El escándalo de los Panamericanos y la última oportunidad para la credibilidad de Colombia
Panam Sports ha dado una última oportunidad a Colombia para recuperar la sede de los Juegos Panamericanos 2027. Sin embargo, las posibilidades de que se revierta la decisión son escasas, no solo porque no ha habido precedentes sino porque una cronología de lo sucedido deja en evidencia la falta de voluntad y negligencia por parte del gobierno de Gustavo Petro
Hace poco más de 40 años, Colombia perdió la oportunidad de organizar el Mundial de Fútbol de 1986 –que se terminó celebrando en México– porque el entonces presidente Belisario Betancourt rechazó la sede alegando que la prioridad del país era invertir en hospitales, colegios o viviendas, que finalmente no se construyeron. Hoy la historia se repite. México ya se ofreció para celebrar los Juegos Panamericanos de 2027 que se realizarían en Barranquilla pero por falta de voluntad, negligencia o incluso mezquindad del gobierno de Gustavo Petro el país volvió a protagonizar otro papelón en el ámbito deportivo al ser retirada la sede por incumplimiento en los pagos establecidos en el cronograma.
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El silencio de Gustavo Petro demuestra que no tiene que seguir buscando culpables. Desde que pidió “hacer hasta lo imposible” para recuperar la sede no había vuelto a decir nada hasta que este viernes envió una carta a Panam Sports, pero las posibilidades de que revierta la decisión son escasas, no solo porque no ha habido ningún precedente sino además porque la cronología de lo sucedido deja en evidencia al Gobierno nacional, que tardó más de un año en tomar una decisión sobre los juegos y cuando finalmente se comprometió a pagar no cumplió, según revela en una entrevista con el periodista Ricardo Ospina la emisora Blu Radio.
Panamericanos en Colombia y los caprichos de Petro
Las miradas están puestas sobre la ministra del Deporte, Astrid Bibiana Rodríguez, que ya tiene al menos dos citaciones a debates de control político en el Congreso para que explique por qué no se cumplió con el pago de los 8 millones de dólares por derecho de organización que tenía disponibles el ministerio para tal fin, según revela un documento divulgado por la W Radio, desmintiendo así a la ministra, que había argumentado inexistencia de dicho monto en el flujo de caja. Pero no sería la única responsable. El propio Gustavo Petro también tiene su cuota de responsabilidad. Unos lo acusan de falta de voluntad y otros de una mezquindad que raya en la venganza política. Lo cierto es que ha dejado la credibilidad de Colombia en cuanto a organización de eventos de esta magnitud por el piso.
Ciro Solano, presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), dijo en una entrevista con Blu Radio que cuando tuvo la oportunidad de tocar el tema de los Juegos Panamericanos con el presidente Petro, su respuesta fue que “eran muy costosos”. Y aunque se mostró dispuesto a avanzar puso condiciones que pudieron haber influido en el incumplimiento. El mandatario exigió que los juegos fueran financiados 60 % por el gobierno nacional y 40 % por los entes locales, y que no se celebraran solo en Barranquilla, sino en todo el Caribe, lo que incrementaría significativamente el costo del evento y dificultaría su financiación. Este capricho podría deberse a una “venganza”, según afirma la senadora Paloma Valencia, ya que Petro pretendió culpar de la falta de presupuesto al gobierno de Iván Duque, que fue el encargado de postular a Barranquilla como sede de los Panamericanos, pero la minuta de empalme desmiente a un Petro agobiado por su primer escándalo de 2024.
Última oportunidad para la credibilidad
“La credibilidad de Colombia era absoluta”, dijo el presidente del Comité Olímpico Colombiano en entrevista con Blu Radio. Pero tras el incumplimiento de pago, que derivó en el retiro de la sede, se vino al piso. “Aquí perdimos todos, perdió Barranquilla, perdió el país, y quedamos con una credibilidad muy baja”, dijo el exministro del Deporte, Ernesto Lucena, en conversación con La FM de RCN.
Panam Sports ha dado una última oportunidad a Colombia para recuperar la sede de los Juegos Panamericanos 2027. Aunque los alegatos son débiles y las posibilidades de que la decisión se revierta son escasas, será en una asamblea extraordinaria que se celebrará en febrero con los 41 países miembros donde se someterá a consideración la posibilidad de darle una segunda oportunidad a Colombia, que independientemente de la decisión que en esa reunión se tome, ya queda con la credibilidad golpeada para la celebración de eventos de esta magnitud.
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