Intimidación a Taiwán con 17 globos chinos en víspera de las elecciones
El Ministerio de Defensa de la isla informó que estos “globos aerotransportados” cruzaron la línea media en el Estrecho de Taiwán desde principios de diciembre para “afectar la moral” de los electores
Replicando el mismo modus operandi que se observó sobre los cielos estadounidenses el año pasado, el régimen chino decidió enviar globos a sobrevolar cerca de Taiwán. El agravante en este caso está en el hecho de que este presunto episodio de espionaje ocurre justo cuando faltan poco días para la celebración de las elecciones presidenciales en la isla que Pekín considera una “provincia rebelde” y que no oculta sus intenciones de invadir, lo que no solo ha elevado las tensiones con Taipéi sino también con Washington por el apoyo militar que Estados Unidos proporciona a Taiwán.
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El anuncio sobre estos globos chinos lo hizo el Ministerio de Defensa de la isla, que precisó que fueron 17 en total los que cruzaron la línea media en el Estrecho de Taiwán desde principio de diciembre. Inicialmente los identificaron como globos meteorológicos hasta el martes 2 de enero, cuando comenzaron a describirlos como “globos aerotransportados”, tal como cita un reporte del South China Morning Post. Para la cartera de Defensa de Taiwán, el mensaje es claro: “El Partido Comunista está utilizando drones y globos aerotransportados como forma de ataque e intrusión en la zona gris”. Además, indican que el objetivo es “afectar la moral” entre el pueblo taiwanés como parte de su “guerra cognitiva”.
EEUU activa patrullaje marítimo
El término “guerra cognitiva” se utiliza para definir el uso de tácticas psicológicas, desinformación u operaciones de influencia para “desestabilizar, influenciar, polarizar, manipular o afectar operaciones”. Esto iría en consonancia con el objetivo de Xi Jinping, cuyo régimen —horas antes de reunirse con el presidente demócrata Joe Biden en San Francisco, EE. UU.— dijo que “las personas que persiguen la independencia de Taiwán son esencialmente instigadores de la guerra”.
Entonces, a pesar de que hay gestos diplomáticos para bajar las tensiones, es claro que China no se aparta de su propósito. De hecho, algunas estimaciones indican que 2024 podría ser el año en el que finalmente Xi Jinping decida invadir Taiwán. Por eso hay exhortos a Biden para que proporcione un arsenal de disuasión en lugar que tener que suministrar más armamento al país insular cuando ya esté inmerso en una hipotética guerra como ocurrió con Ucrania.
Debido a esta polémica, Filipinas y EE. UU. activaron patrullas marítimas en aguas disputadas con Pekín (cercanas a Taiwán). Desde China decidieron responder de la misma manera al enviar “fuerzas navales y aéreas” para realizar una “patrulla rutinaria” en el mar Meridional. Mientras tanto, en el Partido Comunista chino (PCCh) aseveran que las elecciones del 13 de enero “son cruciales entre la paz y la guerra, entre la prosperidad y la recesión”.
El “efecto intimidante” de los globos chinos
Al régimen comunista chino no le conviene un presidente que mantenga la actual alianza estratégica con Estados Unidos. Probablemente por eso desde la alta cúpula diplomática china arremetieron contra William Lai, el candidato oficialista que lidera las encuestas, a quien acusaron de “carecer de integridad moral”. Lai se ha mostrado preocupado por supuestas interferencias electorales de China para influir en las votaciones.
A William Lai lo acompaña Bi-khim Hsiao como candidata a vicepresidente. Ella actualmente se desempeña como embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos. Viendo esta fórmula y sus convicciones políticas, se entiende por qué el régimen de Xi Jinping tiene interés en impedir su elección.
Más allá de atacar directamente a candidatos, el sobrevuelo de globos chinos muy cerca del espacio aéreo taiwanés también significa algo más: que China está observando a los electores entre sus 23 millones de habitantes, a pesar de que desde Pekín niegan esa intención. “Es más bien un efecto intimidante en lo que resulta ser un momento bastante delicado”, es la sentencia que lanza a, The New York Times Ko Yong-Sen, investigador del Instituto de Investigación de Seguridad y Defensa Nacional de Taiwán.
Hasta los momentos, no hay intenciones de derribarlos como hizo el Pentágono el año pasado. Y es que de hacerlo, en este caso podría ser interpretado por el régimen chino como una agresión que daría pie a una respuesta cuyas proporciones y consecuencias son inciertas.
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