Cierre de campaña de Maduro: las últimas maromas del circo chavista
El oficialismo muestra nerviosismo en las últimas horas al restringir aún más la observación internacional, rompiendo incluso con aliados ideológicos en la región, mientras las principales fichas del régimen intentan justificar lo injustificable
Con el muy ambicioso plan de llenar las principales calles de Caracas por doce horas después de 25 años de un régimen que ha hundido a Venezuela en la miseria, Nicolás Maduro –al frente del poder en los últimos 11 años– hace oficialmente este jueves su cierre de campaña, no sin antes evidenciarse el nerviosismo en el oficialismo con medidas desesperadas que van desde restringir aún más la observación internacional rompiendo con aliados históricos en la región hasta pretender justificar lo injustificable con las últimas declaraciones de sus más cercanos colaboradores.
No conforme con haber retirado la invitación a la misión de observación de la Unión Europea desde hace un par de meses, en las últimas horas el régimen chavista pateó la mesa hasta con sus aliados. El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil decidió no viajar a Caracas ante los ataques de Maduro al sistema electoral brasileño, luego de que el mandatario de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostrara “asustado” por la amenaza del dictador venezolano con un “baño de sangre” si él no gana, aprovechando para recordarle que en una democracia “el que gana se queda, y el que pierde se va”.
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Haber coincidido con Lula fue el pecado del expresidente argentino, Alberto Fernández, quien anunció este miércoles que el chavismo le retiró la invitación como veedor por haber dicho en una entrevista una obviedad como que “el que gana, gana, y el que pierde, pierde”. Colombia también canceló en las últimas horas el viaje de su misión de observación a la capital venezolana sin ofrecer detalles. No hay que olvidar que cuando Maduro atacó al sistema electoral brasileño también incluyó al colombiano y al estadounidense. Por los momentos, el Gobierno de Gustavo Petro ha dicho que esperará resultados y reacciones de las elecciones antes de fijar una posición política y diplomática. Y para completar el cuadro de mandatarios izquierdistas que se han mostrado preocupados por el lenguaje violento del oficialismo en Venezuela, el chileno Gabriel Boric se sumó este jueves advirtiendo que Maduro “no puede amenazar con baños de sangre”.
Justificando lo injustificable
Y ha sido justamente esa infeliz declaración la que ha generado más preocupación en la comunidad internacional mientras desde el chavismo se esfuerzan por explicar lo inexplicable. Fue así como el fiscal general del régimen, Tarek William Saab, hizo maromas en una entrevista con un medio internacional para tratar de interpretar y justificar a Maduro cuando el periodista le preguntó por la amenaza con un “baño de sangre”, remontándose Saab a otros hecho para intentar darle un rebuscado contexto con algo que no convenció al moderador, quien sin titubear lo interrumpe para reprocharle que Maduro “no parecía hacer referencia a todo esto que nos está contando”.
Casi en paralelo, Diosdado Cabello usaba una vez más su programa Con el mazo dando, no solo para hacer campaña a favor de Maduro faltando pocas horas para el cierre, sino también para intentar exponer supuestas irregularidades de la oposición. De esta manera, denunció que el rector del CNE, Juan Carlos Delpino, le estaría pasando información confidencial de la elección a Delsa Solórzano, testigo por la Plataforma Unitaria ante el organismo electoral, para filtrarla a los “laboratorios de guerra sucia”, según Cabello, para de esta manera “montar la narrativa del fraude”. Todo esto sin hacer referencia a que ellos reciben información constante del propio presidente del CNE, el chavista Elvis Amoroso, e ignorando la incoherencia de afirmar que la oposición usará esa información para presuntamente ofrecer resultados falsos, cuando de ser así no necesitarían entonces los números oficiales.
Más de lo mismo
Hay otro detalle que se ha dejado ver en el cierre de campaña de Maduro, y es la división interna en el oficialismo. No es poca cosa que Diosdado Cabello haya hecho un llamado a la militancia chavista a votar “en las tarjetas que siempre han votado”, asomándose una “zancadilla al partido Futuro”, tal como expone el analista y presidente de Poder & Estrategia, Ricardo Ríos, considerando que una importante facción del chavismo liderada por Maduro está apostando al éxito de este movimiento para intentar –sin importar el triunfo o la derrota– reunificarse bajo este partido al que darían una fachada más apegada a la izquierda progresista que al socialismo tradicional fracasado. Diosdado sabe que en caso de funcionar esta estrategia él se hundiría junto con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Y en cuanto al cierre oficial de la campaña de Nicolás Maduro en Caracas, la promesa de “tomar” la capital durante doce horas no mostraba señales de éxito transcurrido más de medio día, según se pudo observar en un recorrido del canal NTN24 en el que solo se ven largas filas de autobuses en los que el oficialismo trasladó personas desde otras regiones para concentrarse en el centro de la ciudad. Y pasadas las 6:00 de la tarde el fracaso ya era más que evidente, cuando no alcanzaron a llenar ni una cuarta parte de la avenida Bolívar.
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