Congresistas sobre decisión de Biden: “Traición a EEUU y a la libertad del pueblo cubano”
Asambleístas de Estados Unidos aseguraron que la medida tomada por el presidente saliente no les sorprendía porque, según ellos, Biden siempre “ayudó a la tiranía de La Habana”
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Los congresistas cubanoamericanos Carlos Giménez, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar han denunciado enérgicamente la decisión del presidente Joe Biden de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Según los legisladores, esta medida representa una traición a los intereses de Estados Unidos y al anhelo de libertad del pueblo cubano.
En un video difundido por el periodista Mario Vallejo en Facebook, los legisladores aseguraron que la decisión fortalece económicamente al régimen castrista, permitiéndole mantener su aparato represivo. “Este presidente ha hecho todo lo posible para ayudar a la tiranía en La Habana, igual que a las de Managua y Caracas”, afirmó Díaz-Balart.
Salazar, por su parte, subrayó que la medida “le da oxígeno económico al régimen castrista para que continúe oprimiendo a su gente”. Además, criticó al secretario de Estado, Antony Blinken, por no oponerse a la decisión de la Casa Blanca, pese a haber asegurado previamente que Cuba no sería retirada de la lista.
Giménez expresó preocupación por las implicaciones de esta acción en la política exterior de EEUU, calificándola como “un acto final que evidencia el fracaso de la administración Biden”. Según el congresista, la medida rechaza los sueños de libertad de los cubanos y compromete los intereses estratégicos de EEUU.
No obstante, los asambleístas de origen cubano esperan que tras la llegada del nuevo presidente, Donald Trump, este pueda frenar las medidas tomadas en favor de un régimen que ha generado una crisis social imparable en la Isla.
Reacciones y contexto
La administración Biden justificó la decisión argumentando que el gobierno cubano no ha respaldado actos terroristas en los últimos seis meses y ha ofrecido garantías de no hacerlo en el futuro. Además, el acuerdo fue facilitado por la mediación de la Iglesia Católica e incluyó la liberación de 553 personas sancionadas en Cuba.
El régimen cubano calificó la medida como “limitada pero correcta” y destacó que es un paso hacia la normalización de relaciones. Sin embargo, para los congresistas cubanoamericanos, esta acción debilita los esfuerzos por presionar a La Habana hacia un cambio político significativo.
Con la llegada de Donald Trump nuevamente a la presidencia, Díaz-Balart anticipó una reversión rápida de esta política. “El presidente Trump aplastará esta medida y restaurará las sanciones al régimen castrista. Esta fiesta del régimen será muy corta”, aseguró.
Implicaciones económicas y políticas
La retirada de Cuba de la lista elimina restricciones financieras y legales que afectaban al régimen, lo que podría aliviar parcialmente la crisis económica de la isla. No obstante, los críticos señalan que esta medida permitirá al gobierno cubano reforzar su control sobre la población, perpetuando su aparato represivo.
El tema ha generado un debate intenso en el Congreso, evidenciando la polarización sobre la política hacia Cuba. Mientras tanto, sectores de la comunidad cubanoamericana ven esta decisión como un retroceso en la lucha por la libertad y la democracia en la Isla.
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