Sin techo seguro: el impacto invisible de las emergencias climáticas en las mujeres venezolanas
La afectación desigual de los desastres climáticos en Venezuela se cierne especialmente sobre las mujeres, quienes, en medio de su rol como líderes del hogar, están expuestas a mayores riesgos
IPYS, Neiyer Angarita – 22/10/24
En Las Minas de Baruta, estado Miranda, Andrea Rodríguez lucha diariamente contra las adversidades impuestas por las condiciones precarias de su vivienda que se han visto agravadas por los fenómenos climáticos que azotan la región.
Andrea, madre de cinco hijos, cuatro niños menores de 13 años y un bebé que viene en camino, habita una pequeña unidad habitacional situada junto a un deslizamiento de tierra que cede con cada lluvia.
Su vivienda, ubicada en la platabanda de otra casa, consta de una habitación, una pequeña cocina y un patio que colinda con una pendiente llena de escombros y de basura.
«Tenía yo como un año viviendo aquí cuando se cayó eso y hace como 15 días, cuando llovió, se terminó de caer», compartió Andrea.
La joven madre, quien habita este lugar desde hace 13 años, señala que al tratarse de una ladera de tierra, sus vecinos arrojan desechos en el área, convirtiéndola en una especie de vertedero improvisado que agrava la situación de riesgo.
«Básicamente esto es como un vertedero que hicieron los vecinos”. “Ellos ya tenían hasta para sembrar sin importar qué, todo eso se podía venir hacia abajo», lamentó.
Debido a la condición de inestabilidad y a la constante filtración de agua que afecta la habitación donde duerme con sus hijos, Andrea ha tenido que adaptar su rutina para proteger a sus pequeños.
«Cuando veo que ya el tiempo está feo o empieza a llover, prefiero irme para donde mi abuela, que vive un poco más arriba, paso el día allá y a veces en las noches también he tenido que irme para allá».
En condiciones de riesgo
En un intento por proteger su hogar de los daños ambientales, Andrea procura despejar los escombros y la tierra que amenazan su vivienda. Cada día, junto a sus hijos, recoge los desechos en bolsas y sacos, así intenta aligerar la cantidad de residuos depositados en la parte posterior de su casa.
En medio de esta angustia, hace un llamado a las autoridades pertinentes para que se centren en asistir a quienes se encuentran en estas contingencias, con el objetivo de prevenir tragedias y proporcionar seguridad a quienes más lo necesitan.
Inequidad Ambiental
En Venezuela, las condiciones climáticas extremas no solo representan una amenaza ambiental, sino que también exacerban la vulnerabilidad de las mujeres que residen en hogares en alto riesgo.
Las mujeres, debido a sus roles como cuidadoras de niños, personas mayores y enfermas, junto con el limitado acceso a los recursos y la ubicación de sus hogares en terrenos peligrosos, proclives a hundimientos y deslizamientos, se encuentran en una posición de mayor inequidad para hacer frente a las consecuencias devastadoras de los desastres ambientales.
De acuerdo a Alejandro Álvarez, coordinador general del Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales (Clima 21), la tragedia de Las Tejerías en el estado Aragua y el desastre de Cumanacoa son solo dos ejemplos recientes que subrayan esta realidad.
En Las Tejerías (2022) las cifras oficiales indican que hubo 1.400 familias afectadas y en el caso de Cumanacoa, este año, el Estado estima que hubo 20.000 familias afectadas, explicó.
Sin embargo, mucho más de la mitad de los integrantes de esas familias son mujeres. Según sus estimaciones, cerca del 60 % de las personas damnificadas eran del sexo femenino.
Falta de transparencia
Según la Encuesta de Condiciones de Vida 2023 (Encovi), el 70 % de la población venezolana se encuentra entre un nivel medio a muy alto de vulnerabilidad frente a las amenazas naturales. Además, dentro de los hogares más inseguros por factores sociales, se identifica la presencia de al menos una mujer por cada vivienda.
No obstante, la falta de datos oficiales en Venezuela obstaculiza la obtención de cifras precisas sobre el impacto de las variaciones climáticas en las mujeres del país.
Esa opacidad influye en que Mariluz Ortega Rojas no tenga respuesta ni apoyo. Habita, desde hace 10 años, en Carapita sector El Cardón, parte alta escaleras San Carlos, y durante ese tiempo ha sumado un largo rosario de quejas y angustias, debido a las malas condiciones de su casa.
Los servicios, como el agua y la luz, son precarios y en medio de esas condiciones vive con sus siete hijos, con edades comprendidas entre los 13 y 5 años, quienes no van a la escuela, según contó, porque no tiene recursos económicos.
Cada vez que llueve se desliza el terreno y las paredes de zinc se tambalean.
“En varias ocasiones he tenido que salir de los cuartos porque se moja completamente”, denunció.
En situaciones como está, Mariluz podría contar con un refugio o albergue, pero en Caracas no hay habilitados espacios para atenderla; aún cuando en enero de 2011 el gobierno del fallecido Hugo Chávez, aprobó La Ley Especial de Refugios Dignos para proteger a la población en caso de emergencias o desastres.
Esta amenaza ambiental la obliga a desplazarse, y la arrastra a un contexto de mayor inseguridad, tanto para ella como para su familia.
Ante la emergencia que se presenta en el país, Alejandro Álvarez asegura que existen dos medidas prioritarias que se deben llevar a cabo con urgencia, la elaboración y ejecución del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que debió realizarse hace 10 años, y la actualización del Plan Nacional de Gestión de Riesgo, cuya revisión actual es inaccesible.
Según comentó, estos planes deben ser reforzados con la creación de estrategias sectoriales con enfoque de género, considerando que varios países han implementado estrategias dedicadas a abordar la situación de las mujeres en el contexto del cambio climático.
“El Estado tiene la obligación legal y derivada de convenios internacionales de proteger a todas las personas de los riesgos climáticos y en particular a los grupos vulnerables en los que se encuentran las mujeres”, agregó el defensor de derechos humanos ambientales.
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