Hay que privatizar todos los medios públicos urgente
Los periodistas que se desempeñan hasta este momento en los medios de comunicación estatales comienzan a ejercer presión para que los contribuyentes sigan pagándoles el sueldo.
Javier Milei está siendo tan claro como presidente electo, como lo era en campaña. En la Argentina que se viene, que comienza a transitar el camino al equilibrio fiscal, no hay lugar para canales del Estado, radios estatales o agencias de noticias que dependan del presupuesto gubernamental. Esto no es una venganza contra nadie, sino un paso indispensable a transitar, para que el país deje de padecer los permanentes ciclos que oscilan entre la inflación, el endeudamiento y las dos cosas juntas.
Desafortunadamente, en las últimas horas, los colegas de los medios estatales han dicho que los periodistas del sector privado están viviendo una especie de “revancha” contra ellos, y que prácticamente estamos “celebrando” su inminente situación de desempleo. Nada más lejano que eso. Lo único que se festeja es que el país pueda entrar finalmente en un proceso virtuoso, que revierta décadas de decadencia, que dejaron al país con un 50 % de pobres. Muchos de ellos, trabajadores en blanco en relación de dependencia. Algo que, como reconoció Cristina Fernández de Kirchner, jamás había pasado en Argentina.
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Es muy auspicioso que Milei sea contundente en este sentido y que no demore la privatización de radios, canales y agencias estatales, colocando comunicadores afines a sus ideas y gestión. A diferencia de lo que se hizo anteriormente, la próxima gestión parece estar determinada a reducir el aparato gubernamental, en lugar de utilizarlo como agencia de empleo para la militancia y para conseguir “aparato” que lo respalde políticamente.
Si la economía argentina despega, todos los trabajadores de los medios públicos van a tener oportunidades laborales. Será en el verdadero sistema de “igualdad”, que no es otra cosa que la ausencia total de privilegios. Para que eso ocurra es necesario incrementar la inversión, bajar los impuestos, abrir importaciones que permitan equipamiento, flexibilizar las leyes laborales y todas las reformas que los periodistas kirchneristas criticaron hasta el día de hoy.
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