¿Y ahora qué viene?
...Nos comportamos de excelencia, antes, durante y después del acto electoral
REINALDO GADEA PÉREZ | EL UNIVERSAL
viernes 18 de diciembre de 2015 12:00 AM
Bueno, ya pasó el tsunami de las elecciones, porque no se puede llamar de otra manera, la marea azul acabó ganando hasta en los sitios más insospechados, para sorpresa de todos.
Antes que nada, hay que felicitar al pueblo venezolano, honramos el gentilicio porque nos comportamos de excelencia, antes, durante y después del acto electoral; lógico, con algunas excepciones que confirman la regla.
Ahora toca discernir acerca de cuáles fueron las causas, razones y motivos del desmoronamiento del oficialismo, por una parte, y por otra, del éxito de la oposición, para que cada uno sepa qué hacer con su futuro inmediato y mediato, dado lo claro del mensaje.
Lilian Tintori y Jesús Torrealba, que participaron arduamente en la campaña para lograr un objetivo, que no una curul, llaman a la concordia, al entendimiento y al diálogo, al igual que la mayoría que integra la llamada Mesa de la Unidad. Necesitan una contraparte con la cual conversar, y esa no es otra que el Ejecutivo Nacional, cabeza de Estado, lo que no saben es si ellos estarán dispuestos.
El presidente Maduro, aceptó de manera inmediata la derrota, no esperábamos otra conducta, le achacó los resultados a la guerra económica y a la gran cantidad de embustes que planearon los opositores; dijo no dar ni un paso atrás, lo que pareciera leerse como un no a la jerga conciliatoria, lo cual complicaría el escenario, sobre todo si buscan fórmulas distintas de gobierno como las comunas, por solo poner un ejemplo, complicaría notablemente el juego político.
Ramos Allup dejó saber que la primera orden del nuevo Parlamento será abrirse al público, a la prensa para que se conozca de manera directa la actividad legislativa, y como segunda noticia, fue la presentación de la ofrecida Ley de Amnistía para los presos políticos, los exiliados y otros cuantos que han sufrido los embates del gobierno vía judicial, y allí, frente a las cámaras le lanzó una directa a la Sala Constitucional del TSJ.
Muchos ya opinan que la debacle se produce por el llamado voto castigo, y de ser así, se plantea el primer gran dilema revolucionario, saber qué conductas sancionó el votante y quiénes las ejecutaron, o si realmente es que consideraron que el sistema socialista del siglo XXI fracasó rotundamente, por aquello de que él, según algunos autores, exclusivamente funciona mientras hay plata, pero apenas se comienza a acabar lo que hay para repartir, se viene totalmente abajo.
En el primero de los casos, se buscarán los culpables y serán expulsados, enjuiciados o quién sabe qué, pero las cabezas rodarán, como se dice metafóricamente, sin que podamos saber quiénes serán los sobrevivientes de dicha poda ni cómo se llevará a cabo.
La segunda, el fracaso del sistema económico socialista, bien porque la guerra económica derrotó al gobierno, bien por la absoluta ineficiencia del régimen en producir, entiéndase del capitalismo de Estado, le es mucho más difícil de entender a aquellos que lo practican y significaría su fracaso definitivo, y con él, de su proyecto.
A la mayoría calificada obtenida por la Mesa de la Unidad le tocará interpretar el mandato del pueblo, tarea bastante compleja, sobre todo porque éstos, y al parecer el pueblo, no le atribuye la culpa del desastre que vive Venezuela a alguien en particular, ni persona ni institución, sino a la mezcla de la ineficiencia, sumada durante varios años en que fuimos ricos, junto al fracaso del sistema socialista, que arruinó el parque industrial en Venezuela al extremo de convertirnos en una economía de puertos. ¿Ahora qué viene?
gadeaperez@cantv.net
Antes que nada, hay que felicitar al pueblo venezolano, honramos el gentilicio porque nos comportamos de excelencia, antes, durante y después del acto electoral; lógico, con algunas excepciones que confirman la regla.
Ahora toca discernir acerca de cuáles fueron las causas, razones y motivos del desmoronamiento del oficialismo, por una parte, y por otra, del éxito de la oposición, para que cada uno sepa qué hacer con su futuro inmediato y mediato, dado lo claro del mensaje.
Lilian Tintori y Jesús Torrealba, que participaron arduamente en la campaña para lograr un objetivo, que no una curul, llaman a la concordia, al entendimiento y al diálogo, al igual que la mayoría que integra la llamada Mesa de la Unidad. Necesitan una contraparte con la cual conversar, y esa no es otra que el Ejecutivo Nacional, cabeza de Estado, lo que no saben es si ellos estarán dispuestos.
El presidente Maduro, aceptó de manera inmediata la derrota, no esperábamos otra conducta, le achacó los resultados a la guerra económica y a la gran cantidad de embustes que planearon los opositores; dijo no dar ni un paso atrás, lo que pareciera leerse como un no a la jerga conciliatoria, lo cual complicaría el escenario, sobre todo si buscan fórmulas distintas de gobierno como las comunas, por solo poner un ejemplo, complicaría notablemente el juego político.
Ramos Allup dejó saber que la primera orden del nuevo Parlamento será abrirse al público, a la prensa para que se conozca de manera directa la actividad legislativa, y como segunda noticia, fue la presentación de la ofrecida Ley de Amnistía para los presos políticos, los exiliados y otros cuantos que han sufrido los embates del gobierno vía judicial, y allí, frente a las cámaras le lanzó una directa a la Sala Constitucional del TSJ.
Muchos ya opinan que la debacle se produce por el llamado voto castigo, y de ser así, se plantea el primer gran dilema revolucionario, saber qué conductas sancionó el votante y quiénes las ejecutaron, o si realmente es que consideraron que el sistema socialista del siglo XXI fracasó rotundamente, por aquello de que él, según algunos autores, exclusivamente funciona mientras hay plata, pero apenas se comienza a acabar lo que hay para repartir, se viene totalmente abajo.
En el primero de los casos, se buscarán los culpables y serán expulsados, enjuiciados o quién sabe qué, pero las cabezas rodarán, como se dice metafóricamente, sin que podamos saber quiénes serán los sobrevivientes de dicha poda ni cómo se llevará a cabo.
La segunda, el fracaso del sistema económico socialista, bien porque la guerra económica derrotó al gobierno, bien por la absoluta ineficiencia del régimen en producir, entiéndase del capitalismo de Estado, le es mucho más difícil de entender a aquellos que lo practican y significaría su fracaso definitivo, y con él, de su proyecto.
A la mayoría calificada obtenida por la Mesa de la Unidad le tocará interpretar el mandato del pueblo, tarea bastante compleja, sobre todo porque éstos, y al parecer el pueblo, no le atribuye la culpa del desastre que vive Venezuela a alguien en particular, ni persona ni institución, sino a la mezcla de la ineficiencia, sumada durante varios años en que fuimos ricos, junto al fracaso del sistema socialista, que arruinó el parque industrial en Venezuela al extremo de convertirnos en una economía de puertos. ¿Ahora qué viene?
gadeaperez@cantv.net
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