- Por Perla Arellano
- 5 octubre, 2020
Esta es la primera parte de un artículo que aborda el racismo y la cobertura de la violencia racial en las redacciones en América Latina. Haga clic aquí para leer la parte dos.
En los últimos meses, los encabezados de los medios de comunicación desde Cuba a Brasil resaltaron los asesinatos de hombres y jóvenes negros e indígenas, colocándolos en el contexto de un notorio caso que tuvo repercusiones globales. Las similitudes y diferencias entre sus asesinatos y el de George Floyd por la policía en Estados Unidos provocaron conversaciones sobre la falta de diversidad en las redacciones en América Latina y cómo cubren los crímenes contra las personas negras e indígenas.
Según algunos profesionales de los medios, la cobertura en América Latina no aborda el racismo como un problema estructural e institucional, sino uno individual. Incluso, explicaron que la ideología impulsada por el Estado de que todos son “mestizos”, contribuye a la forma en que los periodistas cubren su región y comunidades racializadas
LatAm Journalism Review entrevistó a tres periodistas para hablar sobre cómo las redacciones y los reporteros estaban problematizando el tema.
Cómo la ideología del mestizaje impacta el periodismo y las salas de redacción
En América Latina, detalla Marco Avilés, periodista y estudiante de doctorado de la Universidad de Pennsylvania, hubo una gran cobertura mediática no sólo del asesinato de Floyd sino también de las protestas que surgieron después. Durante una entrevista con LJR en junio, Avilés dijo que algunos medios han recurrido a expertos y antropólogos para abordar cómo se manifiesta el racismo en sus propios países.
Avilés, autor de los libros “No soy tu cholo” y “De dónde venimos los cholos”, es uno de esos expertos que fue entrevistado varias veces por medios de comunicación de América Latina para hablar sobre el tema. Compartió que los conductores de programas y reporteros estaban “horrorizados ante esa evidencia” de que un policía blanco mató a un ciudadano negro en Estados Unidos. Sin embargo, señaló, a pesar de que el discurso racista es fuerte en la política de la región, en América Latina en los medios de comunicación masivos no se habla de la violencia del Estado contra las comunidades racializadas como resultado del sistema racista.
“La pregunta que ha empezado a surgir es, si en nuestros medios pueden horrorizarse y reaccionar ante esta violencia racista en Estados Unidos, ¿qué pasa en Latinoamérica cuando los Estados, gobiernos locales, también reaccionan contra las poblaciones indígenas?¿Qué nos impide encontrar el horror local?”, se preguntó.
Una idea muy fuerte que impide ver el horror local, la reflexión de la diversidad y la falta de representación en las salas de redacción, explicó Avilés, es el mito impulsado por las repúblicas que todos son mestizos, una mezcla de lo europeo, indígena y negro. Este mito lleva a la conclusión que todos son iguales y que lo que ocurre no es racismo, sino clasismo. Y, aunque en Estados Unidos existan campañas para diversificar las salas de redacción, en América Latina la ideología del mestizaje lleva a que “no haya necesidad de diversificar algo que ya está diversificado”, y así negar que existe el racismo en cierto país, dijo.
Hablar de diversidad en los medios es un tema aún tabú, agregó. Cuando el periodista se considera como mestizo, explicó, lleva a la invisibilización de comunidades indígenas y afrodescendientes a que se consideran “como una esfera de la realidad ajena”.
“Si queremos incorporar las voces indígenas, debemos atrevernos los periodistas a deconstruirnos y a ver nuestras voces no necesariamente como mestizas. Va a ser un proceso muy largo, pero necesario e inevitable”, dijo Avilés.
Debido a que los medios de comunicación no han incluido tradicionalmente las voces negras e indígenas en las salas de redacción y como fuentes, dijo Avilés, estos medios han tenido que buscar talento y columnistas para hablar sobre el tema. Pero, aclaró, el trabajo debe ser más proactivo que incluir voces de comunidades racializadas. Se debe contratar e invertir en la prosperidad laboral de los empleados.
“Es necesario incluir estas comunidades, no de una manera para darle color a las redacciones, sino incluirlas para que puedan prosperar dentro de nuestras redacciones'', dijo Avilés. “Hay que darles poder a estas voces. No sólo necesitamos contratar a redactores afro e indígenas. Necesitamos editores, jefes de redacciones, productores indígenas y afrodescendientes. Necesitamos darles poder a estas personas”.
Brasil: Diversidad en las salas de redacción
El caso de Floyd fue un gran paso para los medios en Brasil, le dijo a LJR en julio la periodista Yasmin Santos, porque le abrió el espacio a investigadores y científicos para hablar sobre el problema estructural del racismo. Sin embargo, también se cometieron errores obvios, como fue en el caso de GloboNews en Brasil al tener un panel entero de hombres blancos hablando sobre temas de racismo. Tras las críticas en las redes sociales, GloboNews reconoció su error, algo que no es común ver por parte de los medios, dijo Santos.
El medio hizo otro especial, esta vez con un panel entero de reporteras negras. “El programa empezó a hablar sobre sus historias [de las periodistas], sus historias personales, y el problema estructural y político se perdieron porque aún se nos es difícil hablar de esto. Y no creo que sea un problema de nuestras periodistas negras. Creo que la intención del programa fue hablar sobre sus historias personales”, dijo Santos.
