Por qué la promesa de energía solar de China a Cuba es otra estafa más
Con un tercio del país caribeño en tinieblas y el temor a una nueva ola de protestas, el régimen comunista de Xi Jinping logró dos contratos con el régimen castrista que lidera Miguel Díaz-Canel. El objetivo de estas negociaciones es “aportar” más de 2000 megavatios (MW) al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cubano, “de manera paulatina”.
China siempre busca negocios, no importa dónde o con quién. En ocasiones por dinero, otras por interés geopolítico y la mayoría, por ambos motivos. En un intento por conseguirlo todo, prometió a Cuba solventar los apagones de la isla, a través de la instalación de parques de energía solar, bajo la promesa de una fracasada “transición verde”.
Con un tercio del país caribeño en tinieblas y el temor a una nueva ola de protestas, el régimen comunista de Xi Jinping logró dos contratos con el régimen castrista que lidera Miguel Díaz-Canel. El objetivo de estas negociaciones es “aportar” más de 2000 megavatios (MW) al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cubano, “de manera paulatina”.
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De acuerdo con 14yMedio, los acuerdos prevén la instalación de 92 parques de energía solar por parte de China entre 2025 y 2028. “Son contratos pagados con recursos del país, no con líneas de crédito”, reconoció el ministro de Energía y Minas cubano, Vicente de la O Levy. La Habana sería prioridad.
Confianza sin sentido
La dictadura confiará a Pekín la solución del problema eléctrico de Cuba en una clara muestra de falta de criterio, pues sobran las evidencias de irregularidades en proyectos similares.
La isla tiene 65 parques construidos y 15 en proceso de instalación. Ahora, el aporte de todos juntos no supera los 260 MW, que representa solo el 2 % de la generación eléctrica. Además, en 2014 régimen cubano estimó que tendría 24 % de generación en 2030, pero luego de 10 años de aquel anuncio, hoy no se supera el 5 %.
China tiene una cuota de responsabilidad en este fracaso. Sus proyectos de energía solar en Cuba, como el parque de Los Cristales, en Trinidad mantiene 80 % en espacio de 45000 metros cuadrados y aunque suponía un aporte 2,2 MWp (megavatios pico), equivaldría al 1,4 % de la energía que necesita Sancti Spíritus cada día. La provincia demanda unos 148 MW al día, de los que el 14% se reciben mediante el sol.
Negocios con intereses supremos
Ayudar a Cuba a solventar la crisis eléctrica no es la prioridad de China, al ofrecer energía solar. El objetivo real del gigante asiático es consolidar la dependencia mundial a este tipo de tecnología.
Una proyección de la consultora Wood Mackenzie estima que China acaparará el 80 % de la capacidad de fabricación mundial de componentes solares antes de 2026, tras invertir más de 130.000 millones de dólares en la industria el año pasado, con el fin de posicionarse como el proveedor de obleas de silicio, células fotoeléctricas y módulos fotovoltaicos.
De hecho, el dominio de la industria solar china avanza ya de forma aplastante, para alcanzar un teravatio de capacidad en funcionamiento este 2024. Con este recurso se cubriría la demanda solar anual de todo el mundo hasta 2032.
Los pasos en Latinoamérica son clave. China está a cargo de los dos mayores proyectos solares de la región: Cachari, de 300 MW, que Power China construye en la provincia argentina de Jujuy, así como también el proyecto multifásico Açu, de 1,1 GW, en Río de Janeiro, que construirá China Machinery Engineering Corporation.
Además, China es el proveedor oficial de paneles fotovoltaicos para los proyectos solares de la región, como el de Villanueva, de 828 MW, en Sonora (México), y el de Nova Olinda, de 292 MW, en Piaui (Brasil), ambos obtuvieron sus paneles solares de Jinko Solar.
Pretensiones con riesgos
Las pretensiones de dominio energético de China tienen riesgos. La industria solar mantiene una intensa sobreoferta por las propuestas de Estados Unidos, Reino Unido e India en el mercado que ha llevado a la cancelación de proyectos equivalente a 70 GW de capacidad. “Esta saturación del mercado se ceba con tecnologías más antiguas y de menor eficiencia, como las células tipo P y M6, cuya demanda podría caer al 17% para 2026”, advierte el analista tecnológico Matías S. Zavia, en Xataca.
Asimismo, este sitio web también menciona que China tiene una gran ventaja en este aspecto, ya que tienen entre sus futuros planes la construcción de más de 1000 gigavatios (GW) de capacidad de células solares de tipo N, que es la próxima generación de tecnología que reemplazará a las células de tipo P. Esta capacidad de producción es 17 veces mayor que la del resto del mundo.
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