Las consecuencias de apoyar que el CNE tome el control de las primarias
Luego de la muerte del interinato, la Plataforma Unitaria o Mesa de la Unidad, perdió toda credibilidad ante la comunidad internacional, por lo que esta CNP es un acuerdo político para dirimir quién representa legítimamente al pueblo opositor
El sistema político republicano se sustenta en la soberanía que emana de los ciudadanos. En la Venezuela de hoy, el chavismo cambió esto radicalmente para instaurar un sistema de mafias que se sustenta en la corrupción, el narcotráfico, la minería ilegal y las armas. Es por esta razón que las primarias, como mecanismo para legitimar un nuevo liderazgo político opositor, han cobrado tanta notoriedad ante los venezolanos y los aliados internacionales: de allí se inicia una nueva etapa de lucha para salir del chavismo.
Esto significa que las primarias, como proceso político propio de la oposición, deben ser un reflejo del obvio propósito común por el que todos participan: demostrar que se puede ser más fuerte que el adversario para vencerlo consecuentemente. Esta fortaleza se demuestra en la capacidad de organización que tenga la Comisión Nacional de Primarias (CNP) como la estructura a la que se le ha delegado la tarea de llevar el proceso. Vale la pena recordar que luego de la muerte del interinato, la Plataforma Unitaria o Mesa de la Unidad, perdió toda credibilidad ante la comunidad internacional, por lo que esta CNP es un acuerdo político para dirimir quién representa legítimamente al pueblo opositor.
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Si los más serios estudios de opinión, como los realizados por la empresa Meganálisis, demuestran que la participación de la gente sería abrumadora en una primaria que no esté controlada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) ¿Por qué hay candidatos con una acérrima defensa de que sí participe esta organización del régimen? ¿Por qué presionan a la CNP para que entregue las primarias de esta manera?
Los argumentos utilizados por los actores de la oposición que más colaboran con el régimen, contrastan con la realidad. Vamos a analizar brevemente al menos tres de ellos:
- Es necesaria la logística del CNE para que participen todos los venezolanos en el territorio nacional. Proponen que se usen las máquinas que hasta Smartmatic reconoce como fraudulentas, asumen una ignorancia angustiosa respecto a los centros electorales en los municipios luego de más de 30 procesos electorales, asumen que los venezolanos no tienen la capacidad de contar los votos con seriedad y responsabilidad, y asumen que los partidos políticos y los ciudadanos son demasiado pobres como para ponerse de acuerdo y financiar el proceso.
- Todos deben votar por igual. Sin embargo, ante la realidad de la diáspora venezolana, están de acuerdo con que no voten aquellos que no están en el Registro Electoral del CNE, por lo tanto hay un crítico nivel de desigualdad en este sentido frente a los que están en el territorio.
- Con el CNE la unidad debe prevalecer. Esto es falso en la medida en que el CNE controle el proceso y haya candidatos que igualmente presenten su candidatura para 2024.
En este sentido, defender la participación del CNE en las primarias es garantizar lo siguiente:
- Que no participe mucha gente por lo que el proceso tendría una pésima credibilidad
- Que no exista cohesión política
- Que el proceso sea desigual porque discrimina a la diáspora.
En cualquier caso, esta realidad polariza la elección. La coalición de liberales y conservadores que apoya la candidatura de María Corina Machado es la única que propone que las primarias sean independientes del régimen, o en otras palabras, que sea un proceso organizado y llevado a cabo por la gente, lo que demostraría una fuerza y una capacidad de organización ciudadana superior a la chavista tanto dentro como fuera del país ¿Acaso no es esto lo que precisamente se quiere demostrar: fuerza?
La CNP puede contar con una masiva participación si delega las tareas logísticas a los mismos ciudadanos que tienen toda la disposición de ayudar. Esto sería un ejercicio republicano que podría superar muy positivamente el precedente de 2017. Es la CNP la que debe tener el respaldo de los ciudadanos para lograr unas primarias exitosas, no el CNE. Por eso la presión que esos candidatos pro CNE tienen contra la CNP para debilitar su trabajo, podría verse reflejada en la tendencia a disminuir su popularidad en los estudios de opinión y seguir favoreciendo el crecimiento de la popularidad de la candidatura de María Corina Machado y su coalición de liberales y conservadores.
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