Demócratas, cada vez más irracionales en su duelo que apunta a rupturas familiares y abandono de X
Podría decirse que los seguidores de la derrotada candidata Kamala Harris están recorriendo las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación
Duelo, término que suele utilizarse para definir “el proceso de adaptación que sigue a cualquier pérdida”. Y es que si alguien la está padeciendo en carne propia son los artistas y medios alineados al Partido Demócrata, luego de la victoria de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Desde feministas promoviendo no vincularse sentimentalmente con hombres hasta abandonar el país o evitar a miembros de la familia que votaron por el expresidente republicano, las reacciones son infinitas.
Entonces, podría decirse que los seguidores de la derrotada candidata Kamala Harris están recorriendo las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Sin embargo, lejos de intentar dar un diagnóstico profesional —lo cual corresponde a especialistas de la psicología—, las señales que está mostrando este electorado responden a una auténtica ira.
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La famosa actriz de Hollywood Jamie Lee Curtis es una de tantas que comprueba este planteamiento. Decidió eliminar su cuenta de X (red social propiedad de Elon Musk, quien apoyó la candidatura de Trump). A pesar de no dar explicaciones, luego publicó en Instagram una frase sobre “aceptar las cosas que no puede cambiar”. Su colega, Bette Midler, también se despidió de la plataforma. Ambas celebridades, muy queridas por quienes las hemos visto en el cine, tristemente siguen una retórica en la que se mide la verdad por las ofensas que sienten ciertas minorías victimizadas, como ha explicado el psicólogo canadiense Jordan Peterson, en lugar de medirla por su mera naturaleza. Lo mismo hizo la cantante Toni Braxton cuando Musk compró Twitter.
Insólita recomendación de psiquiatra woke
No puede esperarse otra cosa de famosos como Jamie Lee Curtis o Bette Midler, después de todo, el discurso progresista de Kamala Harris en su extinta campaña obedecía a divisionismos basados en género, raza o ideología política y de los cuales responsabilizó a Donald Trump, cuando el republicano de acuerdo con el análisis de distintos expertos enfocó su mensaje a resolver necesidades que afectan a todos los estadounidenses, sin importar el color de piel o procedencia.
Sumado a los dos casos anteriores, The Guardian también decidió irse de X. Su directiva asegura que lo consideraban desde hace un tiempo “dado el contenido a menudo perturbador que se promueve o se encuentra en la plataforma, incluidas las teorías conspirativas de extrema derecha y el racismo”. Curiosamente nunca hubo tal protesta cuando la red social estaba en manos de Jack Dorsey, quien admitió ante el Congreso la manipulación de información en línea contribuyendo así al ataque contra el Capitolio en el año 2021. No obstante, ahora para este medio “X es una plataforma mediática tóxica”.
A este éxodo, que responde a fanatismos ideológicos y partidistas, lo acompaña otra señal de ira en este ciclo del duelo que atraviesan los seguidores progresistas de Kamala Harris. Programas de televisión populares como The View, transmitido por la cadena ABC, proponen excluir a familiares que votaron por Trump de las reuniones navideñas. Lo más alarmante, es que en el caso del canal de tendencia izquierdista MSNBC, una psiquiatra alentó a personas del colectivo Lgbt a hacer lo mismo. “Hay una idea social que sostiene que si alguien es tu familia, tiene derecho a que le dediques tu tiempo. Y creo que la respuesta es absolutamente no”, sostuvo.
En conclusión, lo que se está viendo entre los votantes demócratas es un duelo que finalmente no terminará en otra cosa que en la aceptación. Algunos justifican la derrota de Harris asegurando que “no tuvo suficiente tiempo” para hacer campaña luego de reemplazar a Joe Biden, pero el argumento se desmorona por los cuatro años que ambos tuvieron para gobernar el país. Es necesario aceptar que su desempeño como vicepresidente fue deplorable y aún más, su campaña electoral.
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