TERESA HOY

 

Oraciones y recreaciones piadosas Sencillo como un niño Mise en contexte El 10 de enero es el aniversario de la toma de hábito de Teresa en 1889. Celebremos hoy este momento tan importante en el que tuvo la gracia de vivir bajo la nieve. Teresa expresa poéticamente su amor por la nieve en el Manuscrito A, donde cuenta cómo soñaba con ver la naturaleza cubierta de blanco, como ella. Inspirándonos en su admiración por la nieve, meditemos sobre este piadoso texto recreativo escrito en 1895. Inspirándose en la contemplación evangélica de Betania, Teresa nos arrastra a un profundo embeleso con la sencillez de una niña, sencillez que el Beato Padre María Eugenio evoca en estos términos: «La contemplación es un “simplex intuitus”, es decir, una simple mirada a la verdad, a Dios (...) La contemplación de Teresa es, pues, muy sencilla: su mirada pura no está realzada por ningún adorno ni elemento secundario (...). Se podría decir que no es gran cosa, es tan sencilla... (P. María Eugenio del Niño Jesús, Tu amor ha crecido conmigo, genio espiritual: Thérèse de Lisieux). Teresa me escribe MAGDALENA ¿No tienes tus ángeles? ¿Con sublime ardor?.... En sus nudillos blancos Difunde tus favores.... Yo, pobre pecador yo no merecia La ternura inefable De tu privacidad. JESÚS Mucho más alto que los ángeles subirás un día Hablarán tus alabanzas Envidiando tu amor.... Pero toma en la tierra Para atraer mis corazones que vivir solo ¡Orad por los pecadores!... MADGDALENA Oh ! de un amor extremo Siento arder mi corazón!... Y tu voz que me encanta El ardor se redobla. Pero para ser apóstol Demasiado débil es mi corazón Oh ! préstame el tuyo ¡Jesús, mi dulce Salvador!... RP 4 13-15 Comprendo «Hay que ser niño», decía Teresa. Aprovechemos esta sencillez como un niño, que lo recibe todo de sus padres y del mundo, empezando por el amor, que viene del amor y va hacia el amor. Aquí Teresa, a través de la voz de Magdalena, pide a Jesús su corazón para ser apóstol. Pide nieve el 10 de enero, pide a Jesús su corazón, aquí en Betania: tiene la audacia de una niña que pide todo, incluso lo más grande, para amar a Jesús y hacer que él la ame. Rezo y actúo Pidamos la gracia de la contemplación sencilla con Teresa y tengamos la audacia de amar.