PUEDES…
Puedes llevarme,
¡Oh, parca!, en tu carruaje,
al inframundo,
de donde no hay regreso,
y nadie sabe
cómo es, si tiene sol
y sólo tú conoces.
Nada me llevo,
pues nada traje al mundo,
sólo mi llanto.
Dejo mis libros,
y los frustrados sueños
de bienhechor.
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