La industria venezolana necesita por lo menos 5.000 millones de dólares para reactivarse
La mejoría que ha experimentado Venezuela está relacionada a la libre importación de productos y al uso del dólar como principal moneda comercial, sin embargo, estos elementos no son suficientes para generar una economía sólida, pues la producción nacional sigue sin apoyo.
La falta de capital de trabajo sigue siendo una de las principales trabas para que continúe acelerando el parque industrial en Venezuela y que la economía empiece a levantarse de esa caída entre 80% a 85% del Producto Interno Bruto (PIB). Los expertos exigen un plan de políticas de desarrollo y paliar los principales problemas, como falta de financiamiento y voracidad fiscal, cuando el sector privado continúa en sus esfuerzos sin la garantía de demanda y trabajando de 30% a 40% de la capacidad instalada.
Según la Encuesta de Coyuntura Industrial correspondiente al segundo trimestre de 2022 de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), el sector industrial venezolano requiere de más de 5 mil millones de dólares en financiamiento, luego del leve realce del primer trimestre de 30,7%. «La falta de financiamiento, baja demanda nacional, voracidad fiscal, deterioro de los servicios públicos y competencia con productos importados, continúan siendo los principales factores que limitan la producción en el país», señala Luigi Pisella, presidente de Conindustria.
Francisco Acevedo, primer vicepresidente, confirma que golpea la falta de financiamiento y reducción del sistema bancario, porque hasta se sacan los créditos indexados para evitar el arbitraje en compra de divisas. Mientras en materia fiscal, el gobierno considera que se paga poco impuesto relativo al PIB, pero está concentrado en pocas empresas por la alta actividad informal y sin este tipo de compromisos.
Explica que todo es tan relativo, porque repercuten las patentes de alcaldías, permisos de bomberos en costos dolarizados para garantizar los timbres fiscales y hasta el nuevo Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) que puede ser multiplicador en cada parte de la cadena llegando al 18%.
Reconoce que se encuentran ligeramente favorecidos desde el sector químico, salud y alimentos. Las expectativas apuntan a un crecimiento parejo y de manera equilibrada, considerando otros sectores muy golpeados como automotriz, textil y calzado, entre otros que no terminan de recuperarse.
Todo es tan relativo que hasta se tiene la disparidad de ciertas regiones que suelen ser más favorecidas.
Con el análisis de economistas, Dilio Hernández considera que un verdadero plan integral de desarrollo en la economía nacional permitiría llegar del 5% al 10% del PIB hasta en más de 10 años y fijarse en el alcance que se tuvo en 2014. Resalta el peso del petróleo con más producción y comercialización a partir de una inversión de al menos de $50 mil millones. Además de aspirar a exportador, pero fortaleciendo la producción.
Las consecuencias de esa caída de 2013 a 2020, son resaltadas por el economista Naudy Pereira, considerando que el país se encuentra prácticamente al 15% por la reducción de la economía y sin un programa integral de estabilización que genere confianza para la inversión nacional y extranjera.
Para el economista Jhon Cisnero, con la inyección al aparato productivo se puede alcanzar una sincronización de sectores. Una exigencia que demanda la necesidad de la eficiencia de los servicios públicos, como el soporte a nivel industrial. Respaldo que contribuye a la operatividad industrial con sus líneas de producción.
Al reanudar la producción del petróleo y respaldar el sector industrial, se mantendría el crecimiento progresivo para empezar a salvar la economía.
Prensa de Lara – Guiomar López
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