¿Es Óscar Dávila el Nisman colombiano? Petro confirma “suicidio”
Es inevitable la comparación de la extraña muerte del teniente coronel encargado de la seguridad presidencial que dejó constancia de su intención de declarar en Fiscalía por el escándalo que ha sacudido al Gobierno de Petro con el caso del fiscal argentino Alberto Nisman, que según dijo entonces el abogado, "aparece suicidado" un día antes de presentar ante el Congreso los detalles de su denuncia hace ocho años contra la entonces presidente Cristina Kirchner por encubrir a terroristas
Un extraño suceso sacude que por estar horas a la opinión pública en Colombia no parece ajeno en Argentina, donde aún recuerdan aquel 18 de enero de 2015, cuando acaparó titulares el suicidio del fiscal Alberto Nisman, quien había denunciado por encubrimiento en el atentado ocurrido en 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) a la presidente de la nación, Cristina Fernández de Kirchner. Han pasado más de ocho años y las investigaciones no han podido comprobar que se tratara realmente de un suicidio. Hoy, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se apresuró a afirmar que el teniente coronel de la policía Óscar Dávila, quien había manifestado su intención de colaborar con la Fiscalía en el caso que ha sacudido al Gobierno y fue encontrado muerto, se suicidó.
- Lea también: Del “fue homicidio” al “Nisman se suicidó”: el impune cambio de Alberto Fernández
- Lea también: Serie de Netflix expone el “cambio” de Alberto Fernández sobre Nisman
Hacer cualquier tipo de afirmación en este caso sin la debida investigación policial y veredicto judicial es altamente delicado. Lo que Petro ha calificado como un “suicidio” es manejado por la prensa colombiana como una muerte “en extrañas circunstancias”. Y es que Dávila, quien trabajaba en la Presidencia como jefe de seguridad anticipativa de la jefatura de seguridad presidencial, es decir, la sala encargada de la seguridad del presidente, habría sido quien, por órdenes superiores, debía recuperar al alta suma de dinero que la exjefa de Gabinete, Laura Sarabia, había denunciado como robado en su residencia, apuntando a la entonces niñera de su hijo, Marelbys Meza.
El contexto
Óscar Dávila había sido indagado por el uso del polígrafo y las interceptaciones telefónicas que Gustavo Petro tanto había cuestionado en el pasado y hoy, para salir al paso, niega que sean una práctica en su administración. Pero lo que comenzó como un caso aparentemente domestico escaló hasta generar la mayor crisis que ha sufrido el actual gobierno en menos de un año y le costó el cargo tanto a Laura Sarabia como al entonces embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, que habría sido quien llevó a Sarabia a convertirse en mano derecha de Petro y reclamaba un puesto mucho más alto como la Cancillería o el Ministerio de Interior.
Benedetti –quien ya se encuentra fuera del país– entró en escena en el caso por haber sido quien al parecer estuvo detrás de las filtraciones por choques con Sarabia por cargos en el Gobierno. Como un efecto dominó, el escándalo siguió salpicando a Petro cuando en unos audios Benedetti suelta haber conseguido 15.000 millones de pesos (USD 3,4 millones) para la campaña.
Los hechos
Y mientras la Fiscalía anunciaba este viernes la apertura de una investigación a la campaña de Petro por el presunto delito de financiación ilegal, aparecía muerto el teniente coronel de la Policía Óscar Dávila, quien había manifestado en una carta fechada el 2 de julio enviada al fiscal general, Francisco Barbosa, su disposición a someterse a un interrogatorio para contar todo lo que sabía. El caso no es tan sencillo de resolver desde la irresponsabilidad política. Hay detalles incoherentes y versiones encontradas que las autoridades deben esclarecer.
Los detalles
La declaración del uniformado era crucial en la investigación por una lista de detalles que enumera la revista Semana:
- Antes de ser llamado para formar parte del esquema de seguridad presidencial, ejercía como jefe de las Comisiones Investigativas contra el Crimen Organizado (CICOR), unidades de la Policía distribuidas en el país para la persecución de objetivos de alto valor.
- Dávila obedecía órdenes directas del jefe de la Casa Militar de la Presidencia, el también coronel Carlos Feria, hombre de confianza de Petro, ya que fue su jefe de seguridad cuando fue alcalde de Bogotá.
- Y a una de estas unidades en las que trabajaba anteriormente Dávila, específicamente el CICOR 6, es donde habrían recibido la orden de interceptar el teléfono de la exniñera de la jefa de Gabinete.
El veredicto de Petro
El teniente coronel Óscar Dávila fue encontrado muerto en la calle 22 bis #48 de la localidad de Teusaquillo, una zona céntrica de Bogotá. Los primeros indicios señalan que se habría quitado la vida, aunque la Fiscalía investiga el caso. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro no dudó en lanzar su veredicto al afirmar que la muerte de Óscar Dávila fue producto de un “suicidio”.
La inevitable comparación
Es inevitable la comparación con el caso Nisman en Argentina, una novela policiaca que sigue sin desenlace. Pero los veredictos políticos no han faltado. El hoy presidente Alberto Fernández estaba convencido hace ocho años de que “fue un homicidio”, tesis que defendió en todas las entrevistas hasta que Cristina Fernández de Kirchner lo eligió para ser candidato a presidente. Desde ese momento cambió de opinión y comenzó a afirmar que “Nisman se suicidó”.
Cuatro días antes de aparecer muerto, Nisman había acusado a la entonces presidente y hoy vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner, de encubrir a terroristas. Una denuncia cuyos detalles se disponía a explicar en el Congreso. “Y 24 horas antes aparece suicidado, como les gustó decir de manera grotesca, cuando la palabra correcta era ‘aparece asesinado’, con un tiro en la cabeza”, declaró a la agencia EFE Manuel Romero Victorica, quien para entonces era abogado de las dos hijas del fiscal.
En el caso de Óscar Dávila también hay muchos cabos sueltos, como por ejemplo la denuncia pública de su abogado, Miguel Ángel del Río, sobre la supuesta presión y persecución por parte de la Fiscalía, cuando según la carta enviada al fiscal, tenía toda la disposición a colaborar con la investigación. Si la muerte del coronel Óscar Dávila se trató realmente de un suicidio no es algo que se pueda afirmar o negar alegremente en pocas horas desde la imprudencia política, menos viendo cómo en Argentina van más de ocho años sin determinarse lo que ocurrió con el fiscal Alberto Nisman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario