Revisión del PSUV y afinar coordinación opositora: las lecciones que dejó el referendo
El referendo sobre el Esequibo sirvió de «globo de ensayo» al poder movilizador que puede lograr el oficialismo en las elecciones presidenciales de 2024, afirma el asesor Mariano de Alba. El politólogo Piero Trepiccione resalta que la oposición debe trabajar «en una política diferente» ante este tipo de escenarios
El referendo sobre el Esequibo se llevó sin mayores contratiempos el domingo 3 de diciembre. Con una participación «abrumadora» –según el presidente del Consejo Nacional Electoral– bajo serios cuestionamientos, le corresponde al oficialismo y a la oposición evaluar los escenarios posibles para la elección presidencial de 2024, a raíz de los tropiezos de uno y los desaciertos del otro.
Mariano de Alba, asesor sénior de Crisis Group, asegura que este evento fue un «globo de ensayo» para el oficialismo sobre su capacidad movilizadora de cara a unas presidenciales, que se prevén para el segundo semestre de 2024.
«Se sabe que hay un gran descontento. Del lado de los electores, no hay que descartar que algunos sí votaron o se movilizaron porque lo consideran un tema importante, pero también es evidente que hubo otro grupo que votó porque fueron ‘invitados’ a hacerlo porque son funcionarios públicos, tienen algún tipo de asistencia o sueldo por parte del gobierno», dice.
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Señala que la baja movilización no es una buena noticia para el gobierno dada la proximidad de la elección presidencial del año que viene. «Debe generar preocupación para el gobierno y la afinación va a venir por ambos lados. Van a tratar de mejorar la movilización, probablemente esperando que producto de una potencial mejora de la economía tengan más recursos, pero al mismo tiempo creo que lo que vimos ayer va a hacer que el gobierno sea renuente a permitir mejoras para una elección competitiva».
Piero Trepiccione, politólogo y consultor en opinión pública e incidencia, recalca que hay «un severo cuestionamiento al liderazgo de Nicolás Maduro como gobernante, su forma de llevar el país, hay una profunda necesidad de cambio que supera incluso el 80%. La gente no conectó el Esequibo con el liderazgo del presidente, eso hizo que no hubiese espontaneidad en la votación o que fuese mínima».
Sobre el arrastre de la maquinaria partidista y el peso que tenían en procesos electorales, el politólogo destaca que «hay un desgaste, una fricción en las bases del PSUV y la teoría que mejor explica lo que le está pasando al PSUV es la teoría de la ley de hierro de la oligarquía del sociólogo alemán Robert Michels, donde se trabajó la forma en la que el liderazgo de los partidos se va desconectando y apartando de sus bases. Eso lo vimos ayer pero también lo hemos visto en otros procesos».
Menciona que esto no es algo exclusivo del PSUV, sino de los partidos políticos en general desde hace algunos años en América Latina y otras partes del mundo.
La participación del referendo
En la entrega formal de los resultados del referendo se informaron un total de 10.431.907 votantes con 98,16% de las actas transmitidas, es decir, 122.413 personas menos de los anunciados la misma noche del 3 de diciembre pasadas las 10:00 p.m. El presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, no explicó la diferencia entre ambas cifras y a qué se debe esta disminución de la participación.
El estadístico y director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, mencionó en sus redes sociales que la participación anunciada por el CNE «equivale a un promedio de un votante cada dos minutos durante cada una de las horas en las que las mesas estuvieron abiertas en todo el país».
Para el politólogo Piero Trepiccione está sembrada la duda sobre los resultados. «Efectivamente fue un proceso, donde todos fuimos testigos de excepción, que no entusiasmó a la población no por el tema, porque el Esequibo siempre ha estado en el imaginario colectivo, sino por la forma en que se condujo el proceso y quien lo protagonizó».
Más allá de las cifras que haya anunciado el Consejo Nacional Electoral, dice Mariano de Alba, «hay que ser escépticos sobre esos datos porque el día de ayer se habló de votos y luego se cambia a votantes, no se da un porcentaje de participación o abstención, por lo tanto hay bastante opacidad y eso afecta la confianza de los resultados».
Asegura que efectivamente la participación «fue menor a lo que esperaba el gobierno», lo que confirma el amplio descontento y la desconfianza hacia estos actores.
«Eso no significa que el gobierno nacional no tenga alternativas de cara a 2024», asevera el asesor de Crisis Group. Insiste en que se aprovechará esa potencial recuperación económica y, al mismo tiempo, «se va a seguir apostando a la división de la oposición. En ese sentido, el referendo le da ciertas razones al gobierno para ser optimista pues ayer vimos a importantes dirigentes opositores yendo a votar».
Explica que algunos de estos líderes estaban «en una posición difícil» a raíz de los compromisos firmados en dos etapas de la negociación (México 2021 y Barbados 2023) para la defensa del Esequibo. «No acudir a votar facilitaba al gobierno para que se escudara en un incumplimiento de la oposición sobre los acuerdos».
En este punto, Trepiccione afirma que esos líderes estaban en su derecho a votar o no en un referendo, pero «frente a esta dinámica política del país tienen que explicar bien y asumir narrativas proactivas que sean comprendidas por la población, más allá de un interés partidista en particular. Vamos a ver cómo evalúa la opinión pública esa participación de ahora en adelante».
El politólogo menciona que la población venezolana ha cambiado. «El principal tema que caracteriza a la población venezolana es el deseo de cambio, que trasciende otros elementos de la coyuntura política del país, diferente a como era hace un año o cinco años atrás. Esa nueva caracterización de la opinión pública venezolana, aquellos políticos o sectores políticos que no lo sepan interpretar o no lo hagan correctamente y que no adapten sus narrativas a ello, corren el riesgo de ser apartados de la historia, del fervor y voto popular».
Lecciones para la oposición
El referendo sobre el Esequibo no debe pasar solo bajo el tamiz de una elección oficialista. Para los partidos opositores reunidos bajo la Plataforma Unitaria, dice el politólogo Piero Trepiccione, la principal lección es que «el país cambió y, por tanto, la política tiene que cambiar. La oposición tiene que hacer una política diferente».
Recuerda que cada proceso electoral es un ejemplo vivo de organización partidista, maquinaria y organización institucional. «Aquí hay muchos aprendizajes que tomar y muchos elementos a considerar en la planificación de las políticas estratégicas de cara al futuro inmediato».
Mariano de Alba coincide en que hay múltiples lecciones para la Plataforma Unitaria. «La primera y más evidente es que se debe trabajar por una mayor coordinación estratégica dentro de la Plataforma Unitaria. Lo más importante es el sentimiento de la población que quiere un cambio político, pero también es importante una coordinación entre las élites opositoras y ayer vimos a una parte votando mientras otras llamaron a la abstención o no dijeron nada. Si eso ocurre nuevamente en 2024, el gobierno va a tener una mayor probabilidad de ganar teniendo en cuenta que las condiciones electorales no serán perfectas y ni siquiera serán todas las que están contenidas en el acuerdo electoral de Barbados».
También destaca que la oposición no solo tiene por delante un trabajo de cómo afrontar la elección, desde términos estratégicos, sino que debe afrontar la capacitación de testigos, una participación efectiva en auditorías y los diferentes procesos electorales. «Seguramente el gobierno va a poner obstáculos, y en la medida que la oposición esté preparada para ello le será más difícil al gobierno torcer resultados».
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