La obsesión de Xi Jinping por el coronavirus dejó millones de desempleados
Haya sido por el riesgo de un levantamiento civil mayor o por otra razón, el Partido Comunista Chino (PCCh) eliminó los pilares de su política draconiana. Pero hay consecuencias evidentes
Oriana Rivas PANAM POST 
A inicios de diciembre de 2022 el régimen chino anunció una “nueva etapa” de su política conocida como «Covid Cero». En resumen, se trata de la eliminación de los testeos masivos, de los confinamientos de ciudades completas y la existencia de centros de cuarentena. En gran medida, el gigante asiático decidió dejar atrás tres años de abusos contra los ciudadanos chinos luego de las inéditas protestas donde hasta se exigió la renuncia del dictador Xi Jinping.
Haya sido por el riesgo de un levantamiento civil mayor o por otra razón, el Partido Comunista Chino (PCCh) eliminó los pilares de su política draconiana. Pero ahora también comienzan a verse las consecuencias. Como todos los desempleados que está dejando el régimen.
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Estas personas, dedicadas a la medicina o la industria farmacéutica, se habían anotado como personal para testeos. Ahora, con el levantamiento de «Covid Cero», la agencias están reduciendo el número de sitios de prueba de 100 a siete. Por ejemplo, a Zhao Yonggang, cuya historia está citada por South China Morning Post, le redujeron el salario a la mitad. «Zhao es una de los millones de personas que han estado trabajando en estos sitios de prueba, la primera línea de batalla de China contra el virus durante los últimos tres años», cita el medio.
En julio de 2022, se estimaba que una ciudad necesitaba al menos un sitio de prueba por cada 2000 a 3000 personas. Solo en Shanghái viven más de 26 millones de personas.
Vendedores de ibuprofeno
Xi Jinping estaba completamente obsesionado con mantener a la población controlada. Las imágenes de personas gritando por libertad desde sus balcones en ciudades chinas se hicieron virales. Uno de los puntos cumbre, fue el incendio de un edificio en Urumqi, capital de la región de Xinjiang, en el que murieron 10 personas en noviembre de 2022. Los bomberos tardaron tres horas en llegar por los fuertes confinamientos en toda la ciudad.
Las tragedias siguieron ocurriendo, como las protestas en la mayor fábrica de iPhones porque sus trabajadores quedaron encerrados por semanas. Así, fueron decenas de episodios. En todas actuaban funcionarios vestidos con trajes biológicos blancos. Estos, luego de cumplir la exageradas órdenes del régimen, quedaron en la calle.
Según el portal chino, en los grupos de WeChat donde solían anunciarse reclutadores para personal de pruebas PCR ahora tienen publicaciones que venden kits de prueba rápida de antígenos (RAT, por sus siglas en inglés), también ibuprofeno y paracetamol. Las personas que antes vestían trajes blancos pasaron a convertirse en una especie de «revendedores». “Las primeras personas que comenzaron a vender RAT [después del cambio de política de Beijing] también fueron las personas que realizaban pruebas de PCR”, contó una fuente anónima, antes dedicada a hacer pruebas para empresas estatales y privadas.
Países alarmados
Posiblemente la decisión de Xi Jinping por eliminar su política «Covid Cero» obedeció a fines políticos ya que su liderazgo estaba en riesgo. Eso provocó que en lugar de levantamientos paulatinas, el cambio fuera radical. Ahora otros medios internacionales reportan aumento de casos en Shanghái y otras ciudades.
Aún así, la Comisión Nacional de Salud de China (NHC) dejó de publicar la cantidad de contagios y muertes. A la par, países como Estados Unidos, Italia, Corea del Sur, España, Reino Unido o Francia ordenaron pruebas rápidas para viajeros que lleguen de China.
A todas estas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo haber recibido datos sobre casos de parte de las autoridades chinas y aclaró que no halló «ninguna nueva variante o mutación significativa». Pero la OMS advirtió que faltan datos. Adicional a eso, el mundo conoce la amistad que existe entre Xi Jinping y el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus. La misma que llevó a ocultar los primeros casos en 2019, según investigaciones.
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