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La traición

En la historia de la civilización de la humanidad encontramos huellas de grandes hombres, llenos de heroísmos y valentía, que los impulsa a luchar y a morir muchas veces por defender a sus pueblos, convicciones, y a sus seres amados, pero así como hay historias llenas de positivismo, impregnadas de actos loables, también hay historias oscuras, dantescas, contenidas de miserias y actos deleznables.

La confianza es un valor que se distingue en el ser humano, y hay una acción que la anula y destruye por completo: la traición.

La traición siendo una acción de características despreciables, por cuanto provoca la destrucción de familias, de uniones respetables, de movimientos y alianzas. Sin duda es un elemento de apoyo del régimen, en la actual coyuntura política de Venezuela, pues cooptan a factores políticos focalizados como supuestos líderes del proceso de la conquista de la democracia, y los transforman de héroes a traidores de toda la causa de un país.

Ciertamente, todos somos una mezcla de intereses y valores contenidos en el alma; sin embargo, el liderazgo político será más poderoso, en cuanto involucre menos ambiciones de tipo personal o grupal, y apele definitivamente al compromiso, por ahora todo lo que se ha emprendido conduce al desprecio social, toda vez que los dirigentes de los partidos actúan en contravía de lo que pregonan, y en consecuencia quien no crea en lo que hace no puede pretender credibilidad para imponer algún liderazgo, factor adverso que en este momento se ejemplifica abrumadoramente en la figura de Julio Borges.

De fondo: el pacto con el madurismo

A pesar de la secuencia de acontecimientos, algunos se muestran sorprendidos por la conducta de Julio Borges, quien ha ejercido fuertes críticas al gobierno interino y sobre todo a Juan Guaidó, un sector de la vida del país y otros de orden internacional, desde hace algún tiempo lo ubican en la línea de su partido, Primero Justicia, que ha sido un factor de marcadas posiciones que afectan orgánicamente al núcleo opositor, favoreciendo así al régimen.

El movimiento de dirección política denominado Frente Amplio Venezuela Libre ha sido un obstáculo para avanzar en la unidad y la articulación de todos los factores de la vida política y social del país, su diseño y composición hecha a la medida para favorecer a los partidos del G4, de mayoría en la Asamblea Nacional, impidió la integración y el desarrollo de una fuerza política de empuje de las bases sociales, su visión siempre fue controlar la AN, y desde ese control, ejercer un chantaje al gobierno interino, causando un manejo de cuotas en los activos del Estado, ahora bajo custodia del interinato, valientemente el presidente Juan Guaidó ha reconocido este hecho como un error, manifestando además su disposición a crear los escenarios de sanciones a quienes hayan incurrido en excesos y en hechos de corrupción aprovechándose de su investidura y control político.

El Frente Amplio Venezuela Libre tuvo un momento en el que se creía había expirado, e incluso se debatía la conformación política de una nueva estructura, pivoteada por La Causa R, y otras organizaciones, propuesta que fue desechada públicamente por Leopoldo López, quien decidió en su condición de jefe del centro de gobierno, a menos así lo entendió el país, oxigenar esa estructura para mantener los acuerdos en el G4, apelando a la gobernabilidad que finalmente terminó en chantajes, corrupción, traiciones y acuerdos tras bastidores con el propio régimen, por parte de Henrique Capriles, Henry Ramos, Manuel Rosales y ahora de Julio Borges.

El país también demanda que Leopoldo López, en su condición de máximo representante del partido Voluntad Popular, ayude realmente al gobierno interino y a Juan Guaidó, poner su cargo a la orden sería un gesto sensato y prudente. El interinato necesita reconducirse, más allá del manejo de los partidos, es la hora de la institucionalidad.

Seguidamente en el orden de los acuerdos, Primero Justicia y Henrique Capriles acompañaron la toma de los partidos por parte del TSJ, fragmentado así a la oposición, destinándola a participar en las elecciones parlamentarias para entregarle una AN ilegítima a Jorge Rodríguez, y de esta desprender la constitución de un nuevo CNE.

CNE que ha resultado peor, de mayor descaro que el dirigido por Tibisay Lucena, la presencia de Enrique Márquez, y Roberto Picón, hombre de extrema confianza de Capriles, para algunos suponía cierta estabilidad. Lo realmente notable en el CNE es el acuerdo del PSUV y PJ, con el que a su vez se benefician los partidos; Un Nuevo Tiempo (UNT) y Acción Democrática, dejando expuesta la complicidad y la subordinación de partidos y dirigentes de oposición, en las direcciones nacionales, regionales y municipales, a la política del régimen y del PSUV, aspecto que no debe soslayarse a la hora de redireccionar las políticas de oposición contra la tiranía en lo sucesivo.

