La Teoría del Miedo: el arma de los regímenes totalitarios y su derrota en Venezuela
La historia ha demostrado que el miedo es la herramienta más poderosa de los regímenes totalitarios. Desde el siglo XX, dictaduras de izquierda y derecha han utilizado el terror como mecanismo de control social. Sin embargo, en el siglo XXI, los gobiernos socialistas han perfeccionado esta estrategia, utilizándola para sostenerse en el poder a pesar del rechazo popular.
La Teoría del Miedo no es un concepto nuevo. Se basa en la manipulación emocional de la población a través del uso sistemático de la represión, la censura, la persecución política y la propaganda. El objetivo es claro: paralizar la resistencia, generar desesperanza y hacer creer a la sociedad que cualquier intento de cambio es inútil o peor aún, peligroso.
Venezuela ha sido un laboratorio de esta doctrina durante más de dos décadas. El régimen ha recurrido a la cárcel, la tortura, el exilio forzado y la violencia paramilitar para sofocar cualquier disidencia. Sin embargo, el 28 de julio marcó un punto de quiebre histórico. En unas elecciones que el oficialismo intentó manipular desde el inicio —excluyendo a más de 4 millones de venezolanos en el exilio— el pueblo dio un golpe de autoridad. Con una votación abrumadora de 80 a 20, la ciudadanía no solo derrotó al régimen, sino que lo humilló, dejando en evidencia su fragilidad y el fracaso de su maquinaria de intimidación.
Este resultado no fue solo un rechazo a un gobierno ilegítimo, sino una declaración de principios de una nación que, a pesar de la persecución y el hambre, aún conserva su dignidad y su deseo de libertad. La lección es clara: el miedo tiene un límite. Cuando un pueblo decide romper sus cadenas, ni la represión ni la manipulación pueden contenerlo.
El mundo debe tomar nota de lo ocurrido en Venezuela. La comunidad internacional, que por años ha dudado en asumir una postura firme, ya no puede ignorar el mensaje de las urnas. La lucha no ha terminado, pero la victoria del 28 de julio demuestra que, al final, la voluntad de un pueblo decidido puede vencer incluso a la maquinaria del terror más sofisticada.
Así que mientras Venezuela está con muchas probabilidades de salir sin miedo de la pesadilla, otros apelan a esta estrategia malvada para continuar en el poder, tal como parecen acariciarla los países miembros del Foro de São Paulo
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