Juan Pablo II bendijo el Santuario de Nuestra Señora de Coromoto, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
El 9 de febrero de 1996 el papa Juan Pablo II llegó por segunda vez a Venezuela y al día siguiente, el 10 de febrero, se trasladó a Guanare en helicóptero donde fue recibido entre aplausos y exclamaciones, la gente gritaba ¡viva el papa!, ¡Juan Pablo, amigo, estamos contigo!.
El papa Pablo II cumplía la promesa de regresar a Venezuela que había hecho en 1985, venía a inaugurar el Santuario de Nuestra Señora de Coromoto en el lugar de la segunda aparición, donde ella dejó su imagen grabada en manos del cacique, nuestro actual cardenal Baltazar Porras era en ese momento el obispo presidente comisión de la visita papal.
Al llegar a santuario, el Papa se arrodilló delante de la imagen de la Virgen de Coromoto y se sumió en un profunda oración, visiblemente emocionado celebró la misa y en su homilía dijo: ¡Yo expreso también la inmensa alegría que me concede la Divina Providencia al poder inaugurar hoy en este Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto, cuya imagen coroné en mi anterior viaje encomendándole los hijos e hijas de este noble país, los cuales le tributan una gran devoción gracias al amor de tantos hombres y mujeres que la han propagado, entre los que se destaca particularmente un religioso de las Escuelas Cristianas, el hermano Nectario María».
Luego delineó con gran precisión el significado espiritual de Santuario diciendo: «María, templo de la nueva alianza, morada de Dios entre los hombres, está presente».
La inauguración de este santuario nacional es una invitación a revitalizar la fe, a amar a la iglesia y a la humanidad con el mismo amor de Cristo, a llevar a cabo la nueva evangelización en la línea de las bienaventuranzas, trabajando por la justicia y la paz, a comprometerse en la edificación de una sociedad más fraterna y solidaria; eso lo decía Juan Pablo II y agregó:
«María está presente en medio del pueblo de Dios convocado por la voluntad del Padre en la iglesia, María la madre de Cristo con su solicitud acompañe la difusión del Evangelio en todas las naciones, que profundas son las razones para vuestra nación cristiana repita en este santuario: ¡tú eres el orgullo de nuestro pueblo!».
Amigos, en esta homilía, el papa Juan Pablo II mencionó en varias oportunidades que la madre de Dios está presente en Venezuela. Al analizar de nuevo esta homilía del 10 de febrero de 1996 y viéndolo en el paso del tiempo, el Papa estaba diciéndonos lo que han encontrado las investigaciones y el continuo estudio de la imagen que dejó la Virgen en manos del cacique; que la Virgen es una presencia viva, ella está viva en esa imagen del tamaño de una huella dactilar, tamaño de un sello, pareciera decirnos simbólicamente que ella es el sello de Dios en tierras venezolanas.
El mensaje de la Virgen que aceptó ser llamada como el cacique Coromoto, palabra qué significa quién detiene la tormenta, es un mensaje que se sigue revelando para el mundo, el cual estamos llamados a seguir profundizando y sobretodo como dijo Juan Pablo II una invitación a la santidad, presupuesto fundamental y condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia y nosotros agregamos que eso es lo que quiere Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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