Jaime García: ¿Jubilados-Pensionados y desempleados; Venezolanos sin dolientes?
Cada vez que el presidente de la Republica Sr Nicolás Maduro, decreta un aumento de sueldos y bono de alimentación para aquellos venezolanos afortunados que tienen empleo, los desempleados y jubilados sienten como si los estuvieran empujando hacia la lápida en el cementerio.
Esos aumentos incomprensibles como estrategia antiinflacionaria, que curiosamente en la realidad refleja es que a los trabajadores se les paga más por comer que por trabajar. Esta extraña ecuación matemática la población venezolana la comprende muy bien. Allí solo hay populismo para captar votos y afecciones políticas mientras que por otra parte, al darle más valor al bono de alimentación que al sueldo mínimo, se le está esquilmando al trabajador los beneficios incidentes tales como Utilidades, vacaciones, antigüedad y todas las prestaciones inherentes.
Los jubilados-Pensionados y desempleados también son venezolanos, merecen un bono de alimentación similar a los de los afortunados trabajadores que están laborando actualmente, los primeros les ha sido negado por egolatría y malcriadez, eso es público y notorio. A los desempleados es peor aún, esos casi 5 millones de venezolanos conformados por profesionales universitarios, misioneros de la Misión Sucre y Ribas, gran parte de ellos censados en la Misión saber y trabajo, masa obrera en general y muchísimos padres y madres de familia, hasta el momento no tienen dolientes en el alto mando político del ejecutivo nacional.
Estas compatriotas venezolanos sobreviven por obra y gracia del espíritu santo. Cada vez que el Presidente Maduro anuncia jocosamente “un aumento de sueldo y Bono de alimentación para proteger al pueblo”, es como si se les atizara más la candela a su purgatorio viviente. Su esperanza se les atomiza.
Cada día es una oportunidad. Estos hermanos venezolanos, hasta ahora, no han tenido dolientes en el alto mando político del gobierno nacional. Aun es oportuno asignarles a los jubilados-pensionados el bono de alimentación similar a los de los trabajadores activos y a los compatriotas desempleados es una deuda moral del gobierno nacional fomentar el empleo digno sin discriminación como está establecido en nuestra carta magna. Es cuestión de supervivencia y de justicia para ellos.
Fuente: 09-10-2016
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