EEUU llega a Doha con la mira puesta en liberar a los rehenes y evitar otro ataque de Irán
Estados Unidos asumió la mediación en las negociaciones entre Israel y el grupo terrorista Hamás para lograr un cese al fuego en Gaza. Sin embargo, evitar que Irán ejecute un ataque masivo contra Israel que propicie una guerra en Medio Oriente es el objetivo supremo de la administración de Joe Biden en la mesa de conversaciones instalada en Doha, Catar. La oportunidad para contener a Teherán parece única y épica en medio del conflicto armado.
Washington necesitará más diplomacia que nunca, considerando que el ayatollah Ali Khamanei —líder supremo de Irán— acusa a Israel de asesinar al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en su capital, tras arribar al país persa para participar de la asunción del presidente iraní Masoud Pezeshkian.
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Irán mantiene su amenaza de venganza, pero la Casa Blanca en conjunto con el G7, Egipto, Catar, Arabia Saudita, Jordania y las Naciones Unidas impulsan el cese del fuego entre Hamás e Israel como el paso clave para convencer a Irán sobre las consecuencias que generaría su participación bélica en el conflicto, según publica Infobae.
Propuesta con plazos
La propuesta de Biden se orienta a alcanzar un cese al fuego durante seis semanas para comenzar a bajar la tensión entre el gobierno de Benjamín Netanyahu y Hamás. En ese periodo, la Casa Blanca y sus aliados en la negociación promueven la liberación de rehenes, adultos mayores y heridos de gravedad, así como también la autorización del ingreso de ayuda humanitaria en Gaza.
Hasta ahora, no hay avances significativos ni con Hamás ni Irán. Cambiar el escenario está en manos del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), Williams Burns y de Brett McGurk, coordinador de la Casa Blanca para Medio Oriente. Ambos lideran la mediación para persuadir a Irán.
Catar, por su lado, designó a su primer ministro, Mohammed Al Thani mientras que Israel encomendó a David Barnea, jeefe de la Mossad- y a Ronen Bar, titular del Shin Bet, para evaluar un posible acuerdo.
Autoexclusión de Hamás
En la sala de reuniones, falta la representación de Hamas. La indisposición de la organización terrorista obligó a Estados Unidos a desplegar dos portaviones, un submarino con misiles de largo alcance, tropas de elite y jets de combate de última generación para fortalecer la defensa aérea de Israel.
Hay expectación considerando que los indicios de EEUU apuntan al uso de cohetes y drones artillados por parte Irán con ayuda Hezbollah desde el Líbano.
“No voy a especular ni a entrar en hipótesis sobre si Irán lanza un ataque o uno de sus representantes lanza un ataque. Sus comentarios públicos han sido muy claros, así que debemos tomarlos en serio. Pero nuestro objetivo es reducir la tensión, trabajar para permitir ese alto el fuego y lograr que estos rehenes regresen a casa”, aseguró Pat Ryder, vocero del Departamento de Defensa estadounidense.
Hamás condiciona su ingreso a las negociaciones sólo si se produce un avance importante hacia el cese del fuego en Gaza. Ya Khalil -al-Hayya, jefe de los negociadores de Hamas, radicado de forma clandestina en Doha adelantó la posición a las contrapartes de Qatar y Egipto.
Las posibilidades se reducen cuando Netanyahu aboga por la permanencia de las tropas israelíes en la zona de conflicto, el registro de los civiles en la zona norte de Gaza para limitar el contrabando de armas y control de los corredores que limitan la Franja con la frontera de Egipto.
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