Monómeros en las cejas de Julio Borges

El exvicepresidente de Colombia Francisco Santos, hombre probado en la política del hermano país, conocedor de los hilos del poder, con hondo conocimiento del manejo y las repercusiones del chavismo y ahora del madurismo en la región, no se ha limitado en calificar a Henrique Capriles de cohabitador y a Julio Borges de traidor y corrupto, considerando que ha liderado desde su posición de canciller, la exigencia de contratos y negocios ante la junta directiva de la empresa Monómeros C.A.

Esta empresa ha sido dilapidada y llevada a la quiebra bajo el manejo irresponsable de gerentes promovidos por los partidos de G4, pero que su quiebra supone más que hechos de corrupción, por parte de dirigentes políticos y sus promovidos, sino una gran conspiración, para denotar irresponsabilidad del gobierno interino en el manejo de los activos del Estado venezolano, haciendo ver la inconveniencia en su manejo y la necesidad de restituirlos a la administración del régimen.

Partidos políticos del G4 han sido serviles a los intereses de la tiranía, procurando la supresión del gobierno interino.

La corrupción de Monómeros, derrotada en su hecho conspirativo como verdadera intención, desnuda indecentemente por poco decir, la naturaleza depredadora y corrupta de estos partidos, quienes aprovechándose de su altivez incluso niegan la posibilidad de investigación por parte de una empresa auditora y el acompañamiento político transparente. Monómeros, sin duda, ha sido una maniobra del madurismo para desestimar el liderazgo opositor de Juan Guaidó, convulsionar las relaciones diplomáticas con Colombia, toda vez que construyeron una serie de desavenencias con el Ejecutivo colombiano, con la banca de ese país, y con factores importantes de las instituciones, en esta acción intervinieron directamente: miembros del gobierno interino y de los partidos del G4, quienes internamente actuaron en detrimento de la empresa y del interinato; y el régimen, que logró mantener bajo un esquema de corrupción todo el andamiaje económico y jurídico de Alex Saab, que se mantuvo en la empresa bajo la articulación de los gerentes promovidos por el G4.

La ruta de Julio Borges

Altos dirigentes de partidos políticos advierten que Julio Borges se muestra siempre prudente y comedido, restringido de expresiones, tratando de asemejarse a un lord inglés, quizás afincado a sus estudios de la Universidad de Oxford del Reino Unido; sin embargo, toda su educación se reduce a su falta de cualidad, de carácter y compromiso, considerado un personaje que no respeta los acuerdos y principios establecidos en cada tratado que suscribe, su palabra está supeditada a sus intereses, condición que conoce perfectamente el régimen de Maduro, es de esperar su presencia en los próximos días en Venezuela, como un elemento más para continuar descomponiendo la organización opositora.

Borges, lejos de aparentar prestigio, se constituye similar a Claudio Fermín, son alfiles del madurismo, aterrizaron en ese plan con la idea de mantener puentes que les permitiera posiciones cómodas a la hora de una transición acordada, y han terminado siendo manejados en función de los intereses de la tiranía, en perjuicio de la lucha de todo un país, y de sus antiguos compañeros que se han entregado a la conquista de la libertad y la democracia de la nación.

De Borges se hablará mucho en lo adelante, pues el descrédito que emprendió hacia el interinato ha sido un bumerán que desata interrogantes. ¿Quién lo financia? Siendo el régimen su principal patrocinante a través de convenios políticos, también aparece vinculado a la empresa Derwick Associates, responsable del robo al sistema eléctrico nacional, con el desfalco de más de 2.000 millones de dólares, denuncia efectuada por la periodista Patricia Poleo, quien argumentó que el también diputado Oscar Ronderos le manifestó en presencia de testigos que él tuvo que desistir de la investigación de estos terribles hechos al país por mandato de Julio Borges, en vista de que familiares muy cercanos hacen parte en la empresa y en las contrataciones.

Siendo estas las características más evidentes de algunos líderes supuestamente de “oposición”, su accionar siempre ha estado más cerca del régimen que del pueblo que lucha y confía en la superación de este sistema perverso que mantiene a todo el país sumergido en la pobreza.

En el espectro político opositor, la traición es un elemento promovido bajo el esquema de la corrupción, siendo en este preciso instante Julio Borges su principal referente, derrotar esta conducta de él y del resto cooptados por el madurismo, será imprescindibles, para renovar el liderazgo, constituir una dirección política cohesionada ante las pretensiones de la dictadura, y sobre todo adecentada que adquiera credibilidad nacional, para salvar a Venezuela.

@jufraga12

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