¿Quién será el sucesor de Lula?
Los petistas, luego de más de 40 años de actividad política y de haber dejado una huella negativa en la historia del país, creen que aumentar la correlación de fuerzas es difícil por causa de la estructura político-electoral.
Roderick Navarro PANAM POST 
La avanzada edad de Lula y la radicalización de su revolución en el tercer mandato, deja preocupaciones entre los miembros del Partido de los Trabajadores (PT). Su generación no encuentra herederos como ellos para dejar en sus manos el proyecto revolucionario que coloca a Brasil como el representante de un proyecto global de dominación en Suramérica en contra de Occidente como hoy lo conocemos.
Según José Dirceu, uno de los fundadores del PT, el proyecto político del partido siempre fue gobernar Brasil. Pero a pesar de que ya tienen 5 gobiernos, por cierto, con uno que no concluyó por el juicio político a Dilma Rousseff en su breve mandato, a estas alturas argumenta que nunca han podido hacerlo bien porque siempre han llegado a la presidencia sin tener la mayoría en el parlamento. Frente a esto, el condenado por corrupción indica que habría que sobrevivir este gobierno de Lula y cambiar la correlación de fuerzas para el 2026 y así tener un chance para gobernar el país y llevar adelante una reforma de renta, lucros y dividendos, lo cual, a su criterio, son causantes de los grandes problemas que tiene Brasil.
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Pero los petistas, luego de más de 40 años de actividad política y de haber dejado una huella negativa en la historia del país, creen que aumentar la correlación de fuerzas es difícil por causa de la estructura político-electoral del Brasil- aun así, curiosamente no aceptan que la tendencia de su popularidad es decreciente.
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Siendo este el contexto, no hay entre los más jóvenes del PT algún sucesor que represente el liderazgo que Lula representa hoy para su partido. No lo es la actual presidente del partido, Gleissi Hoffman, ni tampoco el actual ministro de economía y excandidato presidencial por la sigla, Fernando Haddad.
En cambio, es posible percibir en la política brasileña el crecimiento de un proyecto revolucionario que posiblemente obligará al PT a moderarse en el futuro. El Partido Socialismo y Libertad (PSOL), liderado por Guilherme Boulos, ha venido mordiendo las bases de la izquierda petista mediante la modernización de su forma de acción política al tiempo que promueve posturas más radicales que el PT.
Es importante resaltar, que Boulos es el candidato de la izquierda en la actual contienda electoral del octubre de 2024 para la alcaldía de São Paulo, la que tiene mayor población de las 5569 que existen en el país. El líder del Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST), que se ha caracterizado por una política de invasiones y depredación de la propiedad privada, es apoyado por Lula para esta elección. Asimismo, Boulos tiene una relación estrecha con el Instituto para Reforma das Relações entre Estado e Empresa (IREE), que promueve el proyecto revolucionario para el beneficio de un sector económico políticamente comprometido con ellos y con la Agenda 2030.
En otras palabras, el financiamiento de instituciones internacionales ha brindado a Boulos edificar un proyecto político revolucionario más radical y más dependiente al interés global antinacional, más que el petismo. Por ejemplo, Lula en campaña se disfraza de católico y pro vida, pero Boulos si atenta contra la fe cristiana y promueve el aborto y la agenda de genero de forma exacerbada ¿Será Boulos el heredero de Lula? La respuesta de los petistas sería que no. Pero esto parece que depende más de los intereses revolucionarios globales, que de los mismos izquierdistas brasileños a estas alturas.
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