LAS TARAS DE LA XENOFOBIA
Por
su importancia documental para comprender el fenómeno de la xenofobia desatada
por ciudadanos de algunos países contra
venezolanos. me permito citar textualmente el artículo “Las taras de la
xenofobia”, publicado en el portal Noticiero Digital el 20 de julio de 2019 por Mitzy Capriles de
Ledezma:
-Si algo no quisiéramos hacer los venezolanos, es sacarle
en cara a ningún ciudadano de cualquier parte del mundo que por necesidades de
sobrevivencia, se vio forzado a emigrar a nuestra patria. Simplemente porque en
Venezuela no pasamos esas “facturas”.
Todos los afectos con que recibimos a millones de
extranjeros salían de nuestra alma bondadosa y solidaria. Por eso nos duele
muchísimo las sacudidas que nos producen esos arrestos xenófobos de la diputada
panameña, Zulay Rodríguez, quien propuso un “proyecto de ley que busca
obstaculizar la migración venezolana”, lo que representa una afrenta a nuestro
gentilicio. Esa saña contrasta con la actitud de la nueva jefa de La Comisión
Europea, Von Der Leyen, quién narró su experiencia familiar después de acoger
en su hogar, a un joven sirio de 19 años.
Ahora bien, estos brotes de rabia contra las oleadas de
inmigrantes de todas las nacionalidades no son nada nuevo ni propios de un
lugar específico. Lamentablemente se dan simultáneamente, en muchos ámbitos del
planeta. Así tenemos que en EEUU hay quienes sostienen arengas racistas y
xenófobas contra los migrantes centroamericanos, estigmatizándolos como
asesinos, ladrones, o simplemente “basuras humanas”. No obstante, también es
válido reconocer la firme conducta solidaria de líderes de ese país del norte
de América, que contrariando la Ley de Sedición y Extranjería, impulsada por el
presidente John Adams, en 1798, han ofrecido todo tipo de argumentos para
facilitarle la vida a millones de inmigrantes que se han cobijado en ese
inmenso país.
Pero también en Europa hay países que se muestran
reticentes a recibir refugiados, a diferencia del talante caritativo de la
diputada alemana Von Der Leyen, así tenemos que en Francia, Italia o Grecia, se
debaten proyectos legales antimigratorios, auspiciados por grupos políticos
minoritarios de ultraderecha, llegando al extremo de pedir que “cierren sus
fronteras e impidan el paso de los desterrados de África”.
Esta epidemia de discriminación racial y xenofobia,
muestra un incremento preocupante en estos últimos meses, según datos mostrados
por el director del Comité para La Eliminación de La Discriminación Racial de
la ONU, Noureddine Amir. Según esta versión, esos discursos de odio racistas se
han dirigido principalmente a migrantes, sin importar su status de residencia y
sobre todo contra indocumentados, refugiados y solicitantes de asilo, al igual
se atacan a las minorías nacionales y étnicas.
La verdad es que estas manifestaciones de egoísmo no son
recientes, tienen una vieja data. Pero también es muy cierto que esas conductas
están siendo enfrentadas por movimientos que defienden sin ambages los derechos
humanos, atacados con ese resurgimiento del populismo nacionalista, que lleva a
los fanáticos a enarbolar banderas que representan la intolerancia xenofóbica.
Regresando al caso venezolano, lo que hicimos en nuestro
país por perseguidos políticos de cualquier origen fue sencillamente
ejemplarizante. No titubeamos a la hora de abrir nuestras fronteras para
protegerlos de las garras de regímenes autoritarios que los perseguían. Por eso
nuestras relaciones de amistad histórica con argentinos, chilenos, peruanos,
ecuatorianos, colombianos, uruguayos, paraguayos, brasileños, bolivianos y
Panameños, como fue el caso de Rafael Rodríguez, progenitor de la diputada
Zulay Rodríguez, a quien recibimos con respeto en la ciudad de Caracas, en los
años 80.
Desde Venezuela se agradece la afectuosa acogida que
gobiernos panameños han dado a nuestros compatriotas, así como también la
comprensión de la inmensa mayoría de los panameños para mujeres y hombres que
se vieron forzados a salir de la patria de Simón Bolívar a buscar la paz que
circunstancialmente, no encuentran en su tierra natal.
(Un 43% de los migrantes
venezolanos en Latinoamérica han sido discriminados por su nacionalidad. ONU)
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