En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amen.
Acto de contrición
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados y los aborrezco, porque al pecar, no sólo merezco las penas establecidas por ti justamente, sino principalmente porque te ofendí, a ti sumo Bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén.
Súplica a Nuestra Señora Desatanudos
Santa María, Madre de Dios, tú que con valor de mujer y de madre, dijiste a Dios, “Hágase en mí según tu palabra”, contágianos de esa fuerza, la fuerza de tu fe y de tu amor. María, hoy vengo a ti, lleno de dolor, a llorar mis penas en los brazos de una Madre que siempre escucha, que todo lo soporta, que todo lo cree. Cree en mí, Madre mía. Cree en mi dolor y en mi angustia. Qué no haría una madre por su hijo que no harías tú, María, Madre mía, por mí. Tan solo te pido que me escuches. Lleguen a ti mis súplicas, elévalas a tu Hijo bienamado y que Él interceda por mí.
Que yo también pueda decir: “Señor, hágase en mí según tu palabra”. Dame, María, la capacidad para aceptar los designios del Señor sobre mí. María, guíame, protégeme, desata la maraña de mis problemas. Solo tú nos liberas, María. Solo tú desatas. Solo tú y tu Hijo pueden librarme de la opresión en que vivo. Solo los hombres nos tropezamos con esa opresión en el caminar diario y somos los que nos enredamos en los lazos del orgullo, de la soberbia, de la incomprensión, de la falta de caridad y solidaridad.
Por eso acudo a ti, María, Madre mía, para que me liberes y desates los nudos que me impiden ser feliz y estar cerca de ti y de tu Hijo; para que con la oración perseverante dobleguemos los corazones endurecidos y podamos elevarnos hacia un mundo más generoso.
María, escucha mi oración…
Rezo de las 3 primeras decenas del rosario
Hoy te invitamos a rezar las tres primeras decenas del rosario con los tres primeros misterios del día.
Misterios de gozo (lunes y sábado)
1. La Anunciación, Lc 1, 26-38
2. La visitación de la Santísima Virgen María a Isabel, Lc 1, 39-45
3. El nacimiento de Jesús, Lc 2, 1-7
Misterios luminosos (jueves)
1. El bautismo de Jesús en el Jordán, Lc 3, 21-22 y Mt 3, 13-17
2. Jesús en las bodas de Caná, Jn 2, 1-11
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión, Mc 1, 14-15
Misterios dolorosos (martes y viernes)
1. La oración de Jesús en el huerto, Mt 26,36-46
2. La flagelación del Señor, Lc 18, 31-34 ; Jn 18, 38-40; 19, 1
3. La coronación de espinas, Jn 19, 2-7
Misterios gloriosos (miércoles y domingo)
1. La resurrección de Jesús, Mt 28, 1-7
2. La Ascensión del Señor a los cielos, Lc 24, 50-51
3. La venida del Espíritu Santo, Hch 1, 12-14 ; 2, 1-4
Meditación
Santa María, dame perseverancia en mi amor a Dios. Que acuda a Él, no solamente en los momentos de dificultad. Que aprenda a darle gracias tanto por lo que recibo y veo, como por lo que recibo y no llego a ver.
María, Virgen pura, desata este nudo que te presento: [nombrarlo si es posible].
Contemplemos a María, solo Ella con su Hijo, es capaz de desatar los nudos del mal, ya que Ella es la mujer que da a luz a quien aplastará la cabeza de la serpiente (Gen 3, 15); la única capaz de reconstruir el camino entre lo humano y lo divino, pues Ella es la virgen que trae al mundo al Emmanuel, “Dios con nosotros” (Is 7,14).
Rezo de las dos últimas decenas del rosario
Ahora te invitamos a rezar las dos últimas decenas del rosario con los dos últimos misterios del día.
Misterios de gozo (lunes y sábado)
4. La presentación de Jesús en el Templo, Lc 2, 22-24 y 33-35
5. Jesús perdido y hallado en el Templo, Lc 2,41-50
Misterios luminosos (jueves)
4. La Transfiguración, Mt 17,1-9
5. La institución de la Eucaristía, Lc 22, 7-22 y Mt 26, 17-28
Misterios dolorosos (martes y viernes)
4. Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario, Mt 27, 31-33; Mc 15, 21-22 ; Lc 23, 33-38 ; Jn 19, 18-24
5. La crucifixión y muerte de Jesús, Lc 23,33-38 ; Jn 19, 25-27
Misterios gloriosos (miércoles y domingo)
4. La Asunción de Nuestra Señor a los cielos, Ap 12, 1
5. La coronación de la Santísima Virgen como reina del cielo y de la tierra, Ap 12, 1-6a, 10 ab
Oración
Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida terrestre, aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestra dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y, al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones orden y haces más fuertes los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que acojas en tus brazos a [nombrarlo si es posible] y lo/la liberes de las ataduras y confusiones con que lo hostiga el Enemigo.
Por tu gracia e intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos que nos impiden unirnos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas la cosas, pongamos nuestro corazón en Él y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco*
*Con el acuerdo de la LEV - Libreria Editoriale Vaticana
En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amen.
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