EL
LIDERAZGO CULTURAL
¿P |
odría crearse a mediano plazo un liderazgo cultural que evite la
debacle de Venezuela como país auténtico dueño de su idiosincrasia? ¿Permitirán
el Fondo Monetario Internacional y sus oficiales venezolanos que tal liderazgo
se concrete? La primera interrogante se corresponde con la esencia del Curso
sobre Investigación Cultural dictado por el profesor Enrique González mediante
el apoyo de la Delegación de Extensión Universitaria del Núcleo Nueva Esparta
de la Universidad de Oriente. La segunda pregunta surge de la cotidiana
pesadilla que padecen los estratos sociales más débiles por obra y gracia de
los efectos del nefasto paquete económico fondo-monetarista cuyo objetivo
básico, aunque sus ejecutores lo nieguen, consiste en empobrecer hasta niveles
críticos al grueso de la población para hacerla más vulnerable de lo que es ya
a la dependencia cultural, económica, alimentaria, científica y militar, por
indicar algunos parámetros evidentes, y así facilitar la destrucción de los valores
que conforman la estructura del país.
“Venezuela –escribía hace poco Juan Liscano- pasó de un proceso de
transculturización al de dependencia cultural de los Estados Unidos, gracias a
la televisión que es un aparato y sistema funesto, deshumanizador,
desartístico, desvenezolanizador”. Por
su parte el profesor González, en la misma onda venezolanista de Liscano,
explicaba en una de sus conferencias, con verdadera preocupación, que mientras
en Norteamérica y Canadá, dos países altamente industrializados, los niños de
la educación básica recibían un porcentaje bastante elevado de cultura popular,
en Venezuela esta importante materia, por lo irrisorio de lo cuantitativo de su
presencia en los programas de ese nivel educativo, era casi inexistente, con
tendencia a desaparecer.
Ante las no muy claras perspectivas del país desde el punto de vista
cultural (ya no tenemos el orgullo de una moneda) y sin un proyecto nacional,
como sí lo tiene Estados Unidos, y uno de sus parámetros es precisamente el sometimiento
ideológico de Venezuela, el único camino que queda para resistir y
consecuencialmente mantener nuestra identidad, gústele o no a los enemigos
internos y externos de esta parte de Latinoamérica, es el rescate y difusión de
la cultura popular, que es precisamente donde reside lo auténtico, lo genuino,
lo realmente venezolano.
¿Cómo acceder a la venezolanidad inmersa en el corazón de nuestro pueblo
para impedir que el país como tal desaparezca dentro de treinta años, o menos,
por los efectos devastadores de un paquete económico impuesto desde el Fondo
Monetario Internacional para aniquilarnos por la vía del empobrecimiento masivo
acelerado, amén del alienante bombardeo cultural que sufrimos cotidianamente a
través fundamentalmente de la televisión ahora respaldada por las antenas
parabólicas? La respuesta está en la formación rápida del liderazgo cultural
que propone el profesor González, que sí se siente orgulloso de la
venezolanidad con todos sus defectos y virtudes y tiene la firme convicción de
que por la vía de la defensa de nuestro legado cultural está nuestra
permanencia como pueblo no manipulable en su conciencia.
Apareció en: Diario
del Caribe,
Porlamar 24-10-91; La Noticia de Oriente, Anaco 4-12-91; El
Diario de Carora, Carora, 5-12-91; Metropolitano, Barcelona 6-12-91;
El Guayanés, Ciudad Guayana 10-12-91; Diario
Yaracuy Al Día, San Felipe, 11-12-91; El
Nacionalista, San Juan de los Morros, 12-12-91; El
Regional,
Barquisimeto, 24-12-91; Corre del
Caroní,
Ciudad Guayana 29-12-91; El Globo, 30-12-91; El
Norte,
Barcelona 17-1-92.
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