CAP: 100 años
Pérez no puede ni debe ser recordado por la corrupción pues, esta no fue el signo de su gobierno. A Pérez se le debe recordar por su abnegada voluntad de trabajo ante un país político plagado de envidia
En Rubio, un pequeño lugar dentro del estado Táchira, hace 100 años, llegaría al mundo, el primer político venezolano que sería dos veces electo a la presidencia de la república dentro de la era democrática. Salvo Betancourt, que lo habría hecho también en los años 40 y al inicio de los sesenta.
Carlos Andrés, en su primer gobierno con “la gran Venezuela” dentro de un proyecto de nación de nacionalizaciones del hierro y el petróleo que permitieron al gobierno, tras el adelanto de las concesiones, que el “pueblo” pudiese aprovecharse de las bondades de un sinnúmero de nuevas y mejores condiciones para quienes eran menos favorecidos por las condiciones de un tiempo, a principio de la década de los setenta. Las becas gran Mariscal de Ayacucho, la creación de un sinnúmero de universidades nacionales y, planes de vivienda en todo el país, permitieron a muchos, además de criticar y oponerse férreamente a las ejecutorias de esa administración, como el sonado caso del “sierra nevada”, opacaron las luces de su gobierno. Sin embargo, las “glorias de la democracia” vistas a la luz de los trabajos de este siglo XXI, no pueden menos que llamarnos a la reflexión sobre la alternabilidad en el poder y, el aceptar, estoicamente, la defenestración y, enjuiciamiento público y político de su gestión. Este hecho, que fue sonadísimo, demostró que la corrupción administrativa y, el uso de cuantiosos recursos públicos, que fueron usados de forma inadecuada.
Pérez no puede ni debe ser recordado por la corrupción pues, esta no fue el signo de su gobierno. A Pérez se le debe recordar por su abnegada voluntad de trabajo ante un país político plagado de envidia e incapaz de reconocer la necesidad de sembrar el futuro en una sociedad plena de riqueza de todos. Cien años del nacimiento de Carlos Andrés Pérez. ¡Ese hombre si camina!
@RafaelMartinezN
Carlos Andrés, en su primer gobierno con “la gran Venezuela” dentro de un proyecto de nación de nacionalizaciones del hierro y el petróleo que permitieron al gobierno, tras el adelanto de las concesiones, que el “pueblo” pudiese aprovecharse de las bondades de un sinnúmero de nuevas y mejores condiciones para quienes eran menos favorecidos por las condiciones de un tiempo, a principio de la década de los setenta. Las becas gran Mariscal de Ayacucho, la creación de un sinnúmero de universidades nacionales y, planes de vivienda en todo el país, permitieron a muchos, además de criticar y oponerse férreamente a las ejecutorias de esa administración, como el sonado caso del “sierra nevada”, opacaron las luces de su gobierno. Sin embargo, las “glorias de la democracia” vistas a la luz de los trabajos de este siglo XXI, no pueden menos que llamarnos a la reflexión sobre la alternabilidad en el poder y, el aceptar, estoicamente, la defenestración y, enjuiciamiento público y político de su gestión. Este hecho, que fue sonadísimo, demostró que la corrupción administrativa y, el uso de cuantiosos recursos públicos, que fueron usados de forma inadecuada.
Pérez no puede ni debe ser recordado por la corrupción pues, esta no fue el signo de su gobierno. A Pérez se le debe recordar por su abnegada voluntad de trabajo ante un país político plagado de envidia e incapaz de reconocer la necesidad de sembrar el futuro en una sociedad plena de riqueza de todos. Cien años del nacimiento de Carlos Andrés Pérez. ¡Ese hombre si camina!
@RafaelMartinezN
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