Están solos
Prefiero desmayar en el asfalto y arriesgarme a una celda por mis ideas que regalar mi vida para resguardar la de la dictadura. Es ahora o nunca, están solos, nosotros no
¿Quiénes son ellos? y ¿quiénes somos nosotros? O mejor nos preguntamos ¿Cuántos son ellos? y ¿cuantos somos nosotros? Las cuentas son sencillas, hasta la encuestadora más modesta da como número de rechazo a la dictadura en un 80% de la población venezolana y el repudio no está solamente entre nuestras fronteras ya que mas allá de ellas sus grandes aliados le han dado la espalda”. En diferentes escenarios donde el chantaje petrolero ha servido para mantener voluntades hoy día la realidad los aleja de esa complacencia del interés y es que, cualquier gobierno que quiera mantener una careta democrática así internamente sea una muy maltrecha no quiere que en términos diplomáticos se le asocie con un gobierno violador de Derechos Humanos, asesino, secuestrador y vinculado al narcotráfico.
No es poca cosa que la Fiscal General de la República desde hace un tiempo esté marcando distancia con “el proceso”, más ahora cuando sus declaraciones son más contundentes, donde no solo admite que la manifestación es pacífica sino que desmiente en rueda de prensa a los voceros del régimen como Villegas, Delcy y los palangristas de su nomina. Y no, no es poner en un pedestal a Luisa Ortega, es reconocer el peso de lo que está haciendo y como afecta a estos mercenarios. Es que están solos, ellos se encargaron de aislarse de manera sistemática cuando convirtieron el nepotismo en política de recursos humanos.
Con el pasar del tiempo, los mismos negocios sucios les forzaron a imitar el actuar de cualquier mafia, los obligó a cerrar filas a su alrededor. Esto nos ha traído como consecuencia que en su mayoría no quieran dejar el poder, este no es un problema político o ideológico, para ellos, como para nosotros es un tema de vida, cárcel o muerte. ¿La diferencia? Nosotros somos más, tenemos la democracia, la Constitución, la razón y la paz de nuestro lado, algo con lo que nunca podrán contar ellos.
Él es el ministro, su esposa controla otro ministerio, su hijo es el presidente de la fundación, su amante resulta ser la gerente de operaciones de una empresa socialista bajo su mando, su primo es el consultor, su pana del kínder su testaferro, sus sobrinos son narcos y todos en el horizonte tienen una cárcel como próxima residencia cinco estrellas, ¿Dejar la silla del Estado y enfrentar las consecuencias de sus actos? Primero que muramos de hambre, mengua y hampa, reprimidos por la policía y la guardia, de cansancio, aburrimiento o escapando en una avión por el desespero que dejar que Venezuela regrese al camino democrático.
Prefiero desmayar en el asfalto y arriesgarme a una celda por mis ideas que regalar mi vida para resguardar la de la dictadura. Es ahora o nunca, están solos, nosotros no.
Prefiero desmayar en el asfalto y arriesgarme a una celda por mis ideas que regalar mi vida para resguardar la de la dictadura. Es ahora o nunca, están solos, nosotros no
¿Quiénes son ellos? y ¿quiénes somos nosotros? O mejor nos preguntamos ¿Cuántos son ellos? y ¿cuantos somos nosotros? Las cuentas son sencillas, hasta la encuestadora más modesta da como número de rechazo a la dictadura en un 80% de la población venezolana y el repudio no está solamente entre nuestras fronteras ya que mas allá de ellas sus grandes aliados le han dado la espalda”. En diferentes escenarios donde el chantaje petrolero ha servido para mantener voluntades hoy día la realidad los aleja de esa complacencia del interés y es que, cualquier gobierno que quiera mantener una careta democrática así internamente sea una muy maltrecha no quiere que en términos diplomáticos se le asocie con un gobierno violador de Derechos Humanos, asesino, secuestrador y vinculado al narcotráfico.
No es poca cosa que la Fiscal General de la República desde hace un tiempo esté marcando distancia con “el proceso”, más ahora cuando sus declaraciones son más contundentes, donde no solo admite que la manifestación es pacífica sino que desmiente en rueda de prensa a los voceros del régimen como Villegas, Delcy y los palangristas de su nomina. Y no, no es poner en un pedestal a Luisa Ortega, es reconocer el peso de lo que está haciendo y como afecta a estos mercenarios. Es que están solos, ellos se encargaron de aislarse de manera sistemática cuando convirtieron el nepotismo en política de recursos humanos.
Con el pasar del tiempo, los mismos negocios sucios les forzaron a imitar el actuar de cualquier mafia, los obligó a cerrar filas a su alrededor. Esto nos ha traído como consecuencia que en su mayoría no quieran dejar el poder, este no es un problema político o ideológico, para ellos, como para nosotros es un tema de vida, cárcel o muerte. ¿La diferencia? Nosotros somos más, tenemos la democracia, la Constitución, la razón y la paz de nuestro lado, algo con lo que nunca podrán contar ellos.
Él es el ministro, su esposa controla otro ministerio, su hijo es el presidente de la fundación, su amante resulta ser la gerente de operaciones de una empresa socialista bajo su mando, su primo es el consultor, su pana del kínder su testaferro, sus sobrinos son narcos y todos en el horizonte tienen una cárcel como próxima residencia cinco estrellas, ¿Dejar la silla del Estado y enfrentar las consecuencias de sus actos? Primero que muramos de hambre, mengua y hampa, reprimidos por la policía y la guardia, de cansancio, aburrimiento o escapando en una avión por el desespero que dejar que Venezuela regrese al camino democrático.
Prefiero desmayar en el asfalto y arriesgarme a una celda por mis ideas que regalar mi vida para resguardar la de la dictadura. Es ahora o nunca, están solos, nosotros no.
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