¿Estuvo correctamente sancionado el penal más insólito del mundo?
La jugada que tuvo lugar en el fútbol de Brasil fue señalada como una de las más insólitas en la historia del deporte. ¿Actuó correctamente el árbitro?
Flamengo había alcanzado el empate ante el Criciuma, pero se acercaba el final del partido. Sin embargo, los de rojo y negro pudieron encontrar la victoria de la mano de in insólito penal, que los relatores de Brasil denominaron “el más bizarro de la historia”.
Que haya un segundo balón en el campo de juego es algo usual en el fútbol. A veces, la pelota extra ingresa para generar confusión, pero muchas veces entra al campo al momento de un lateral donde, en el apuro, los asistentes acercan una, mientras los jugadores toman otra. Como sea, si se comenzó a jugar con un balón, mientras que dentro de la cancha hay otro, lo que suele suceder es que algún jugador patea fuera del campo la pelota extra y todo sigue su curso. Muchas veces, ni siquiera se interrumpe el juego.
Cuando nadie procede a quitar el balón mientras se desarrolla el partido, el árbitro interrumpe el juego, quita la pelota sobrante y se retoma la historia con un pique. Usualmente, el suceso no tiene ningún impacto en el juego ni en su resultado. Pero lo que sucedió ayer en Brasil escribió una insólita página en la historia futbolística. Lógicamente, con debate incluido.
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Mientras el Flamengo se venía con todo para conseguir la victoria, que le de los tres puntos para seguir luchando por el campeonato, dentro del área rival había otra pelota, que había sido arrojada desde el exterior del campo. Sin embargo, ante la presión de un ataque con riesgo de gol, ni los defensores ni los delanteros podían desentenderse del juego un instante como para alejar la bola extra.
Cuando la jugada entró al área, y el jugador del Flamengo encontró el espacio para disparar al arco, el defensor utilizó la otra pelota para arruinarle el disparo, ya que estaba lejos como para impedirle el disparo con su cuerpo. El árbitro, que había visto que había otra bola en el área y no había decidido cortar el juego, cobró penal sin dudarlo un instante.
Yendo a la cuestión reglamentaria, lo cierto es que hay una cuestión objetiva y otra opinable. La debatible es si hizo bien en permitir la continuidad de la jugada, mientras había otra pelota en el área. Unos pueden decir que debió pitar e interrumpir el juego, pero lo cierto es que esto no hubiera sido “neutro”. El Flamengo atacaba y una interrupción hubiera significado un perjuicio claro para uno de los dos equipos. Si la jugada hubiese concluido sin que suceda nada vinculado con la bola extra, la misma podía haber sido retirada luego.
Sin embargo, el elemento intruso fue utilizado por el defensor para arruinarle un tiro de gol al jugador rival, lo que terminó en el disparo de los doce pasos. Y aquí no hay debate: el reglamento dice que si algo se utiliza para este fin, se trata de una “infracción”. Como una mano o una patada. Al ser dentro del área, debe cobrarse penal.
Resumiento, la actuación del juez fue correcta. No solamente por lo que decidió cobrar, sino por lo claro que tenía el reglamento. Incluso, ante una eventual jugada atípica como esta. El hombre que utilizó la segunda pelota para distraer al rival, aunque no asumió la intención de su intervención, reconoció que no tenía ni la más pálida idea que estaba cometiendo una infracción que pueda generar un penal para
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