Exdirectivos de Monómeros: primeros perseguidos tras alianza Maduro-Petro
El ministro de Petróleo del chavismo, Tareck El Aissami, anunció la activación de alertas de Interpol contra las personas que administraron la empresa mientras estuvo en manos de Juan Guaidó
El régimen venezolano liderado por Nicolás Maduro no esperó ni tres días para anunciar la persecución contra 23 exdirectivos de Monómeros, quienes dirigieron la compañía mientras la oposición venezolana estuvo al frente de la filial petroquímica de Pequiven con sede en Colombia. Tareck El Aissami, ministro de Petróleo del chavismo, anunció que está tramitando órdenes de captura de Interpol.
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“Están siendo solicitadas con órdenes de captura internacional ante Interpol con alerta roja por usurpación de funciones, concierto para delinquir y legitimación de capitales”, detalló en televisión nacional. Según el funcionario de la dictadura, desde 2019 —cuando Monómeros pasó a manos del opositor Juan Guaidó— se abrieron cuatro causas que reposan ahora en el Ministerio Público. Entre los nombres de los exdirectivos de Monómeros figura el de Guillermo Rodríguez Laprea, antiguo gerente general de la empresa.
El régimen abre este nuevo capítulo de su regreso a Monómeros arremetiendo directamente contra la oposición venezolana. El discurso que usa es el de “la trama de corrupción» bajo la cual los opositores «utilizaron la empresa para el robo». Sus acusaciones están respaldadas por las fuertes disputas internas dentro del bando opositor. Leopoldo López fue señalado por Rodriguez Laprea de planear un intento de «toma hostil» cuando la filial pasaba por la inspección de la Superintendencia de Sociedades de Colombia.
Sin embargo, desde Miraflores esbozan un escenario de corrupción que para ellos tan solo data desde el año 2019. El manejo previo, en sus manos por casi 20 años, parece pasar por debajo de la mesa, obviando que sobre ellos mismos pesan señalamientos por haber convertido a Monómeros en una «caja chica».
El chavismo aprovecha su regreso
La oposición no logró administrar correctamente uno de los principales activos de Venezuela en el exterior y eso le salió caro. Monómeros quedó nuevamente en manos de la dictadura gracias a la afinidad del presidente de Colombia, Gustavo Petro, con el régimen chavista, que lo llevó a restablecer las relaciones con Caracas. Los escándalos por el manejo irregular de la compañía durante los últimos tres años tampoco ayudaron a los opositores.
La empresa petroquímica fabricantes de insumos agrícolas, como fertilizantes, se encontró “devastada totalmente” y “destruida”, según el chavismo. A Juan Guaidó, Leopoldo López e Iván Duque, los llaman «la trilogía del mal».
Venganza, propaganda o cualquiera que sea el objetivo, la televisión nacional y las redes sociales les sirven de tarima al régimen para simular que ahora «lo importante es la recuperación de Monómeros». Aún así, fue en el año 2006 —cuando Hugo Chávez todavía vivía— que Venezuela se hizo con el 94 % de participación de la empresa. Tan solo en el segundo semestre de 2018 había registrado pérdidas por 55.797 millones de dólares. Eso fue antes de que la oposición tomara el control.
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