Elecciones parlamentarias en Cuba: otro circo de la dictadura
Más de ocho millones de votantes están convocados a las urnas este 26 de marzo para "elegir" a 470 representantes de la ANPP. Pero los candidatos solo obedecen al Partido Comunista de Cuba (PCC)
Faltan pocos días para que otra farsa electoral se lleve a cabo en Cuba. Los ciudadanos de la isla están siendo convocados para «elegir» este 26 de marzo a 470 representantes la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), los cuales solo obedecen al Partido Comunista (PCC) ya que es la única agrupación legal en ese país. De esta manera, el régimen castrista nuevamente quiere aparentar ser democrático, aunque esté lejos de serlo.
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La situación rememora lo que pasó en septiembre de 2022 con el Código de Familias. La dictadura de Miguel Díaz-Canel armó un aparato de propaganda alrededor de la normativa «progresista» que poco se relacionaba con derechos humanos o igualdad. Tal como lo hizo en ese entonces, ahora busca mostrar algo que no existe en Cuba y que el programa regional Demo Amlat retrata bajo la certera frase de que en la isla «se vota pero no se elige». «Los cubanos son convocados no para elegir entre ofertas de partidos o candidatos, sino para refrendar los liderazgos preseleccionados por el PCC», argumenta la organización.
Ciertamente los ciudadanos de la isla, que no defienden el sistema comunista, rechazan la elección. Portales como 14 y Medio recogieron testimonios de jóvenes que prefieren conseguir un boleto y emigrar antes que depositar la boleta electoral. «El proceso eleccionario no resolverá absolutamente nada. Todos los dirigentes siguen la misma ideología y no cambia nada una vez son elegidos», expresó uno de ellos.
«Miedo a elecciones libres»
La Asamblea Nacional de Cuba se convierte en otro brazo más del castrismo igual que el organizador de las elecciones, la Comisión Nacional Electoral (CEN). No hay entonces posibilidad de que los más de ocho millones de votantes participen en los asuntos políticos. Eso hace que desde otros países miren con atención.
Marco Rubio, senador republicano estadounidense y la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC) firmaron un comunicado sobre la falsedad de dichas elecciones parlamentarias. «Las protestas pacíficas en contra de la dictadura el 11 de julio de 2021 le mostró a ese régimen criminal que hay una nueva generación de cubanos que está cansada de sus mentiras y de su fallido sistema político y económico. Estas elecciones ilegítimas son una farsa y no harán nada para traer la libertad a la isla o empoderar al pueblo cubano», se lee en el texto. Agregan que «no hay nada a lo que Raúl Castro y su títere Miguel Díaz-Canel le teman más que a elecciones libres, justas y democráticas».
Cabe destacar, que al ser el órgano supremo del poder en Cuba, la Asamblea tiene la tarea de designar por mayoría absoluta al presidente y vicepresidente. Se entiende entonces por qué Díaz-Canel. quien aspira a un segundo mandato, cierre filas rumbo al 26 de marzo. Toda muestra de disidencia o descontento está siendo silenciada.
«No al PCC»
En la madrugada del 23 de marzo los habitantes de La Habana vieron con asombro la frase «No al PCC» pintada en una pared del Parque Aguirre, en el municipio de Plaza de la Revolución. Los videos fueron difundidos por una organización anónima llamada El Nuevo Directorio (END). A los pocos minutos apareció un operativo de la Seguridad del Estado, «con decenas de motocicletas del Ministerio del Interior visibles o agazapadas entre las matas».
«Estos deben de estar cazando al que saque una cámara», advirtió entre dientes una vecina que pasaba sorprendida por el lugar de acuerdo al portal cubano. «No saques el teléfono ni para llamar, porque están por todas partes», añadió.
La vigilancia es absoluta y para el día siguiente, la frase estaba cubierta con pintura roja. Aparte de eso, la semana anterior escribieron, en la calle Crespo con Trocadero, en Centro Habana, el lema «abajo la dictadura, los Castros asesinos».
Esto demuestra que aunque el aparato estatal se esfuerza por controlar los poderes públicos y la libertad de elección, hay cubanos con la voluntad de no acudir a los centros de votación. Aunque el hecho de no asistir moleste al régimen, ya que no depositar la boleta se considera en sí misma, una declaración política.
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