¿De que se trata la dignidad humana?, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Entre los años 800 y 200 antes de Cristo, el pensamiento humano alcanzó unos niveles muy altos de desarrollo; Confucio, Zaratustra, Abraham, los profetas ya hablaban de la dignidad y el respeto a cada ser humano.
La dignidad de cada persona no depende de las razas, la nacionalidad, el sexo, la edad, las creencias o la condición social, solamente por ser humano se tiene dignidad y esto va más allá de la moral, más allá de la ética, más allá de la psicología, la dignidad es algo propio de la naturaleza humana, solo las personas tienen dignidad, nadie le puede otorgar la dignidad otro, ni siquiera el Estado como sucedía en la época del Imperio Romano.
Al Gobierno y a la sociedad les corresponde reconocer y vigilar para que no existan violaciones a la dignidad humana, esa dignidad le da a la persona derechos inalienables y de ella nacen las tareas de protección y respeto, de la dignidad de cada ser nacen los derechos humanos. Para la Iglesia Católica la vida humana es sagrada y la dignidad de la persona humana es el fundamento de una misión moral para la sociedad, esa certeza es el fundamento de todos los principios de la enseñanza social.
En nuestra sociedad la vida humana esta bajo el ataque directo del aborto, la eutanasia y la tergiversación de la naturaleza dada por Dios. El valor de la vida humana está siendo amenazado por la clonación, la investigación con células madres embrionarias, el uso de la pena de muerte, atacar intensamente a civiles en guerra o ataques terroristas siempre está mal.
La enseñanza católica También llama a trabajar para evitar la guerra, las naciones están llamadas a proteger el derecho a la vida encontrando formas cada vez más eficaces de prevenir los conflictos y resolverlos por medios pacíficos. Cada persona es valiosa, las personas son más importantes que las cosas y la medida de cada institución es si amenaza o mejora la vida y la dignidad de la persona humana.
Todas las formas de relación humana tienen un límite que no es franqueable, ningún ser humano puede estar sometido a nuestras decisiones y antojos, nadie puede usar a otra persona como instrumento o propiedad suya, hay algo en cada uno de los hombres y mujeres que le es propio y de lo cual nadie puede disponer y esa es su dignidad.
Todas las cosas pueden ser transables y tienen precio, pero el ser humano tiene dignidad, cualquiera sea su edad, su condición, sexo, raza, creencia, la dignidad se adquiere con existencia y se pierde con la muerte, por eso sea joven, niño, adulto, sano, enfermo, embrión o neonato, genio o idiota, el valor de todo ser humano es totalmente independiente de sus cualidades y de su vida, lo que verdaderamente cuenta es que es un ser que posee un lugar absolutamente especial en la creación.
A todo ser humano hay que respetar su dignidad porque así lo quiere Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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