Maduro y la geopolítica de la soledad

 Maduro y la geopolítica de la soledad

Como nunca antes en la historia, el resultado de las elecciones en Venezuela ha tenido efectos inmediatos en la región. América Latina ahora se divide en dos bloques: uno mayoritario de países que apoyan a la democracia y sus instituciones, y otro compuesto por los aliados más radicales del chavismo.

Elecciones - Venezuela - Nicolás Maduro - Fraude electoral

Por Suhelis Tejero

Apenas habían pasado unos minutos desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció los resultados de las elecciones, y el presidente venezolano Nicolás Maduro ya recibía los primeros reveses diplomáticos. Sin dar muchas vueltas, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que los números oficiales que dieron como ganador a Maduro eran “difíciles de creer”, y que su país no reconocería ningún resultado que no fuera verificable. A partir de ese momento, los cuestionamientos a los resultados presentados por la autoridad electoral cayeron en cascada y han dejado a Maduro aislado en su propio continente.

Además de Chile, otros 15 países no han reconocido los números presentados por el CNE y han exigido, para aceptar el supuesto triunfo de Maduro, las actas de votación de cada centro electoral y auditorías con veedores independientes. Como respuesta, el martes 30 de julio la Cancillería venezolana retiró su personal diplomático en sus misiones de algunos de esos países: Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Uruguay. En el caso de Perú, al día siguiente de la elección llamó a consultas a su embajador en Venezuela y el martes reconoció el triunfo de Edmundo González.

#ÚLTIMAHORA | El Gobierno de Perú reconoce al opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela en los comicios del pasado domingo, afirma el canciller Javier González-Olaechea. pic.twitter.com/KQGitk34eB

— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 30, 2024

Eugenio Martínez, experto electoral venezolano, indica que lo sucedido esta vez con  la comunidad internacional “es algo que nunca había ocurrido en los últimos 20 años en Venezuela, al menos desde que el chavismo llegó al poder”. Según las cifras oficiales,  el presidente habría obtenido el 51,2% de los votos, mientras que su rival Edmundo González –quien se presentó en el lugar de la inhabilitada María Corina Machado– habría alcanzado solo el 44,2%. Cifras radicalmente distintas de las que reclamó la oposición, según las cuales, contado el 73,2% de las actas electorales, González tenía a su favor el 70% de los votos.

Los aliados ideológicos del chavismo se apresuraron a celebrar la victoria de Maduro.  Bolivia, Cuba, Nicaragua, Honduras y –fuera del continente americano– China, Rusia e Irán no se contuvieron a la hora de felicitar al gobernante venezolano. Moscú, a través de su portavoz Dimitri Peskov, incluso criticó a la oposición por no aceptar los resultados.

El cuestionado resultado con el que el Consejo Electoral de Venezuela proclamó ganador a Nicolás Maduro sobre Edmundo González le ha significado al mandatario venezolano más repudio que respaldo internacional.

Así lo muestra el panorama en las Américas.🌎#LaHoraDeVenezuela⏰️🇻🇪 pic.twitter.com/XNbI9sHg8i

— CONNECTAS (@ConnectasOrg) July 29, 2024

Carmen Beatriz Fernández, consultora en comunicación política, cree que la brecha geopolítica es muy clara y que marca una ruptura de las alianzas tradicionales en la región y en el mundo en general. “Ya no es la división tradicional de izquierda y derecha, sino que lo que ya viene asomándose desde hace algunos años es quién es demócrata y quién no lo es”, resalta la experta.

Fernández no tiene duda del carácter fraudulento de los resultados presentados por el CNE, controlado por el chavismo, y considera que el aislamiento regional de Maduro dependerá de la postura que finalmente asuma el presidente de Brasil, Lula da Silva, su aliado histórico.

El asesor especial de Lula, Celso Amorim, está en Venezuela desde antes de las elecciones como veedor del proceso y, aunque con un volumen más bajo, ha considerado necesario presentar las actas de los colegios electorales y ha reconocido una falta de transparencia preocupante en el proceso. Sin embargo, como señala la consultora, “en realidad, el rol que tiene Amorim en este proceso es el de establecer canales para negociar y llegar a acuerdos en un escenario complicado como el que estamos viendo”.

