NO FUE REDENTOR
DE LOS POBRES
Para El Chafarote de Sabaneta, a los pobres había que mantenerlos en pobreza,
pero con esperanza, y debido a ello, siguiendo instrucciones del tirano Fidel
Castro, creó las misiones para mantener al pueblo con dádivas. Igualmente puso
en funcionamiento universidades tapa
amarilla y asfixió económicamente a la Universidad Central de Venezuela, la
Universidad Simón Bolívar, la Universidad de Los Andes y la Universidad del
Zulia por ser centros de resistencia contra el socialismo del siglo XXI.
El 2 de junio de 2021 Mauricio
Rubio, del diario colombiano El
Espectador, escribió:
-Guaicaipuro Lameda (1954) es un
general retirado del ejército venezolano. Ingeniero graduado en EEUU, en el
2000 fue nombrado por Hugo Chávez presidente de PDVSA, la petrolera estatal.
Tras serias discrepancias con el comandante y su gabinete fue expulsado en 2002
de la “Revolución Bolivariana”. En
octubre de 2012 la periodista Carla Angola le hizo una entrevista que ayuda a
entender lo que pasó en Venezuela y podría anunciar lo que le espera a Colombia
si triunfan el fanatismo y la demagogia.
Y continuó:
-Lameda recuerda el día que organizó
una reunión con Chávez para discutir la seria crisis económica, con señales de
alarma en todos los indicadores. Otro asistente, Jorge Giordani, del Partido
Comunista, Ministro de Planificación encargado de implantar en Venezuela el
socialismo, preguntó qué iban a discutir. Al
saber que se analizarían las desastrosas perspectivas quinquenales, Giordani
anotó: “mire, General, ¡usted todavía no ha comprendido la revolución! Se lo
explico: esta revolución se propone hacer un cambio cultural, cambiarle a la
gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde
el poder”. Como el piso político se lo daba al régimen la gente pobre, era
necesario que permanecieran así. Solo después se podría hablar de creación y
redistribución de riqueza: “hay que mantenerlos pobres y con esperanza”.
Luego indicó:
-Lameda preguntó cuánto tardaría esa
transformación cultural. Fue informado que una revolución tarda unos 30 años.
“Toma al menos tres generaciones: los adultos se resisten y se aferran al
pasado; los jóvenes la viven y se acostumbran, y los niños la aprenden y la
hacen suya”. Tras una acalorada discusión, ese día terminó la colaboración del
presidente de PDVSA con el régimen chavista.
La insólita teoría de la importancia
estratégica de la pobreza ya la había escuchado Lameda cuando Chávez lo envió a
La Habana para convencerlo de la necesidad de ayudar a Cuba desde Venezuela y
también para que recibiera “inducción revolucionaria”. El mismo Fidel Castro le
dijo sin rodeos: “para mantenernos, necesitamos unos 4.000 millones de dólares
al año. Más de eso estorba, la gente empieza a vivir bien y se acaba el
discurso de la pobreza”.
La reunión con Giordani le confirmó
al presidente de PDVSA la estrategia económico-politica de doble filo llevada
por los cubanos a Venezuela para que el chavismo se aferrara al poder: ser
adalid de los pobres y derrotar al adversario, los ricos. Dividir al país en
dos equipos irreconciliables. Los primeros, sus amigos, son los de abajo y los
de arriba, “majunches, oligarcas, golpistas, pitiyankis”, son el enemigo. Se
deben atender los estratos más desamparados, la gente que siempre fue pobre,
para darle el mínimo que nunca tuvo. “Eso tomaría tiempo, así que la revolución
se lo da de inmediato. Se les convence de que su mayor riesgo es perder lo que
ahora tienen”. Se traza una raya arbitraria a partir de la cual están los
contrincantes, más costosos de satisfacer. A ellos se les crean privaciones para
“provocarlos y mantenerlos como un rival del gobierno y, por lo tanto, de los
pobres”.
(En el socialismo del siglo XXI los únicos que salieron de la pobreza fueron
los integrantes de la podrida cúpula gobernante y sus familiares y testaferros,
que se hicieron dueños de toda la riqueza pública y de los criminales
endeudamientos. Y como no estaban conformes, recurrieron al tráfico de drogas y
a la explotación de la minería en espacios amparados legalmente)
El 25 de febrero de 2014 el diario El Universal , con información de la
gubernamental Agencia Venezolana de Noticias, reseñó:
-El ministro para la Educación,
Héctor Rodríguez, aseguró que dentro de la “campaña para erradicar la pobreza”
se pretende establecer políticas sociales para sacar a los ciudadanos de esa
condición, haciendo la salvedad advirtió: “no es que vamos a sacar a la gente
de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos”.
Y añadió:
-Las declaraciones del ministro
Rodríguez fueron tomadas durante un taller de alto nivel en Caracas, en el que
se debaten métodos para erradicar la pobreza en Venezuela.
“La pobreza es un problema muy
complejo, difícil de medir, pero no es verdad que la violencia criminal en
Venezuela está asociada a la pobreza, hay lugares de pobreza donde hay altos
niveles de violencia como hay lugares de pobreza extrema donde se vive en paz”,
expresó el ministro durante un contacto con Venezolana de Televisión.
