bolívares cada uno, y de aportes oficiales, de instituciones privadas, así como de los
profesionales asuntinos, que en 1991 organizaron su primer encuentro.
El
costo de toda la programación se acercó ese año al millón de bolívares,
mientras que en años anteriores no llegaba a los cuarenta mil bolívares.
Han decaído
Las
fiestas en honor a Nuestra Señora de La Asunción no tienen la rumbosidad de
hace algunos años, cuando de todas partes de Margarita acudían los feligreses a
la capital del Estado a rendirle homenaje a la patrona regional y a disfrutar
de su programación donde sin menoscabo de los religiosos se ponía énfasis en
las relaciones sociales, en los elementos festivos populares, en la culinaria y
dulcería criolla, en lo cultural.
Hoy
en día, a pesar de la diversidad y calidad de la programación religiosa y no
religiosa, la festividad está limitada y no es su totalidad a la población
asuntina y sus sectores.
La
Octava, por otra parte, no tiene la relevancia de antaño, cuando hombres y
mujeres competían para hacerle la mejor fiesta a su patrona.
(Proceso, Porlamar, 17 al 23 de agosto de
1992)
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