🇻🇪 Aumenta la tensión en Venezuela

El excanciller brasileño Amorim dijo que Maduro se comprometió a entregar “las actas electorales en los próximos días”

La líder opositora Machado afirmó que tiene “cómo probar” que ganó González Urrutia. pic.twitter.com/jDI1SN6DQV

— Telemundo (@TelemundoUY) July 30, 2024

Brasil no solo ocupa ese puesto tan determinante en la situación venezolana por ser Lula un aliado histórico del chavismo. Su carácter de gigante económico en la región y su influencia como miembro del G20 y de los BRICS, además de país fronterizo con Venezuela, lo dejan en una posición clave para ayudar a resolver el conflicto.

Y la posición de su gobierno no deja de ser ambigua y riesgosa para el propio Lula, dada la extrema  polarización que también vive en su país. Hace un año, cuando algunos periodistas le preguntaron si el gobierno de Maduro era o no democrático, respondió que “el concepto de democracia es relativo” y que Venezuela ha tenido más elecciones que Brasil. Por esos días, también dijo durante una cumbre de presidentes sudamericanos que la idea de que en Venezuela había una dictadura era una “construcción narrativa”, unas declaraciones que desataron las críticas de varios mandatarios que asistieron a la reunión de alto nivel.

Pero hace algunos días el propio Lula ofreció unas llamativas declaraciones sobre Venezuela. “Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre. Quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre. Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas, cuando pierdes, te vas”, dijo. Sin mencionar a Lula, aquel respondió que quien se haya asustado con la frase, que se tome un té de manzanilla.

Lula da Silva dijo que le asustaron las declaraciones de Maduro sobre un “baño de sangre” si no gana las elecciones en Venezuela https://t.co/s8cYX6yri1

— CNN en Español (@CNNEE) July 23, 2024

Luego, según reportó France 24, Lula coincidió en una llamada con Joe Biden en la necesidad de exigir las actas de escrutinio. Pero casi en forma coincidente, en una entrevista con la Cadena O Globo, recomendó a la oposición, en caso de desacuerdo con el resultado, acudir a los estrados judiciales, que obviamente están bajo el control del chavismo.

Ante esas contradicciones, algunos piensan que el brasileño no ha decidido finalmente su posición al respecto. Para el analista Marco Bastos, si Lula apoya a Maduro, podría perder el respaldo de parte de sus seguidores en casa. Y también le daría un argumento a la derecha bolsonarista que reclamó —sin pruebas y muy al estilo Donald Trump— un fraude en las elecciones brasileñas de 2022.

“Si el PT (Partido de los Trabajadores de Brasil) legitima lo que muy probablemente fue un fraude electoral en Venezuela, ¿qué relato va a tener el partido de Lula cuando en dos años el bolsonarismo muy probablemente vuelva a hablar de fraude si pierde? Le va a sonar a muchos electores, incluso a los que no son de derecha, que posiblemente para el PT la democracia es un valor relativo”, advierte Bastos.

Pero por otro lado, la opción de no reconocer a  Maduro y avalar la denuncia de fraude electoral podría traer consecuencias —poco claras todavía— con China y Rusia, socios de Brasil en el bloque de los BRICS.

¿Cómo ganar sin tener los votos?

Maduro lleva como presidente 11 de los 25 años que el chavismo acumula en el poder. Ese movimiento izquierdista hoy en día controla todos los poderes públicos, incluyendo al electoral. De allí que no es la primera vez que la oposición haya denunciado ventajismo y fraude en las cifras electorales.

Las elecciones del 28 de julio fueron en realidad el resultado del acuerdo de Barbados, por el cual el gobierno de Maduro se comprometió a adelantar unas elecciones que debían ser a finales de este año y a comprometerse con unas garantías electorales mínimas. Con esas premisas, la oposición comenzó el proceso de escogencia de su candidato, aunque María Corina Machado, la aspirante obvia por haber ganado abrumadoramente unas  elecciones primarias, no pudo inscribirse. En efecto, el Tribunal Supremo de Justicia le notificó que estaba inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años, como tantos otros dirigentes en los últimos meses.