Otra fuente, Univisión Noticias, que también reseñó las declaraciones del
funcionario chavista, señaló:
-El Ministro de Educación de
Venezuela dijo "...no se debe sacar a los más necesitados hasta la clase
media..." "estos intentaran
convertirse en escuálidos"
Y agregó:
-“No vamos
a sacarlos de la pobreza para que se vuelvan escuálidos”, dijo Héctor
Rodríguez, Ministro de Educación de Venezuela y manifestó que en el marco de la
campaña contra la pobreza no se debe sacar a los más necesitados hasta la clase
media, ya que, podría generar que estos intentaran convertirse en
"escuálidos".
(Para los lectores extranjeros: escuálido es una
palabra peyorativa que utilizaba El Chafarote de Sabaneta para referirse a los sectores
que adversaban el castro-chavismo-militarismo y equivale al ´calificativo de gusano
que empleó el tirano Fidel Castro contra los opositores cubanos)
El lunes 3
de marzo de 2014, Javier Brassesco, en El
Universal, escribió al respecto:
-Las palabras del ministro de
Educación cayeron como un balde de agua fría en los sectores populares. Ya quedó claro que los que les interesa es adoctrinar,
no educar, porque la educación libera.
Y añadió:
-William Requejo dice que hasta se
tuvo que tomar una pastilla para la tensión después de ver un video en donde
nada menos que el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, profería su ya
famosa frase: "No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza pa'
llevarla a la clase media pa' que después aspiren ser escuálidos".
Él, que tiene 27 años viviendo en un
barrio de Catia y que como director de la organización Unión Vecinal para la
Participación Ciudadana tiene contacto diario con gente de todos los sectores
populares de Caracas, dice que esa frase cayó allí como un balde de agua fría
incluso entre los chavistas.
A contiación la entrevista:
-¿Por qué crees que causó tanta
indignación?, preguntó:
-Hace ya varios años repondió- yo coincidí en un programa de RCR con Héctor
Rodríguez, cuando no era ni conocido. Él es una persona de extracción popular,
una persona joven, oye, ministro de Educación nada más y nada menos. Él menos
que nadie debería decir eso, y menos de esa forma tan sarcástica, como si fuera
un chiste.
-¿Por qué?
-No es que fuera una sorpresa, pero
caramba, que se reconozca abiertamente que al Gobierno en realidad no le
interesa que salgamos de la pobreza porque entonces vamos a ser de oposición y
no nos podrán dominar, es algo difícil de digerir. A mí me llevó a pensar que
todo esto es premeditado, y lo mismo opinan las personas con las que he
conversado.
-¿A qué se refiere?
-A que las viviendas que han hecho
son de pésima calidad porque eso es lo que se buscaba, por ejemplo. A que la
educación que imparten es mediocre porque no les interesa educar sino
adoctrinar. A que los barrios no se atienden porque no les conviene que se
atiendan. Ahora sospecho que los malos servicios no son incompetencia sino
parte de un plan. Persiguen y provocan el cierre de comercios privados para que
dependamos del Gobierno... hasta la delincuencia desatada podría formar parte
de ese plan. La idea es que siempre nos quedemos en la pobreza.
-¿Qué piensan los chavistas con los
que ha hablado sobre esa afirmación?
-Bueno, fíjate que en la reunión en
donde lo dice incluso es aplaudido, pero supongo que la gente no entendía la
magnitud de lo que estaba oyendo, la barbaridad que estaban oyendo. Cuando
luego he hablado con chavistas éstos se sienten dolidos, traicionados, usados.
-¿Crees que el ideal de pertenecer a
clase media es una aspiración justa en el barrio?
-Por supuesto que es la principal
aspiración, y no tiene nada de condenable. Mira la cantidad de gente de clase
media que con orgullo te dice que vivió en Catia, que se crió en Carapita. Yo
mismo tengo esa aspiración, pero preferí que mis hijos salieran primero.
-¿La educación es vista como
dominación?
-¡Claro! Yo hablaba hace unos meses
con un alumno de la Universidad Bolivariana y le preguntaba si sentía que
estaba saliendo bien preparado y su respuesta fue "Estoy preparado para
trabajar en Revolución". Es una confesión terrible porque significa que
fuera de la revolución no son nada, es un reconocimiento de medianía, de
mediocridad. Les interesa adoctrinar, producir mendigos, acólitos, pueblo...
pero nunca ciudadanos. A los pobres los ven como minusválidos que ellos deben
conducir. La educación libera, un ser educado es alguien que responde a ideas,
no a consignas. Pablo Rivero Carmona, quien fundó conmigo Unión Vecinal para la
Participación Ciudadana hace 15 años, me decía que desde el Gobierno se trataba
a la gente de la misma manera en que se cazaban cerdos salvajes con un poco de
maíz en la fábula española Cuando nos Cierren el Portón. A mí me parecía una
exageración, pero vista esta declaración del ministro, como que mi difunto
amigo tenía razón.
-¿Cómo se enfrenta este plan desde
las comunidades?
-Yo lo que pensé inmediatamente es
que ahora tengo más trabajo. Tocaré puerta por puerta y a todos mostraré las
palabras de Rodríguez. Nada de lo que yo pueda explicarles será más claro que
esas palabras del Ministro de Educación. Y les diré que no sé si quieren seguir
siendo chavistas, pero haré ver lo que ser chavista significa para sus propios
líderes. Y ojalá esas infelices palabras sirvan también para que quienes se
oponen al Gobierno entiendan que no deben competir con éste regalando
canastillas, dando limosnas, sino ofreciendo preparación, educación.
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