Elisa Lerner al día
Vida con Mamá es Vida con el país porque los venezolanos consideramos al país como una madre. No siempre la tuvimos en familia. Tengo padre y madre, soy venezolana de primera generación y en ese molde se guarda fidelidad frente a la discontinuidad por la dramática historia de los países europeos. Hay coherencia en la familia, pero a veces gran cantidad de venezolanos lo que tienen ante si como única esperanza es el país.
A mí me han tildado en diversas ocasiones de adeca, de cosmopolita, me imagino que también de judía y ahora , cuando mucha gente de izquierda se tranquilizó y ocupa cargos en la burocracia cultural ¿se atreven a decirme que soy demagoga?
Sí, soy cáustica. Mi causticidad señala a cierto país. De la democracia esperé mucho porque era como un cuento de hadas , que los vicios del venezolano se hallaban sólo en la dictadura, luego capté que muchos no tenían memoria y sentí desilusión.
La caída del presidente Rómulo Gallegos el año 1948 es muy dolorosa porque tuvimos democracia por solo tres años. Eso siempre me molesta.
Las visitas familiares nos salvaron del desconsuelo en que vivía el país. Ahora hay venezolanos que usan las visitas con antesalas para su cautela, su interés mercantil. Son ambiguas. Del amigo al jefe no ofrecen soluciones.
Los creyentes en la democracia molestamos a quienes fueron nuestros amigos durante el exilio y la clandestinidad, les exigimos mucho después de diez años amargos, se volvieron débiles, inconsecuentes, por eso El País Odontológico me trajo muchos problemas.
Dicen que En el vasto silencio de Manhattan es teatro de texto, en el fondo cualquier teatro es para leer hasta que se consigue un director que como un modisto de alta costura haga cortes adecuados.
Incorporo canciones a mis piezas teatrales. En Latinoamérica el canto popular ha sido una forma de relacionarnos y definirnos. Son países de poco diálogo y el canto ha impedido que ese silencio sea mudez total.
No asisto a cenas ni cocteles porque me impiden escribir. Nunca me faltó comida en casa, siempre tenemos alimentos en el hogar antes de que llegue el campo de concentración y nos encuentre bien provistos y armados,
Desde mi aislamiento sigo al país puntillosamente. El político venezolano a cargo del asunto cultural es de astucias. Salvo por la creación de la editorial Monte Ávila que publica grandes autores mundiales y de los buenos nacionales. Por lo general, el espectador de hoy es para la alta clase media.
Pienso que mis crónicas son más profundas y valederas que mis más conocidas piezas de teatro. Por oficio, o por vocación, soy prosista de formación estrictamente literaria. Desde las revistas Sardio, Zona Franca, Imagen me he formado en la literatura.
Selectas aclaraciones defensivas de la pensadora y escritora Elisa Lerner en “Una visita sin antesala” de mi libro con veintidós Entrevistados en carne hueso (Edición de la Librería Suma, Caracas 1975).
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