Esa irregular situación llevó a los opositores a decantarse por un nombre que estuviera a salvo de las maniobras oficialistas. Y  al final, tras un intento fallido de inscribir a Corina Yoris, escogieron a un desconocido exdiplomático, Edmundo Gonzalez Urrutia. Con el paso de las semanas, en medio de multitudinarias manifestaciones, las encuestas previas comenzaron a decir que no había margen para la duda sobre lo que sucedería, con una ventaja de unos 20 puntos de González sobre Maduro. Y llegado el día de las elecciones, María Corina Machado denunció varias irregularidades, entre las más importantes, que la transmisión de los votos se detuvo en cierto momento de esa noche y que no les dieron acceso a todas las actas de los centros de votación.

Al respecto, Eugenio Martínez explica que para poder auditar los resultados de los comicios deben cumplirse al menos tres condiciones: que las máquinas de votación impriman un acta de escrutinio y que los testigos tengan acceso a la misma, que se hagan los procesos de verificación posterior y que el CNE publique los resultados que recibieron las salas de totalización de votos con el detalle del centro y mesa de votación. “Ninguna de las tres condiciones se ha cumplido hasta este momento”, señala. Por el contrario, el CNE se apresuró, no solo a anunciar la ventaja de Maduro, sino a proclamarlo oficialmente vencedor.

Pero los abusos fueron mucho más allá de las inhabilitaciones. Durante la campaña electoral se registraron más de 70 detenciones de personas que colaboraron con la campaña electoral opositora, tanto dirigentes cercanos a Machado, como a conductores de los transportes en los que se movilizó junto al candidato González. Incluso el gobierno cerró restaurantes por el solo hecho de haber prestado sus servicios a los opositores en campaña.

Millones de venezolanos en el exterior no podrán votar en estas elecciones por las trabas que impuso el régimen de Nicolás Maduro, solo 69.211 ciudadanos fuera de las fronteras de Venezuela podrán ejercer su derecho al voto. Estos bloqueos incluyen períodos de inscripción cortos,… pic.twitter.com/hXW7uKU3gG

— NTN24 (@NTN24) July 28, 2024

Las trabas electorales también afectaron a los más de siete millones de ciudadanos que emigraron de su país. Según el Observatorio Electoral Venezolano, un total de 5,5 millones de esos migrantes estaban habilitados para votar, pero solo unos 69.000 lograron registrarse para hacerlo desde el extranjero, tras superar los obstáculos impuestos por el CNE a través de sus embajadas y consulados. Allí pesaron la lentitud de los procesos de inscripción, la exigencia de una residencia legal permanente en el país donde viven y la de disponer de un pasaporte vigente, un documento que resulta difícil y costoso de obtener. A eso se sumó que en Estados Unidos y Ecuador –dos de los países que más migrantes han recibido– no cuentan con misiones diplomáticas.

Por los momentos, es difícil saber si estos días marcarán el inicio del fin para más de dos décadas de chavismo en Venezuela. Las protestas que han atravesado al país, principalmente en Caracas, muestran a los sectores más deprimidos dispuestos a todo para sacar a Maduro. Ya parecen pesar demasiado tantos años de privaciones materiales y de limitaciones a la libertad.

Pero dados los antecedentes, es improbable que los disturbios en la calle, o incluso la inusitada presión internacional, sean suficientes para dar por terminada esta larga dictadura. Lamentablemente, y como casi siempre, la decisión estará en manos de la fuerza pública, única que podría evitar un baño de sangre como el que advirtió Maduro. “Lo que estamos viendo es el último zarpazo a los restos de la democracia venezolana”, lamenta la experta Fernández. Una democracia que, sin duda, se juega la última posibilidad de revivir en Venezuela.

Resultados de nuestro #Opinómetro de la semana:

#Opinómetro 📣

¿Cuál debería ser la respuesta de la comunidad internacional ante las denuncias de fraude electoral en #Venezuela 🇻🇪?

— CONNECTAS (@ConnectasOrg) July 31, 2024