Lo que dijo Gilber Caro en su audiencia de presentación militar tras 141 días
Durante su derecho de palabra, el diputado de Voluntad Popular citó a Nelson Mandela y dijo a la jueza militar que los líderes se sacrifican por sus pueblos. A Caro le imputaron los delitos de traición a la patria y sustracción de efectos militares. Delitos que no aplican a civiles
El diputado le dijo a la jueza militar, Luz Marina Santafé, que los líderes se sacrifican por los pueblos. Foto: Cortesía
Valencia.- De la reja blanca hacia afuera Gilber Caro es un diputado de la Asamblea Nacional (AN). Querido y respetado. Electo por 135.969 mirandinos el 6 de diciembre de 2015. Pero rejas adentro, en los jardines áridos que conforman el Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) de la Guardia Nacional al sur de Valencia, es un delincuente más. Así era tratado. Este jueves el parlamentario fue presentado finalmente ante tribunales militares, al cumplirse 141 días de su detención.
El diputado fue firme. Obtuvo su derecho de palabra y lo utilizó para hacer citas de Nelson Mandela. “Lo ha estado leyendo mucho desde que está detenido”, contó Antonio Marval, su abogado defensor. Caro sigue, en la medida de sus posibilidades, las rutinas del líder de su partido, Leopoldo López de Voluntad Popular, quien también está preso. Ambos leen al ícono sudafricano que, luego de 27 años en prisión, logró la presidencia del país, no para perseguir a quienes le habían encarcelado, sino para perdonar y acabar con el sistema de apartheid —segregación racial— entre blancos y negros en Sudáfrica.
Caro le dijo a la jueza militar que los líderes se sacrifican por los pueblos. También habló de los derechos de los presos de conciencia. La salud, alimentación y visitas de familiares no son privilegios, sino garantías mínimas.
“El discurso de Gilber nos llena de esperanza. A pesar que está aislado, hizo muchos llamados”.
El traslado se hizo entre las 9:00 am y las 10:00 am, Caro fue llevado desde la prisión Centro para la Formación del Hombre Nuevo El Libertador, al lado del penal de Tocuyito, hasta el Desur, dentro del urbanismo Ciudad Chávez, de la Gran Misión Vivienda. Pero no es el único centro de reclusión que ha conocido el diputado: antes estuvo en la cárcel 26 de Julio en Guárico y en la sede de la 41 Brigada Blindada del Ejército en el municipio Naguanagua de Carabobo.
Antonio Marval es abogado penalista y activista del Foro Penal Venezolano. Junto con Theresly Malavé fue parte de la defensa ante la jueza Luz Marina Santafé, titular del juzgado militar 6º de Control de Carabobo.
En la audiencia le imputaron los delitos de traición a la patria y sustracción de efectos militares. Ambos delitos que no aplican a civiles. Por eso la presencia de Gilber Caro en ese tribunal era una confirmación de la ruptura del estado de derecho y las garantías individuales.
“Se violaron todos los derechos y garantías fundamentales: han transcurrido cuatro meses para la presentación cuando la Constitución dice que son 48 horas máximo”.
La fiscalía militar imputó formalmente los delitos de instigación a la rebelión, traición a la patria y sustracción de efectos militares (armas). La defensa logró, luego de un trabajo destacable de oratoria y conocimiento jurídico, que el delito de instigación fuese desestimado. “De manera que el diputado va a ser juzgado por traición a la patria y sustracción de los efectos militares únicamente”.
Pero esa fue apenas una pequeña victoria. Casi todos los alegatos de la defensa fueron declarados sin lugar. Uno de ellos —quizá el que Marval cree más importante— es el derecho de cualquier persona a ser juzgada por su juez natural. Es decir: civiles por tribunales civiles y militares en tribunales oficiales. Pero no: Gilber Caro, a pesar de ser un civil y diputado, era imputado en instancias militares.
“Su condición de diputado, e incluso su inmunidad, no se tomó en cuenta”.
Caro fue detenido el pasado 11 de enero en Carabobo. Lo interceptaron funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en el peaje de Guacara de la Autopista Regional del Centro, tramo Carabobo. En ese momento estaba con Steyci Escalona, activista internacional de Voluntad Popular y maestra de preescolar en Suiza, donde residía. En Venezuela solo pasaba algunos días con su familia y acompañaba al diputado en una gira como dirigente nacional del partido naranja.
