¿Podrán los inmigrantes venezolanos crear una pequeña Caracas en Nueva York?
Lo que ya algunos consideran una pequeña Caracas en New York. Los venezolanos se han convertido en uno de los grupos de inmigrantes de más rápido crecimiento en Nueva York y en todo Estados Unidos.
El flujo constante de migrantes venezolanos hacia Nueva York ha generado la posibilidad de que pronto se establezca la primera «pequeña Caracas» en la Gran Manzana.
Con la llegada de miles de venezolanos en busca de mejores oportunidades, se ha observado un crecimiento significativo en la comunidad venezolana en la ciudad, lo que podría dar lugar a la creación de un barrio con fuerte influencia cultural venezolana, eso es lo que analiza una nueva nota del diario The New York Times.
De acuerdo con el periódico, este fenómeno no solo refleja la diáspora venezolana, sino también la diversidad y riqueza cultural que enriquece a Nueva York, ya que la ciudad se ha construido sobre barrios de migrantes como Chinatown, Curry Hill, Little Italy y Little Haiti, entre muchos otros.
Sin embargo, nunca ha tenido un barrio venezolano, puesto que históricamente la población venezolana de la ciudad siempre ha sido minúscula y estaba eclipsada por grupos hispanos mucho mayores, como puertorriqueños y dominicanos, dicen los expertos en migración.
Pero eso ha cambiado a medida que los venezolanos se han convertido en uno de los grupos de inmigrantes de más rápido crecimiento en Nueva York y en todo Estados Unidos.
Los venezolanos recién llegados —como generaciones anteriores de inmigrantes— se han ido uniendo cada vez más en la ciudad, llevando su comida, su cultura y su identidad a rincones donde antes no las había y, de paso, dando los primeros pasos para reclamar un barrio propio.
¿Podría ser esto el inicio de una pequeña Caracas?
«Siempre empieza con un restaurante o un carrito de comida cada vez», afirma Murad Awawdeh, director ejecutivo de la New York Immigration Coalition, un grupo defensor de los inmigrantes.
Eso, a su vez, lleva a otros negocios e instituciones culturales. Estos migrantes no solo construyen una comunidad próspera, sino que también emplean a trabajadores y generan ingresos para la economía local, ayudando a sostener la ciudad en tiempos difíciles como la pandemia del Covid.
En 2021, antes de la reciente afluencia de migrantes, solo 15.182 neoyorquinos de los 8,7 millones de residentes de la ciudad eran de ascendencia venezolana, incluidas 12.250 personas nacidas en Venezuela, según un análisis del censo realizado por Social Explorer, una empresa de investigación de datos.
Les ha ido mejor que a otros grupos hispanos. Los hogares venezolanos declararon unos ingresos medios anuales de 74.936 dólares, frente a los 48.866 dólares de todos los hogares hispanos, según el análisis. La renta media de los hogares neoyorquinos fue de 70.411 dólares.
Pero desde la primavera de 2022, más de 136.000 migrantes —muchos de Venezuela— han llegado a Nueva York, muchos de ellos en desesperada necesidad económica.
Alrededor de 56.000 migrantes han sido ubicados en refugios de Manhattan, y otros 41.000 en refugios de Queens, según funcionarios de la ciudad.
Algunos venezolanos recién llegados se han instalado con familiares y amigos. Rayquel Delgado, de 24 años, vive con su primo en Jackson Heights. «Me siento cómodo aquí porque todo el mundo habla español», dice.
En opinión de Robert Smith, sociólogo y profesor de la Escuela Marxe de Asuntos Públicos e Internacionales del Baruch College, la nueva oleada de negocios venezolanos en Queens, creados por inmigrantes venezolanos o destinados a ellos, es uno de los primeros pasos en el proceso de creación de un barrio étnico.
«La gente intenta ganar dinero, así que abres un restaurante y entonces se convierte también en un centro social», dijo.
Una vez que un gran número de inmigrantes venezolanos se reúnan en un mismo lugar, empezarán a tener una «presencia callejera» evidente, que irá desde carteles en español en los comercios anunciando comida venezolana hasta nuevas iglesias y organizaciones comunitarias, explicó.
Aunque esto podría ocurrir en unos pocos meses, aún podrían pasar años hasta que un barrio venezolano fuera reconocido por los demás, porque Nueva York es un «sitio hiperdiverso», explicó el profesor Smith. «Hay tantos grupos de inmigrantes diferentes ya establecidos, que les resulta más difícil destacar», dijo.
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