NERUDA AHORA SÍ
DESCANSA EN PAZ
Probablemente,
los sangrientos hechos que el 11 de septiembre de 1973 ocurrieron en Chile y
que como fatal desenlace, tuvo además de la substitución de la democracia por
una dictadura que se prolongó más de 15 años, la muerte en el Palacio de la
Moneda del presidente Salvador Allende, aceleraron el viaje al más allá de
Neftalí Reyes Basualto, conocido universalmente por su pseudónimo de Pablo
Neruda, el gran poeta chileno que en 1971 había recibido el Premio Nobel de Literatura, ocurrido doce
días después del golpe de Augusto Pinochet en connivencia con la CIA, sectores
reaccionarios y el Partido Democratacristiano chileno, hoy en el Poder.
Justamente
su fallecimiento se produjo a las 10 y 30 pm. (02:30 GMT) del 23 de septiembre
en la Clínica “Santa María”, de Santiago, a donde a duras penas pudo ser recluido
luego de superarse todas las trabas impuestas por la Junta Militar usurpante
del Poder. Las circunstancias de su muerte harían escribir a uno de los muchos
admiradores de su obra en Venezuela que “Neruda había muerto de Chile”,
metáfora literaria que desagradó a Sofía Imber de Rangel, admiradora del
siniestro militar chileno, quien replicó con su peculiar sarcasmo ¿Desde cuándo
el cáncer es Chile?
Al
momento de su muerte, que conmovió a todos los sectores civilizados del mundo,
su vivienda había sido prácticamente destruida por la policía de la Junta, que
por supuesto, ante el repudio mundial responsabilizó del vandalismo a cuatro
delincuentes comunes, entre ellos un menor de edad. Sería enterrado
provisionalmente en el Cementerio Principal de Santiago, en medio de gritos en
favor del depuesto presidente Allende y la entonación de la Internacional
Socialista”. Era el 25 de septiembre.
La
AP registraría así este acto: “El cortejo estuvo formado por un millar de
personas, en su mayor parte correligionarios del poeta y ex funcionarios del
Gobierno de Allende. Asistió también el ex candidato presidencial demócrata
cristiano, Radomiro Tomic, quien perdió las elecciones de septiembre de 1970
frente a Allende”.
“Los
Jeeps militares escoltaron el cortejo desde la salida de la residencia de
Neruda, donde fue velado, en un barrio suburbano, hasta una cuadra antes del
Cementerio General”.
En
esta tumba provisional permanecería hasta los primeros días del mes de mayo de
1974, cuando sus restos serían trasladados a un nicho, el N° 02-44 del Módulo
de México del mismo cementerio, según informaría su viuda, Matilde Urrutia, en
un aviso publicado en el tabloide “La Tercera de la Hora”, con el siguiente
texto: “Avisamos a nuestros amigos que por motivos ajenos a nuestra voluntad
hemos trasladados los restos del poeta Pablo Neruda, que estaban en el mausoleo
de la familia Diffbora a un nicho en el Cementerio Ceneral Módulo México,
Número 02-44”.
SE CUMPLIÓ SU
VOLUNTAD
Siempre
había sido la voluntad del poeta que se le enterrará frente al mar, deseo que
al fin se le pudo cumplir el 12 de diciembre de 1992, justo cuando habían
transcurrido 19 años 2 meses y 19 días de su muerte.
En
esta oportunidad su féretro no fue escoltado por una multitud de manifestantes
“suicidas” conceptuó un periodista mexicano el acto del entierro del poeta el
25 de septiembre de 1973 por una avenida cuyas bocacalles estaban erizadas de
ametralladoras, sino por el presidente Patricio Aylwin al frente,
personalidades oficiales, diplomáticos y escritores extranjeros.
¡Al fin se encontraba el poeta en su Isla Negra
junto con Matilde, la eterna compañera!
(Proceso, Porlamar, 15 al 21 de enero de
1993)
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