“Papá, nos están deteniendo” y “Ángel, nos están sembrando” fue todo lo que alcanzó a decir la muchacha. El segundo mensaje fue de una llamada que le hizo a Ángel Álvarez, también diputado y uno de los mejores amigos de Gilber.
Para Álvarez Gil en Venezuela no hay un gobierno, sino una dictadura y un régimen criminal. Define a Caro como un hermano de lucha.
“Está secuestrado. Gilber es inocente. Igualmente Steyci, quien sabemos que es una muchacha decente y trabajadora”.
Un equipo de activistas del partido acudió a Ciudad Chávez a ratificar su indignación y rechazo contra las primeras víctimas del Comando Nacional Antigolpe por la Paz y la Soberanía, una instancia anunciada por el presidente Nicolás Maduro horas antes de la detención del parlamentario.
“Esta situación es aberrante. A Gilber no se le allanó la inmunidad. Los delitos que se le imputan son posibles solamente en la imaginación de un tirano, de un caudillo”, dijo molesto en una rueda de prensa a las afueras del Desur.
Otra violación: la Constitución señala que un diputado detenido en el ejercicio de sus funciones debería estar detenido en su domicilio. La defensa pidió que se cambiara el sitio de reclusión al Centro Nacional de Procesados Militares (Cenapromil) en Ramo Verde, o en su defecto al Sebin en Caracas. Pero esa decisión está por tomarse: de momento, el diputado volvió a pasar la noche en Tocuyito.
“Consideramos que el sitio donde está actualmente es incorrecto, porque es un centro para penados y Gilber está de momento procesado. Es otro tipo de tratamiento penitenciario”. La situación de reclusión podría decidirse en los próximos días, puntualizó Marval.
Es un hecho: el diputado no la está pasando bien. Sus hijos no han podido verlo. Tampoco sus familiares directos con la regularidad normal de cualquier otro preso. Ni siquiera dejan que sus seres queridos le lleven su comida favorita. Cosa que sí pasa con otros presos de otros lugares y que pagan condenas por homicidios, secuestros, robos o violaciones. El diputado depende únicamente de lo que sirven en la prisión para alimentarse.
Otro alegato de la defensa es la incongruencia enorme entre lo que dicen las actas policiales que hicieron que se dictara una medida privativa de libertad. Uno de los documentos policiales dice que el diputado viajaba con un fusil de asalto en la maleta de su vehículo: un Peugeot 207. Son carros generalmente estrechos. Pero además, las fotos que se anexan en el informe no muestran el arma en la maleta, sino en el asiento trasero del carro. A juicio de Marval es una clara señal de que el fusil fue colocado a propósito por autoridades y que Caro fue “sembrado”. Por eso, la defensa propuso experticias dactiloscópicas para detallar, mediante huellas dactilares, si Caro alguna vez tocó el arma.
Gilber Caro ya conoce lo que es estar en prisión. El diputado es expresidario. Pagó una condena de 10 años desde 1994 por homicidio.
“Me inculparon de un homicidio porque me quedé callado y no dije quién había sido”, dijo a Efecto Cocuyo en una entrevista en 2015. Luego salió de la cárcel de El Rodeo y se regeneró gracias a su fe. Para sus compañeros de Voluntad Popular ha sido un ejemplo de la transformación positiva. Que cuando se quiere, se puede.
Sólo se puede cambiar la estructura judicial viciada, si se cambia de Gobierno, opinó Álvarez. La gente tiene la obligación de seguir resistiendo frente a quienes llevan a opositores al paredón de fusilamiento jurídico, dijo. “En las calles, hasta lograr la libertad. El caudillismo nos quiere quitar a nuestros diputados, sabemos que el fondo de todo esto es político”.
Escalona también fue trasladada al Desur la mañana del jueves. Pero ella ya fue presentada. “El traslado obedeció a que era la misma causa de Caro”, explicó Marval.
La audiencia preliminar del juicio está pautada para el próximo 20 de junio, a las 9:00 am. “No sabemos si va a existir una acumulación de ambos procesos. Eso sería lo más sano y lógico”. La joven está recluida actualmente en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin) en Naguanagua.
Caro está obligado, por segunda vez en su vida, a llenarse de fe para salir de prisión. La condena que podría enfrentar es de 30 años, dice su amigo Álvarez Gil. Pero como su caso es político, depende de la fuerza del pueblo para sacar al Gobierno antes de eso y darle nuevamente al diputado la oportunidad de sentir el aire fresco después de estar preso. De sentirse, por segunda vez, libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario