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Soy Maxwell Strachan, editor de la sección Well, y hoy escribo este boletín. Hace unos meses, mi esposa y yo visitamos a un médico especialista en fertilidad con la esperanza de recibir un poco de ayuda en nuestro intento de tener un hijo. A la mitad de una ecografía, de un modo que sugería que estaba viendo algo inusual, el médico le preguntó a mi mujer si se había hecho una ecografía antes. Resultó que le había detectado una gran masa no identificable en el bajo vientre. En concreto, parecía estar cerca de uno de sus ovarios. Nos dijo que teníamos que programar una resonancia magnética, pero que no nos asustáramos. Me fui en la dirección opuesta a esta última sugerencia. De hecho, pasé la mayor parte de mis horas despierto asustado. La masa podría haber sido muchas cosas —un fibroma o, menos probable, un quiste—, pero yo me fijaba en escenarios peores. Dos semanas después de la ecografía, supimos que mi esposa estaba bien. Tenía fibromas, uno del tamaño de una toronja, pero era un problema con solución. Una vez descartado el cáncer, reflexioné sobre lo ansioso que me había sentido y sobre cómo ya había recorrido ese camino antes, cuando esperaba los resultados de mis propias pruebas médicas. Me hubiera gustado estar mejor preparado para afrontar las semanas posteriores. Esperar los resultados de unas pruebas médicas es una parte común y horrible de la vida. Las investigaciones han descubierto que puede ser tan dura o más que recibir un diagnóstico poco grato. Esa sensación de ansiedad es tan común que tiene un nombre, al menos en el contexto del cáncer: “ansiedad de exploración”. Inevitablemente, algún día tendré que volver a esperar el resultado de otra prueba médica, como casi todos nosotros. Así que hablé con terapeutas y médicos para averiguar cómo podría manejar mejor la situación una próxima vez. Deja de ver maratones de ‘Friends’Intentar solo desconectarse es especialmente ineficaz cuando estás esperando noticias importantes, dijo Kate Sweeny, profesora de psicología de la Universidad de California, campus Riverside, quien estudia la dificultad de la espera. Así que por mucho que el televisor te llame cuando estás desesperado por distraerte, probablemente no sirva de nada. “Desconectarse, escuchar música, simplemente intentar relajarse… ese tipo de cosas son difíciles”, dijo Sweeny. “Si a ti te funcionan, estupendo. Pero yo diría que para muchos de nosotros, nuestras mentes son perfectamente capaces de preocuparse en voz alta mientras vemos la televisión, mientras escuchamos música, mientras conducimos el coche”. En lugar de eso, intenta jugar con tu perroPiensa en lo que te trae al momento presente. Quizá sea hacer ejercicio vigorosamente, jugar con tu perro o leer un buen libro. Según dijeron los expertos, las actividades que te atraen y son una distracción en la que participas activamente se encuentran entre las formas más eficaces de afrontar la ansiedad de la espera. A veces se denominan actividades de flujo, pero también puedes pensar en ellas como “tareas de atención concentrada”, dijo Shawna Ehlers, profesora de psicología de la Clínica Mayo, quien estudia los efectos psicológicos y emocionales del cáncer. Lo que funcione variará según la persona —¿un crucigrama, quizás?— pero la clave es entrar al ritmo de la actividad y concentrarte en ella. No, en serio, salte de GoogleYa habrás oído esto antes, pero tanto los terapeutas como los médicos dijeron que era más probable que buscar respuestas en internet aumentara el estrés a que lo redujera. Incluso Mikkael Sekeres, jefe de hematología del Centro Oncológico Integral Sylvester de Miami, intenta evitar hacer búsquedas en internet cuando espera los resultados de sus propias pruebas. Sekeres dijo que conocía los límites de sus propios conocimientos y que se alegraba de esperar a que su propio médico hablara con él. “No quiero fingir que estoy especializado en un área en la que no lo estoy”, dijo. Haz un plan de acción con tu médicoUna vez que tu médico te pida una prueba, dile que quieres poner en marcha un plan, sugirió Ashwini Nadkarni, psiquiatra del Mass General Brigham y profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Harvard. Sé concreto. Pregunta por qué te piden la prueba, cómo y cuándo recibirás los resultados y cuáles podrían ser estos. De este modo, sabrás exactamente qué esperar y estarás mejor preparado para lo que venga. Sekeres también sugiere crear “límites de posibles resultados” preguntando por los mejores y los peores escenarios. No te sientas mal si nada funcionaHace aproximadamente una década, Sweeny y su equipo analizaron si 230 licenciados en derecho podían utilizar mecanismos de afrontamiento para aliviar su estrés mientras esperaban los resultados del examen de acceso a la abogacía de California. En general, la respuesta fue que no, y a veces parecía que intentarlo era contraproducente, dijo. Esto no fue exactamente una sorpresa para Sweeny. Incluso las estrategias de afrontamiento más exitosas pueden fracasar y a menudo lo hacen, incluso para ella. Pero puede haber un lado bueno para quienes suelen preocuparse más. En el experimento de la facultad de derecho, el equipo de Sweeny descubrió que quien más se preocupaba era quien mejor afrontaba los resultados. Si las noticias eran buenas, el alivio era enorme. Y si eran malas, bueno, estaban preparados para ello. Antes de que te vayasLa demanda de terapias con testosterona está aumentando entre las mujeres. ¿Qué dice la ciencia? En Estados Unidos, los profesionales de la salud informan que más mujeres están interesadas en la testosterona para mejorar el estado de ánimo, la cognición y la libido en la menopausia. Los expertos profundizan en esta nueva alternativa. Lee el artículo: ¿Testosterona para mujeres posmenopáusicas? Estos son los riegos y los beneficios P. D.: Queremos saber qué te parece este envío especial y nuestro contenido de bienestar, ¿por qué no nos mandas un correo y nos lo dices?
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