EL BOULEVARD GUEVARA EN MARGARITA
Contra viento y marea la construcción se
inició
en agosto de 1974 y en ese mismo año
la Primera Dama Blanca Rodríguez de Pérez
procedió a su imaginación
De
no haberse construido el boulevard Guevara, el caso central de Porlamar habría
sufrido daños incalculables. Por supuesto, que su construcción no fue tarea
nada fácil, va que los comerciantes establecidos en la vieja calle Guevara se
oponían a la obra al considerar que esa estructura de concreto, en la que
tercamente insistían el Gobernador Virgilio Ávila V y su secretario de Obras
Públicas, el arquitecto José Fontúrvel, atentaba contra sus intereses económicos.
La realidad, sin embargo, y el tiempo se
encargó de demostrarlo era que quienes adversaban el boulevard serían los
primeros beneficiados.
El
boulevard se extiende desde la calle La Marina, hacia la parte del mercado,
hasta la calle Velásquez. Precisamente en este lado queda una escultura del
maestro Francisco Narváez creada al efecto y que muchos usuarios del boulevard irrespetan
lanzándole latas vacías de cerveza y otros desechos. Inicialmente se pensó,
como una manera de humanizarlo, en ubicar en lugares estratégicos del paseo
pequeños cafetines, heladerías. puestos de revista, etc., al estilo de la Gran
Vía en Madrid o la calle Real de Sabana Grande, en Caracas.
LA OBRA
Contra
viento y marea la construcción del boulevard fue iniciada en agosto de 1974. EI
22 de diciembre de ese mismo año la Primera Dama de la República, Blanca
Rodríguez de Pérez, procedería a su inauguración. ¿Por qué el boulevard
Guevara? Responde el arquitecto José Fontúrvel, su diseñador.
-En
la planificación urbana de la ciudad de Porlamar, hacia el año 72, se venía
observando con el régimen de Zona Franca instaurado en Margarita que iba a
producirse una explosión de locales comerciales, con una mayor demanda de
Porlamar, por condiciones de terreno y déficits de locales situados en
viviendas viejas. Surgían proposiciones para la construcción de centros
comerciales en la periferia de la ciudad, presentándose esta alternativa como
un gran atractivo para la centralización del comercio en sí, acorde con las
exigencias y necesidades modernas de este final de silo.
-Esto
indudablemente constituía una preocupación porque se podía presentar una fuga
de comercios del casco central hacia la periferia de la ciudad, donde el plano
regulador proponía la ubicación de estos modernos - centros comerciales,
quedando en el futuro un casco urbano deteriorado, sin ningún atractivo y consiguiente
consecuencia de una baja de precio de las parcelas y un urbanismo deprimente y
deteriorado. Teníamos como punto de referencia lo ocurrido en Barcelona.
(El Pueblo de Guayana, 5 de abril de 1982)
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