Democracia y libertad
“En vano las armas destruirán a los tiranos, si no establecemos un orden político capaz de reparar los estragos de la revolución“. Simón Bolívar
La democracia es una forma de gobierno inclusiva que da cabida a todos los grupos representativos de una sociedad civil, pues es un espacio en el que convergen todos aquellos dirigentes políticos transparentes y responsables que velan por los intereses de sus ciudadanos. Es la voz del pueblo lo que la hace partícipe de importantes decisiones del país, y la que le permite expresar su opinión.
La base de cualquier sociedad democrática se fundamenta en la confianza de la política y en sus respectivas instituciones, por lo que si queremos alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible como lo contempla la Organización de las Naciones Unidas, es imprescindible contar con órganos representativos sólidos e inclusivos, pues con estos fundamentos es posible sostener sociedades democráticas que respeten los derechos humanos, uno de los pilares fundamentales en los que se basa una auténtica democracia representativa, y que los distintos protagonistas de la esfera política trabajen juntos, en busca de un futuro halagador para los ciudadanos
Para alcanzar estos propósitos cualquier democracia necesita de demócratas, si se pretende que los dirigentes políticos trabajen en aras de los intereses de los ciudadanos; que rindan cuentas; que acaben con los obstáculos a los que se enfrentan las minorías, y por último,. que luchen por la igualdad, para lo cual es necesario que los valores democráticos sean inculcados con ejemplo por los líderes políticos, a fin de proporcionar un espacio para que los futuros protagonistas políticos, dialoguen y debatan democráticamente para asegurar el futuro del país.
Por desgracia, la democracia en nuestro país brilla por su ausencia desde hace 22 años, cuando un grupo de supuestos revolucionarios llegó al poder por la vía del voto democrático y solazado por el verbo del encantador de serpientes nacido en Barinas, Hugo Chávez alcanzó la jefatura del Estado, de la cual ahora se aferran cínicamente, generando en consecuencia una desesperanza en el pueblo venezolano, cansado de tanto vejamen, atropello y burla, cuya libertad, piedra angular de toda democracia ha sido secuestrada, y mancillado al mismo tiempo el nombre de Bolívar, su ideario y pensamiento, obra y acción, así como los derechos intrínsecos que establece la Constitución Nacional
La Batalla de Carabobo
La libertad fue uno de los aspectos más importantes que privó en la Batalla de Carabobo, que pasado mañana jueves 24 del presente mes de junio, cumple 200 años de haberse librado en el Campo de Carabobo, batalla que fue uno de los principales hechos de guerra por la Independencia de Venezuela, que culminó con el resonante triunfo patriota sobre las fuerzas enemigas de la corona española. Una guerra entre patriotas y realistas que se había iniciado en el año 1811 y culminado con la firma del Armisticio de Trujillo, en 1820, mediante el cual se estableció el cese de las hostilidades durante seis meses, pacto que se rompió antes de lo previsto, ya que el 28 de enero de 1821 una sublevación patriota liberó Maracaibo y la unió a la Gran Colombia, lo que provocó la reacción de los realistas españoles que se movilizaron para atacar a los patriotas.
Conviene recordar que las principales consecuencias de la Batalla de Carabobo fueron entre otras:
- La aniquilación casi total del ejército español.
- El fin del dominio español sobre el territorio de Venezuela, que aseguró su Independencia y unión a la Gran Colombia.
- El debilitamiento de la posición de los realistas en Hispanoamérica, pues la derrota sufrida en Carabobo alentó la resistencia de los patriotas ecuatorianos, peruanos y del Alto Perú, hoy Bolivia.
- El inicio de la Campaña de Occidente, expedición militar comandada por Páez entre 1821 y 1823, que tuvo como objetivo eliminar las fuerzas realistas que habían quedado dispersas en las costas caribeñas de Colombia y el noroeste de Venezuela, tiempo durante el cual tuvo lugar el combate naval del Lago de Maracaibo y la toma de Puerto Cabello, últimos enfrentamientos de armas en la guerra de Independencia.
Estos hechos permitieron a Bolívar dar comienzo a la Campaña del Sur, con la que buscó y logró liberar de la dominación española los territorios de Ecuador, Bolivia y Perú.
El Libertador cuando definió el destino institucional de Venezuela, se pronunció por un gobierno republicano y democrático, no obstante nuestras tradiciones monárquicas y nuestra falta de experiencia política. En tal sentido, manifestaba que “solo la democracia es susceptible de una absoluta libertad”, pero se interrogaba con angustia: ¿Cuál gobierno ha reunido a un tiempo los atributos del poder, prosperidad y permanencia?”.
Sin embargo, no tardó el Libertador en evidenciar como jefe y como magistrado su probidad y rectitud ciudadana, sus virtudes como gobernante, sus dotes de estadista y preferir la determinación de los Congresos y el respeto a la soberanía popular, al asumir el mando a nombre de la nación, más que su permanencia en el poder, cuando señalaba que “el primer día de paz será el último de mi mando” y proclamaba como su máxima aspiración, no tener otros derechos que los del simple ciudadano”.
Una hermosa lección de un glorioso paladín de la libertad, cuyo legado ha sido pisoteado por quienes hoy con una revolución a la que para encandilar a ignaros ciudadanos le adosaron su apellido para denominarla: socialista, marxista y “bolivariana”.
Dijo Bolívar: “Siempre verás al ignorante y necio darse humos de talentoso y vivo”.
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