Cuando se habla de diversidad en las redacciones, Santos dijo que uno debe recordar que la gente negra en Brasil son una minoría social en cuanto a la representación en los medios, pero no una minoría dentro de la población, ya que constituyen más del 50% de esta. Sin embargo, esto no se ve reflejado en los medios, los cuales ella señala que han tomado “pequeños pasos” para hablar sobre el racismo, pero hablan sobre el tema como un asunto individual, no como un sistema estructural.
En 2019, Santos publicó una nota para la revista piauí sobre su investigación de la representación en redacciones y las experiencias de periodistas afrobrasileños en los medios. Ella también escribió sobre su propia experiencia al enterarse poco después de empezar a trabajar en piauí en 2015 que ella era la primera mujer negra en la redacción en ser contratada.
“No era exactamente lo que una persona negra espera del trabajo de sus sueños. Me frustró y aún me frustra”, escribió Santos en el artículo.
Santos dijo que los periodistas entrevistados para su investigación hablaron del racismo, discriminación, la hipersexualización de mujeres y la soledad al ser el único reportero o reportera negra en el equipo. Hay mucho daño, dijo Santos, y también hay un impacto psicológico. Agrega que los periodistas también hablaron sobre las cosas positivas que ocurrieron en sus carreras, como el ser perfeccionista en el trabajo. Sin embargo, Santos explicó que esto último surge de tener que ser dos veces mejor que sus colegas blancos o porque son castigados peor que sus contrapartes al equivocarse.
Cuando los directivos de los medios hablan de diversidad lo usan más como una palabra que se ha vuelto popular decir, como una herramienta de marketing sin ningún compromiso a fondo de cambiar las estructuras dentro de la compañía, dijo Santos.
“Dicen, yo apoyo la diversidad, pero yo digo que no es así, porque para hacer eso tenemos que cambiar, tenemos que abrir las redacciones a diferentes periodistas, y las redacciones están empezando a hacer eso, pero empiezan por pasantes, por ejemplo, pero no están preparados a hablar del liderazgo en este tipo de posiciones de poder, puestos en los que podemos hacer algún cambio real en los medios, en los medios específicos”, enfatizó.
Los medios se tienen que preguntar si en realidad valoran a sus colegas afrobrasileños, dijo, especialmente cuando puede resultar impactante para un pasante entrar y ver que un periodista negro que ha trabajado por 20 años en la redacción no ha sido promovido. Este es un cambio estructural que también requiere de una inversión y tiempo. No es un problema que se resuelva en unos meses o en un año, dijo, pero pareciera que los medios quieren encontrar una solución inmediata.
“Necesitamos que pasen más semanas, meses para ver cómo estamos cambiando [los medios de comunicación]. Si esto es algo retórico, si es algo que hacen por apariencias o si es algo que en realidad quieren cambiar y van a luchar para cambiar, necesitamos más tiempo para evaluar eso”, dijo.
Cuba: Cómo abordan el tema de racismo la oficialidad y la prensa independiente
Después del asesinato de Floyd, la prensa en Cuba escribió artículos sobre lo sucedido, pero la manifestación de estos fue diferente entre la prensa oficialista y la independiente. La prensa oficialista, le dijo el periodista independiente cubano Jorge Enrique Rodríguez a LJR, habló sobre el tema como un problema específico de Estados Unidos, sin abordar los sistemas de racismo, estructuras de poder y criminalización en su mayoría de personas racializadas en la isla. Mientras tanto, agregó, la prensa independiente toca el tema del racismo, pero no con la “profundidad y no con la puntualidad que se necesita”.
“Esa es una de las cosas que adolece tanto la prensa independiente como la prensa oficialista que en este caso habría que decir que ya entonces como que es algo que viene arrastrándose, algo que está implícito por el sistema educativo. Yo entiendo que no es fácil librarse de 60 años de doctrina del sistema educativo”, Rodríguez dijo.
Tras el asesinato del joven afrocubano Hansel Hernández por la policía en el municipio de Guanabacoa, Cuba, el 24 de junio, algunos medios nombraron el caso como el “George Floyd cubano”. Sin embargo, Rodríguez dijo que evitó hacer esto debido a las diferentes características de los países donde los dos fueron asesinados. En Cuba, dijo el periodista, se debe tomar en cuenta que el racismo es institucional y política del Estado, que ocurre una criminalización de periodistas y que hay una diferencia entre la narrativa de la prensa oficialista e independiente sobre cómo cubren estos temas.
Después del asesinato de Hernández, se convocó una movilización para finales de junio y Rodríguez estuvo entre los periodistas que criticaron a las autoridades en las redes sociales. El 28 de junio, Rodríguez fue detenido tras grabar un incidente de exceso de fuerza policíaca cuando estos separaban a dos jóvenes que peleaban. Entre de lo que se le acusaba fue de incitar violencia contra la policía, desacato, atentado y resistencia al arresto. Todo esto, dijo Rodríguez, fue un invento y una mentira.
Según el periodista, aunque no domina las portadas de los medios independientes, han sido constantes las discusiones y cobertura del racismo y la estructura de poder del régimen, que en su mayoría son personas blancas, por parte de los periodistas independientes, sectores de la sociedad civil y activistas desde hace más de 25 años. Esto, por supuesto, es un contraste a la cobertura oficialista, dijo.
“El periodismo independiente en Cuba por defecto tienen que cubrir lo que no ha cubierto en 60 años la oficialidad. Casi como que es una ‘obligación bonita’”, dijo.
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