La mentira detrás de las excarcelaciones de presos políticos en Cuba
El régimen de Cuba aplicará sólo subsidios de las penas en lugar excarcelaciones reales a los presos para mantener la amenaza de persecución.
Ningún anuncio del régimen cubano representa a cabalidad lo que promete o propone la cúpula comunista a la isla o la comunidad internacional. Siempre hay algo oculto, una letra pequeña sin mostrar o un interés detrás velado. El aviso de la excarcelación de 553 presos políticos por “motivos humanitarios” es sólo un capítulo más de las falsas acciones del castrismo.
Aunque la cúpula que lidera Miguel Díaz-Canel insiste en que la decisión es un “gesto unilateral de buena voluntad” que beneficiará a un grupo de cubanos detenidos durante las protestas ciudadanas en su contra, la medida se reduce a un subsidio de la pena, en lugar de una real excarcelación.
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En contacto con PanAm Post, Javier Larrondo, presidente de la organización Prisoners Defenders, asegura que “van a darles los subsidios de pena que les corresponden pero manteniendo las condenas, la amenaza de revocación, la vigilancia, el hostigamiento, la imposibilidad de trabajar”.
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Al respecto, Larrondo explica que los presos escogidos por el régimen cubano mantendrán sus condenas intactas. “No hay noticia positiva”, recalca, tras precisar que excarcelar en Cuba no es liberar, cuando se otorgará libertad condicional, licencias extrapenales o subsidios de pena, entre los que se incluye el trabajo forzoso sin internamiento, lo cual constituye otro nivel de persecución, hostigamiento y represión domiciliar, al tener el exconvicto la amenaza permanente de la regresar a prisión.
Sin información
El Vaticano fungió de intermediario en este proceso. Nadie tiene claridad sobre si la Santa Sede o el Papa Francisco conoce la artimaña judicial escondida en el anuncio del régimen cubano.
De hecho, ni la máxima autoridad de la Iglesia católica en Cuba, el cardenal Juan García, sabía de las excarcelaciones. “Me acabo de enterar No sé si va a haber liberación de presos políticos porque esas gestiones se han hecho a lo largo de muchos años, algunas veces con éxito y otras no” confesó.
Tampoco el centro de asesoría legal Cubalex cuenta con información oficial sobre quiénes serán los presos políticos que volverían a las calles de La Habana. “No sabemos nada”, dijo a Martí Noticias la abogada Laritza Diversent, coordinadora de la organización independiente que lleva registro de los prisioneros políticos de la isla.
Lo único claro es la existencia de al menos 1.161 prisioneros políticos en Cuba, más del doble de la cifra de presos que el castrismo liberará. De ellos, 892 son calificados como convictos de conciencia, 230 condenados de conciencia y 39 casos como otros presos políticos.
Además, hay 11.000 jóvenes- la mayoría afrocubanos- pertenecientes a organizaciones opositoras, con penas medias de dos años y diez meses, que sufren condenas “precriminales”, es decir, sin delito alguno cometido ni en grado de tentativa. A todos se les procesa por una conducta en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista.
Fichas de intercambio
Los presos políticos en Cuba son el botín del régimen para presionar acuerdos con Estados Unidos. Es la única percepción posible cuando las excarcelaciones trascendieron a la opinión pública una hora después de del gobierno de Joe Biden anunciar la eliminación de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y la suspensión del Título III de la Ley Helms-Burton, creado en 1996 para permitir que los estadounidenses, incluidos los cubanos nacionalizados, pudieran demandar ante tribunales de EE.UU. a las compañías que supuestamente se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas hace 60 años, antes de la Revolución.
El régimen espero hasta la confirmación de la eliminación de restricciones a entidades cubanas para hacer negocios con Estados Unidos. Con ello, le advierte al republicano Donald Trump que sus pasos también dependen de los que de la Casa Blanca. La estrategia sin fin.
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